Salarios desbocados
Las crisis económicas suelen ser momentos para abrocharse el cinturón y los asalariados rara vez escapan a ello. Entre 2008 y 2015, por ejemplo, las nóminas cayeron un 7,6 por ciento en España, un recorte que se elevó hasta el 12 por ciento al incluir la disminución del tiempo de trabajo.
Sin embargo, la crisis del coronavirus es difícilmente comparable a ninguna otra y tampoco tiene parangón en lo que se refiere a la evolución de los salarios. De este modo, tras una breve caída propiciada por el shock inicial del confinamiento, varios países ya están registrando incrementos de los costes salariales.