La deuda italiana ama el riesgo extremo
El cambio de sesgo de los bancos centrales, el incremento de la incertidumbre global y las elecciones de 2023 desaconsejan invertir en deuda italiana
Una situación muy diferente a la de la renta variable italiana vive, en cambio, la deuda del país, activo que la mayoría de inversores evitan en sus carteras. En concreto, el cambio de discurso por parte del BCE ya se está notando en la rentabilidad de la deuda, que ha comenzado a subir, lo que afecta de manera negativa al precio de los bonos.
Hace pocos días, la rentabilidad del papel a diez años llegó a situarse en el 2 por ciento, el nivel más alto desde mayo de 2020, ante el miedo a que el banco central finalice su programa de compra de deuda soberana tan pronto como en el último trimestre de 2022.