Obsesiones ● Pulso Calviño-Iglesias por la CNMV
La renovación de la cúpula de la CNMV puede levantar chispas entre los socios de Gobierno. Escuche a Alejandro Ramírez en 'Obsesiones'
El director de la revista INVERSIÓN, Alejandro Ramírez, plantea sus obsesiones editoriales junto a los expertos del semanario y las fuentes más solventes del sector. Podcasts disponibles las tardes de lunes a viernes. Escucha de 2,5 minutos:
Transcripción
Hola a todos. Soy Alejandro Ramírez y estas son las obsesiones de la revista Inversión al cierre de los mercados europeos.
La inminente renovación de la cúpula de la Comisión Nacional del Mercado de Valores puede dar lugar a un nuevo pulso entre dos vicepresidentes del Gobierno, Nadia Calviño y Pablo Iglesias.
A finales de noviembre finaliza el mandato de Sebastián Albella como presidente de la CNMV y de Ana Martínez-Pina como vicepresidenta.
Aunque existe la posibilidad de una reelección por otros cuatro años, el Gobierno no lo contempla. Por varios motivos.
El primero porque los socios de Gobierno, PSOE y Podemos, ya dejaron de manifiesto cuando sellaron su acuerdo que iban a renovar los organismos independientes.
Además, Albella fue nombrado por el Ejecutivo de Mariano Rajoy con Luis de Guindos como ministro de Economía. Y PSOE y Podemos se opusieron frontalmente a su nombramiento, porque veían un claro conflicto de interés
Albella es un hombre de mercado, con familia también muy presente en el mercado, y había participado en grandes operaciones desde el bufete de abogados en el que estaba, como una ampliación de capital del Banco Popular y varias emisiones de bonos de Abengoa.
Por eso, la sombra de su trabajo antes de incorporarse al regulador le ha perseguido durante su mandato. De hecho el pasado septiembre tuvo que acudir en cita judicial a la Audiencia Nacional para dar explicaciones sobre relación con el Popular.
El relevo lo está gestionando la vicepresidenta económica. Calviño está valorando los candidatos para ocupar la presidencia, vicepresidencia y un puesto de consejero que hay que renovar.
Pero muchos temen que Iglesias, que siente una especial atracción por este tipo de cargos en los organismos reguladores, presione a última hora, como hizo con los presupuestos, para imponer a alguien de su cuerda.
Será el momento de que Calviño vuelva a demostrar que es de los pocos miembros del Ejecutivo de Sánchez que se atreven a parar los pies a Iglesias. Saludos