Con un primer semestre miserable para el mercado de valores ahora en los libros de historia, los inversores están evaluando si la economía puede evitar una recesión significativa mientras la Fed eleva las tasas para combatir la peor inflación en décadas.

La respuesta a esa pregunta tiene un impacto directo en los mercados. Los estrategas dicen que una recesión económica junto con ganancias corporativas débiles podría hacer que el S&P 500 baje al menos otro 10 por ciento, lo que agrava las pérdidas que ya han hecho caer el índice de referencia un 18 por ciento en lo que va del año.