La master class del Frack Master
SIN SUSCRIPCIÓN ● Christopher Faulkner sabía cómo atraer a posibles inversores petroleros. El plan funcionó fabulosamente. Hasta que falló
Los estafadores llevan mucho tiempo sacando dinero de los inversores crédulos que buscan extraer crudo de la Tierra. Un nuevo tipo de estafador de la cuenca petrolífera le promete que se dedicará a la fracturación hidráulica, que consiste en inyectar fluido a alta presión en el subsuelo para fracturar el esquisto y liberar petróleo y gas. Pero siguiendo la gran tradición de los charlatanes a lo largo de la historia, lo que realmente venden es un cuento.
Uno que la gente con dinero extra no puede dejar de creer. Una historia que garantiza -¡garantiza!- duplicar su inversión en sólo unos meses. Los funcionarios dicen que estas estafas pueden duplicarse cuando los precios del petróleo aumentan bruscamente. Con la subida del crudo en un 50 por ciento este año, los fiscales se preparan para una nueva oleada de casos.
Así es como Christopher Faulkner, un tejano con barba que reside en una prisión federal desde el año pasado, llevó a cabo un esquema Ponzi de 70 millones de dólares impulsado por el esquisto cuando el petróleo estaba en auge hace una década.
ESPERAR A QUE SUBAN LOS PRECIOS
Todo el mundo en los Estados Unidos sabe, visceralmente, cuando los precios del petróleo suben. En 2010, justo cuando el boom del fracking se puso en marcha, el crudo empezó a subir, lo que impulsó el interés de la gente que pensaba que, puesto que compraba gasolina todas las semanas, seguramente debía entender lo que mueve la industria.
CREAR UNA IDENTIDAD Y VENDERLA
Faulkner se llamaba a sí mismo «el maestro del Fracking» y presumía de su «variada experiencia» en el negocio. Se presentaba como un experto en petróleo, alegando credenciales académicas como un máster de la Universidad del Norte de Texas y un doctorado del Concordia College, según los documentos judiciales.
CONSTRUIR UN SUEÑO, UN EQUIPO Y UNA EMPRESA, O CUATRO
A lo largo de los años, Faulkner afirmó estar involucrado en más de 15 proyectos de petróleo y gas en Dakota del Norte, Oklahoma y Texas. A medida que su estafa crecía, utilizó al menos cuatro empresas títeres y reclutó a varios socios para que le ayudaran a llevar a cabo el fraude, dicen los fiscales.
PUBLIQUE SU PROSPECTO
La clave aquí es la especificidad. Cuanta más jerga, datos impenetrables y planes complejos, mejor. Faulkner incluyó estimaciones de perforación y gastos junto con detalles que había tomado de operadores reales, pero que infló para turbo-alimentar los supuestos rendimientos de la inversión. Por último, añadió informes de un geólogo con fama de exagerar sus hallazgos, y luego infló aún más las cifras.
DIRÍJASE A SU INVERSOR
Las estafas de esquisto prosperan en Texas, con su cultura petrolera profundamente arraigada. Alrededor de 2009, Faulkner se asoció con un par de experimentados corredores de inversiones en petróleo y gas que le ayudaron con el marketing. Llamaban en frío a posibles inversores a partir de una lista que compraban a una «empresa de generación de contactos» de Florida. En 2014, Faulkner publicó un libro titulado ‘The Fracking truth’ para reforzar su imagen. Luego salió a la palestra, haciéndose pasar por un experto del sector en CNBC, CNN, Fox y, sí, en Bloomberg Television.
NO OLVIDES LOS CLUBES DE STRIPTEASE Y EL BENTLEY
Faulkner desvió más de 20 millones de dólares del dinero de los inversores a lo largo de los años en gastos personales. Solo en 2014 gastó casi un millón de dólares en una empresa de conserjería personal para «entretenimiento privado», 380.000 dólares en la agencia de viajes de ultralujo In the Know Experiences, 220.000 dólares en aviones privados y más de 178.000 dólares en los clubes nocturnos neoyorquinos Lavo, Provocateur y Tao. Llamó a su cuenta de American Express emitida por la empresa su «tarjeta de putas», cobrando más de un millón de dólares en bares, clubes de striptease y con servicios de acompañantes. Y luego está el McLaren, dos Range Rovers, un Mercedes, un Bentley y un Jaguar.
HÁGALO OTRA VEZ. Y OTRA VEZ. Y OTRA VEZ
Para mantener el impulso, Faulkner volvió a empezar en tres ocasiones, con una nueva empresa, un nuevo prospecto y nuevos folletos de marketing ahogados en falsedades y promesas irreales. Y en cada ocasión se las arregló para cobrar de más a sus inversores y embolsarse la diferencia, inflando las cifras hasta en un 800 por ciento.
NO TE DEJES ATRAPAR
Los agentes federales arrestaron a Faulkner en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles en junio de 2018, acusándolo de fraude de valores e intento de evasión de impuestos. Tras declararse culpable, fue condenado el año pasado a una década y media en la penitenciaría federal de Lompoc (California) y se le ordenó pagar 92 millones de dólares en concepto de indemnización a los inversores. ● Un artículo de Francesca Maglione (Bloomberg Businessweek) para la revista Inversión