Hace 100 años las mujeres ya compraban acciones bancarias en España
Hace un siglo, un tercio del capital del Banco Hispano Americano estuvo en manos de mujeres accionistas. Desafiaron las convenciones de su época, se adentraron en el mundo de las finanzas y buscaron su independencia financiera
En la historia del mundo financiero destaca el nombre de Ana Botín –presidenta del Banco Santander y, con más de 32 millones de títulos, una de sus mayores accionistas individuales– como símbolo de poder dentro del sector bancario.
Sin embargo, mucho antes de su llegada a la banca hubo mujeres que desafiaron las convenciones de su época, se adentraron en el mundo de las finanzas y, asumiendo riesgos, buscaron su independencia financiera a través de la compra de activos.
Nuestra investigación sobre la presencia de mujeres en el accionariado del Banco Hispano Americano durante las décadas de 1920 y 1930 revela un fascinante panorama de mujeres que adquirieron acciones y contribuyeron así a la dinámica económica de la época.
Las raíces del banco
El Banco Hispano Americano fue fundado por un grupo de indianos en 1900. A medida que avanzaba el siglo XX, se transformó en un actor clave en el panorama financiero.
En los años 1920, la institución ya contaba con una densa red de sucursales urbanas desplegada por todo el país. Esto la convirtió en un imán para pequeños accionistas pertenecientes a las clases medias españolas que buscaban una retribución para sus ahorros.
Una parte de la movilización del ahorro fue posible a través de la compra de acciones porque en las propias sucursales se comercializaban los títulos de la entidad.
Accionistas y familiares
En el Banco Hispano Americano destacan algunas mujeres con nombre propio. Por ejemplo, Pascuala Zaldo Rivera participó en la fundación del banco con 500 acciones (cerca de un millón de euros actuales) en títulos. Fue durante varios años la mujer con más poder dentro del banco. Esta influencia se debe a que era hermana de Bruno Zaldo Rivera, uno de los promotores del banco.
Pascuala falleció en 1924 dejando más de 1.000 acciones en herencia. Cada uno de sus herederos, tres hijas y un hijo, recibieron el mismo número de acciones (257, unos 300 000 euros de hoy) sin que hubiera discriminación alguna en este sentido y aplicando estrictamente el sistema de igualdad.
Su caso es interesante por el elevado volumen de acciones que manejó y recalca el hecho de que, dentro de la familia Zaldo Rivera, hijas y sobrinas llegaron a poseer importantes paquetes accionariales.
También pasó con Isaura Zaldo Arana (que sería inmortalizada en un cuadro firmado por Joaquín Sorolla), casada con Gervasio, su tío paterno, para mantener la riqueza en la familia.
Empoderadas accionistas
Más allá de los nombres propios, nuestro estudio desvela que una parte muy significativa del accionariado del Banco Hispano Americano eran mujeres anónimas. Este dato es relevante por varios motivos:
- Demuestra que las mujeres españolas –por supuesto, provenientes de la élite– contribuyeron a la generación de riqueza y desarrollo del país porque su capital estaba invertido activamente.
- Permite establecer una comparativa con países como Reino Unido o Estados Unidos para los que ya existen numerosos estudios sobre la feminización del accionariado de las grandes empresas desde finales del siglo XIX.
- Contribuye al debate actual sobre el empoderamiento financiero y sobre cuáles son las causas por las que las mujeres siguen teniendo un perfil inversor menos activo que los hombres.
Durante las primeras décadas del siglo XX, la tenencia de acciones experimentó un proceso de democratización, no solo por el aumento del número total de accionistas sino del número de mujeres accionistas, hasta el punto de que se convirtieron en una amplísima minoría.
Los listados de accionistas de este banco revelan que, entre 1922 y 1935, las mujeres llegaron a representar el 40 % del total. Esto demuestra que, al igual que en otros países, las mujeres españolas tuvieron acceso a los mercados financieros a principios de siglo XX. Eran, de hecho las dueñas de un tercio del capital. Y acudían a las reuniones anuales de accionistas, que tenían lugar en la sede central del banco, en Madrid, con lo que tenían acceso a un espacio de sociabilidad considerado eminentemente masculino.
Un comportamiento financiero distinto
Mujeres y hombres tenían una estrategia inversora diferente. Mientras que estos últimos optaban por un portafolio diversificado y operaciones de compra y venta a corto plazo, las mujeres mantenían sus posiciones a largo plazo, enfocadas en optimizar ingresos, preservar la riqueza a lo largo de su vida y transmitirla a sus herederos.
Las mujeres accionistas del Banco Hispano Americano (1922-1935) mantenían fuertes lazos de parentesco con el resto de accionistas. En España, el marco jurídico no impedía o discriminaba el acceso de las mujeres a la propiedad; tampoco la normativa del banco disuadía a las mujeres de invertir en acciones.
Forjar un futuro inclusivo
Estas mujeres, cuyo legado ha sido poco explorado en la historia financiera, desafiaron las barreras sociales y económicas de su tiempo y contribuyeron al desarrollo económico al convertirse en accionistas.
Después, el progreso social y económico de España se vio truncado por la Guerra Civil y la posterior dictadura católico fascista. No contamos aún con estudios sobre cómo fue la evolución de las mujeres accionistas a partir de los años 1940.
Las mujeres accionistas fueron una parte minoritaria y muy privilegiada de la sociedad, como también lo eran los hombres accionistas. El acceso a los mercados financieros y la participación en actividades económicas seguían estando condicionados por factores socioeconómicos y culturales, así como por la persistencia de estereotipos de género y desigualdades en la educación y el empleo.
Herencias igualitarias
Nuestros resultados subrayan la importancia de los regímenes de herencia que tratan a todos los hermanos por igual, independientemente del sexo, al acceder a la riqueza de los padres para reducir así la brecha de riqueza.
Los regímenes de herencia igualitarios facilitan el acceso de las mujeres a la riqueza financiera. En un contexto donde las oportunidades de formación y acceso al mercado de trabajo eran limitadas, resultó un instrumento relevante para disminuir la brecha de género en la riqueza.
Este texto es un resumen del artículo “Diferencias de género e inclusión financiera: accionistas mujeres del Banco Hispano Americano en España (1922-1935)”, publicado en agosto de 2023 en la revista Feminist Economics.
En 1991, el Banco Hispano Americano fue absorbido por el Banco Central y se convirtieron en el Banco Central Hispano. En 1999, el BCH se fusionó con el Banco Santander. Los fondos históricos de los bancos predecesores son custodiados y puestos al servicio de los investigadores en el Archivo Histórico del Banco Santander.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.