En diciembre los mercados han experimentado cierto alivio en un año que, en general, se recordará como uno de los más complicados para los inversores y en el que ha destacado el protagonismo de los bancos centrales para contener la inflación. Un papel que seguirá siendo clave. 

En los próximos meses, la postura política de la Fed se centrará en señales concretas de moderación de la inflación, más que en un indicio puntual de enfriamiento de la misma. Esto requiere una trayectoria de endurecimiento (incluso si la Fed decide ralentizar las subidas de tipos) y aumenta los riesgos de recesión de cara a 2023.