Ahorro para la jubilación: el pulso entre los pilares de las pensiones
Los últimos cambios impositivos ponen en riesgo el desarrollo futuro de los planes de pensiones individuales
El necesario impulso para el denominado segundo pilar del ahorro en pensiones individuales no puede desarrollarse en detrimento del tercer pilar: los planes de pensiones tradicionales.
El desarrollo del segundo pilar debe actuar como complemento en ese objetivo por encontrar soluciones para que los partícipes planifiquen de forma correcta su jubilación, para que puedan mantener su poder adquisitivo tras la vida laboral y obtener rentabilidades y, así, optimizar la capitalización del ahorro acumulado del esfuerzo de tantos años de trabajo.
La alternativa de planificación de ahorro de cara a la jubilación, que se materializa en planes de pensiones, posee muy pocos incentivos fiscales en España, si se compara con el resto de países desarrollados de la OCDE.
A pesar de ello, sigue marcando cada año máximos históricos, lo que consolida el interés de los ahorradores españoles por este producto. No obstante, los últimos cambios impositivos ponen en riesgo el desarrollo futuro de los planes de pensiones individuales.
Ralentización en las aportaciones
Tanto es así que esas decisiones condicionaron las aportaciones en 2021 hasta el punto de que casi 3 de cada 4 gestoras pronosticaban, en la última encuesta realizada a gestoras de fondos de pensiones elaborada por el Observatorio Inverco, una ralentización en las aportaciones brutas en 2021 de más de un 20 por ciento.
En este escenario es unánime la percepción en la industria sobre la necesidad de que el límite de aportación desgravable se sitúe muy por encima de los 2.000 euros y se activen otro tipo de incentivos fiscales, como la mejora de la fiscalidad en la prestación.
De hecho, no sorprende que precisamente las cuestiones fiscales se conviertan en uno de los factores que más valoran los partícipes de los planes de pensiones, por encima de la rentabilidad o su gestión profesional. Esta fiscalidad no supone un beneficio fiscal sino un mero diferimiento, ya que en el momento de recibir la prestación se tributa.
En los dos últimos años, en los que nos hemos enfrentado a un escenario extraordinariamente complejo en todos los ámbitos derivado de la irrupción de la pandemia del Covid-19, también ha quedado demostrada la madurez del partícipe español, recogiendo los frutos de un esfuerzo compartido por toda la industria y por los propios clientes por fomentar la educación financiera y el uso de herramientas de ahorro a largo plazo o previsión.
Envío de la pensión estimada a los futuros pensionistas
En este sentido, las gestoras de fondos de pensiones coinciden en apuntar al envío anual de la pensión estimada a los futuros pensionistas, una obligación legal incumplida desde 2011, como la reforma principal que necesita el sistema de pensiones en España, seguido de la introducción de las cuentas nocionales.
En última instancia, hay dos temas que están llamados a ocupar un papel destacado en la gestión de los planes de pensiones a lo largo de este recién estrenado 2022.
Por un lado, la sostenibilidad y la integración de los criterios ESG en el ámbito del ahorro, una tendencia que cobra cada vez más fuerza, como demuestra que siete de cada diez gestoras cuenten ya con algún plan de pensiones alineado con los criterios medioambientales, sociales y de buen gobierno –20 puntos más que el año anterior–.
El segundo tema será, como ya se ha visto en los últimos meses, el desarrollo de los planes de pensiones de empresa, con un modelo que va a diferir del existente en el Reino Unido, basado en la adscripción por defecto de los trabajadores a este producto, que sin embargo en España se va a basar en la voluntariedad.