Descubre cómo obtener una pensión de jubilación más alta
Retrasar la edad de jubilación es la opción más sencilla para incrementar la pensión pública, pero hay otras vías para determinados casos
Cobrar la pensión pública más elevada posible para mantener el nivel de vida previo a la jubilación es uno de los objetivos de cualquier persona. En este artículo enumeramos las posibilidades que hay para lograrlo.
Para empezar, los expertos explican que la principal fórmula para aumentar la prestación por jubilación es retrasar la edad de retiro, lo que se conoce como jubilación demorada.
Esta opción de alargar el periodo activo permite cobrar más, mediante tres fórmulas diferentes.
Tres opciones para cobrar la jubilación demorada
La primera facilita cobrar un 4 por ciento más al mes por cada año completo cotizado, de manera vitalicia. Es decir, si se trabajan dos años más, el cotizante cobraría una pensión un 8 por ciento superior a la que inicialmente le correspondería.
No existe un tope de años máximos para seguir trabajando, pero Enrique Devesa, profesor de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE, relata que sí hay una cuantía máxima que se puede sumar a la prestación.
“A través de esta herramienta, puedes superar la pensión máxima, pero no puedes superar la base máxima de cotización (56.643,3 euros al año, en 2024), que está como un 30 por ciento por encima de la pensión máxima”, relata Devesa.
Eso quiere decir que una persona que cobrase la pensión máxima (situada en los 44.450 euros anuales brutos o 3.175 mensuales, en 2024) todavía podría trabajar unos 7 años más y cobrar un 28 por ciento adicional, aunque supondría continuar activo a una edad bastante madura, según recuerda este experto.
Cobrar un cheque al jubilarse
Demorar la edad de jubilación también permite cobrar más en el momento de la jubilación a través de otra vía: el cobro de una cantidad a tanto alzado (es decir, de un cheque, en el momento del retiro).
La cantidad del cheque depende de los años que se alargue la vida activa y de los años cotizados hasta la fecha en que supuestamente correspondía la jubilación, con una horquilla que va entre los 5.000 y los 12.000 euros, según Salvador Carrero, especialista de Lefebvre.
“Hay una fórmula complicada para calcular lo que sumas. Si tienes una pensión muy alta, por cada año que retrases la jubilación son unos 12.000 euros. Y no hay tope. Si retrasas 10 años, son unos 120.000 euros", añade Devesa.
Respecto a estas dos opciones, Devesa cree que conviene más optar por incrementar la mensualidad, salvo que el cotizante sea una persona enferma, con poca esperanza de vida.
“El cheque es muy llamativo pero, en realidad, te están quitando una parte importante de lo que te correspondería si optas por el 4 por ciento. Entre un 30 y un 50 por ciento. Aunque, por supuesto, todo depende de la edad y de si se es hombre o mujer", relata Devesa, quien recuerda que, sin embargo, el cheque tiene una exención fiscal del 30 por ciento en la declaración de la renta.
Adicionalmente, existe una tercera vía para cobrar la demora en la jubilación, que consiste en una combinación de las anteriores: cobrar un cheque por la mitad del periodo extra trabajado y un 4 por ciento adicional mensual por la otra mitad (siempre que se hayan trabajado más de dos años más).
La jubilación parcial
Una herramienta parecida al retraso de la edad de jubilación son la jubilación flexible y la parcial: cuando se sigue trabajando a tiempo parcial y se cobra una parte de la pensión, con una reducción mínima del 25 por ciento de la jornada laboral y un cobro máximo del 50 por ciento de la pensión.
"Aumentas el tiempo cotizado y las bases de cotización, pero tienes que seguir trabajando aunque sea a jornada reducida”, apunta Carrero.
Estas opciones que implican seguir trabajando más allá de la edad de jubilación son las vías más evidentes para alargar la pensión pública, pues el Estado trata de incentivar que los trabajadores continúen en activo para mejorar la salud de la hucha de las pensiones.
“Lo que se está fomentando es trabajar más años porque al sistema le viene muy bien. Cuanto más tardes en entrar, una pensión menos que tienen que pagar. Ellos te van a pagar más luego, pero les compensa, porque sigues cotizando, eres un trabajador más”, explica Carrero.
Un convenio especial
Pero, además, la ley facilita otras opciones para mejorar la prestación de jubilación en determinados casos.
Por ejemplo, existen convenios especiales con la Seguridad Social que facilitan que las personas maduras que son despedidas o prejubiladas puedan seguir cotizando. Firman un convenio, siguen pagando las cotizaciones con sus ahorros y eso les da derecho a una pensión más elevada.
“En teoría, es con tu dinero, aunque hay casos en los que te lo paga la empresa. Tiene sentido si tienes 55 años o más. El requisito es haber cotizado un mínimo de 1.080 días durante los dos años anteriores a solicitarla”, informa Carrero.
Finalmente, la última opción es tener hijos, aunque nadie en su sano juicio aumentaría su prole con el solo propósito de incrementar su prestación por jubilación.
“Hay un complemento por brecha de género, que son unos 30 euros por mes y por hijo (la cifra cambia cada año), con un tope de cuatro hijos (120 euros al mes). Lo cobra la mujer, cuando se jubila, aunque también lo puede cobrar el hombre si acredita que se redujo la jornada laboral o dejó de trabajar por el cuidado de los hijos", apostilla Devesa.
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