El mundo del deporte ha sufrido numerosos reveses durante la pandemia: se han cancelado campeonatos, las estrellas han quedado fuera de juego y, con frecuencia, los equipos han jugado en estadios vacíos. Este parecía esbozarse como el escenario idóneo para aprovechar la gran liquidez de los fondos de buyouts. 

A lo largo del año pasado, las empresas de capital riesgo invirtieron 51.000 millones de dólares en operaciones deportivas en todo el mundo, 22.000 millones de los cuales tuvieron como destino Europa, según PitchBook. En Norteamérica se destinaron cerca de 3.000 millones de dólares a la compra de participaciones minoritarias en franquicias deportivas.