Malos tiempos para la deuda y el déficit

Si los presupuestos se ejecutan tal como se han presentado, se incumplirá el objetivo de déficit para 2022

La economía española no va a tener un futuro tan brillante como había previsto el Gobierno en el cuadro macro que sirve de base para los Presupuestos Generales del Estado. Aunque no sea sorprendente, porque parece tradición de cualquier Gobierno dejarse llevar por el optimismo, el resultado va a ser que tendremos más déficit y más deuda sobre PIB del previsto, por muchos milagros que opere la inflación, que alguno hará, pues es otra variable que escapa al control del Gobierno pero que en su estado actual no parece venirle muy mal, ya que maquilla las cuentas públicas en términos nominales con una eficacia mayor que el mejor hacendista, a pesar de algún pequeño descalabro con las pensiones o los sueldos públicos. En términos reales a la economía española no le va a ir bien en 2022, pero a quién le interesan los términos reales, sobre todo sin tener claro si estamos saliendo de la pandemia o todavía estamos en ella, letra griega arriba o abajo. Lo que parece obvio es que la inflación a quien seguro que no interesa es al ciudadano, porque es dudoso que pueda recuperar el poder adquisitivo perdido.

De todos los factores que nos pueden preocupar, es la inflación el que desde el lado de lo público puede favorecernos más a la hora de sacar mejores números, puesto que expandirá la recaudación fiscal, como ya se está viendo este año, y aunque no mejore en exceso el PIB nominal, porque los vientos en contra son aún de mucho peso, es obvio que lo hará crecer, que lo inflará. Como la inflación favorece a los deudores, no deja de ser un regalo para un país tan endeudado como España, regalo envenenado, no obstante, desde otros muchísimos puntos de vista.

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