Mejorarán los síntomas, seguirá la enfermedad
En España no se dará una recuperación completa y una vuelta a los niveles anteriores de empleo hasta que haya un año turístico normal
La crisis del coronavirus y sus variantes parece pensada para perjudicar a nuestro país. Donde más se sienten sus efectos es precisamente donde más le duele a nuestra economía: a nivel sectorial, en el turismo y la hostelería. Estructuralmente, en el paro y, cuando repunta, la inflación.
Las economías dinámicas, no excesivamente reguladas y digitalmente avanzadas controlan mejor los envites de la inflación. Desgraciadamente no es el caso de la economía española. Lo de la cuestión digital no es baladí: ha quedado ampliamente demostrado que tiende a ser desinflacionista, sobre todo en el sector servicios, lo que compensa la presión inflacionista en la industria. Pero, que mala suerte: ese efecto desinflacionista de la revolución digital no se produce en los servicios de hostelería ni en el turismo. Y los gobiernos de los últimos 10 años no han sido previsores a la hora de fomentar que nuestra economía fuera más digital (sin perjuicio de la hostelería y el turismo, que no son incompatibles con la digitalización)