La gestión pasiva aprueba con nota el examen del coronavirus
Los fondos indexados pasan la prueba del coronavirus, pese al mito de que la gestión activa lo hace mejor en periodos bajistas e inciertos
La crisis del coronavirus ha supuesto una prueba de fuego para la gestión pasiva y parece que la ha superado. Aunque no puede decirse que haya aprobado con nota, tampoco se ha producido el suspenso categórico que algunos anticipaban. En concreto, solo la mitad de los fondos de gestión activa de renta variable domiciliados en Europa logró superar a su índice de referencia en el primer semestre del año, según datos del último barómetro de Morningstar.
Es una situación que contrasta con la idea que se extendió tras el desplome de las bolsas en marzo, cuando se pensaba que el contexto de mercado era aciago para la gestión pasiva, pues solo un gestor experimentado podía ser capaz de navegar en tiempos tan turbulentos y distinguir entre el polvo y la paja cuando los índices caían a plomo, de manera indiscriminada.