La carta sobre las pensiones que Escrivá no se atreve a enviar
El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, comunica por escrito a cada jubilado la subida de su pensión, pero se olvida de la carta naranja
Transcripción del podcast
Los pensionistas han empezado a recibir una carta firmada por el ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá, en la que comunica la subida de las pensiones del 8,5 por ciento que tendrá lugar este año.
El ministro, además, recuerda a los 9 millones de jubilados que el poder adquisitivo de sus pensiones está siempre asegurado y que la reforma de las pensiones está “casi concluida”.
Esta reforma que cita el ministro tenía que haberse cerrado antes de finales de 2022, pero hay grandes diferencias entre los sindicatos y el Gobierno que, de momento, impiden sellar el acuerdo.
Además, los expertos, según informaba finanzas.com, aseguran que esta reforma de las pensiones se quedará corta en su intento de garantizar la sostenibilidad del sistema, que generará escasos ingresos y mucho gasto.
La máquina vendehumos trabaja sin descanso
Ahora que el PSOE ha anunciado la creación de una oficina para combatir lo que denominan bulos de la derecha, puede ir poniéndola a punto en el Ministerio de la Seguridad Social, donde la máquina vendehumos de Escrivá trabaja sin descanso.
Utilizar las pensiones como arma electoral es miserable. Y contar verdades a media también. Y puestos a escribir cartas a los pensionistas, también podría el ministro Escrivá cumplir con la ley y enviar a los futuros pensionistas la famosa carta naranja que llevan años esperando.
Se trata de la carta que debe informar a los ciudadanos que se acercan a la jubilación sobre la pensión que recibirán en el futuro. Es una información que la propia ley de la Seguridad Social obliga a dar. Pero hasta ahora ningún Gobierno se ha atrevido a dar el paso.
Como Escrivá está convencido de que su reforma despejará todas las dudas sobre el futuro de las pensiones, no se entiende por qué no envía la carta a los futuros pensionistas. En la mayoría de los países de la Unión Europea ya se hace.
Y este Gobierno que está obsesionado con homologar todo con Europa, podría aplicarlo en el caso de la carta naranja también.
Pero no, seguro que esa carta no se atreve a escribirla.