El gran error de rescatar el plan de pensiones el primer día de la jubilación

Minimizar el impacto fiscal, lograr más rentabilidad y evitar las pérdidas son algunas de las ventajas de seguir aportando al plan de pensiones después de la jubilación

Una de las principales medidas que los partícipes de planes de pensiones toman al jubilarse es rescatar el capital que han acumulado en ellos.

Un craso error si no necesitan ese dinero, debido al impacto fiscal que les puede suponer en su declaración del IRPF y a que al liquidarlo renuncian a los beneficios que les pueda generar.

Hay que tener en cuenta que no existe la obligación legal de rescatar el plan de pensiones al llegar la edad de jubilación.

Ventajas fiscales

Una de las ventajas de mantener el plan de pensiones es la desgravación fiscal de las aportaciones hasta un máximo de 1.500 euros al año o el 30 por ciento de los ingresos del trabajo y actividades económicas.

Otro de sus beneficios radica en que retrasar el rescate minimiza el impacto fiscal. El capital obtenido con el plan de pensiones tributa en la base general del IRPF como rentas del trabajo y a un tipo que, en la escala estatal, oscilará entre el 19 y el 47 por ciento.

Por ello, hay que evitar, en la medida de lo posible, rescatar el plan en forma de capital el primer año tras la jubilación, ya que el partícipe tendrá que declarar el montante del rescate junto a los ingresos obtenidos en su último año en activo, por lo que tributará a un tipo marginal muy elevado.

Aprovechar la rentabilidad

Mantener el plan de pensiones también da la posibilidad al ahorrador de aprovechar la rentabilidad que le vaya generando año tras año, sobre todo si se trata de un vehículo de inversión con altos retornos.

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Los expertos recomiendan que durante la jubilación el partícipe debe ser más conservador al invertir, por lo que debe posicionarse en activos menos arriesgados, aunque la rentabilidad obtenida sea algo menor.

Si su plan es de renta variable puede trasladar su capital a otro plan de renta fija o mixto sin impacto fiscal y sin asumir costes.

"La mayor ventaja de retrasar el cobro del plan de pensiones en aquellos casos en los que el beneficiario no necesita utilizar ese dinero es la posibilidad de conseguir una rentabilidad mayor que en otros productos financieros, aprovechando, además, el diferimiento fiscal de esa rentabilidad hasta el momento de cobro", apunta Miguel Ángel Menéndez, director del área de previsión social de Mercer.

Eso sí, hay que tener en cuenta que "transcurridos tres años del hecho causante se perdería la posibilidad de acogerse a la reducción fiscal del 40 por ciento en los rescates en forma de capital de aportaciones realizadas hasta diciembre del 2016", advierte Menéndez.

Evitar rescatar en pérdidas

Otra de las ventajas de seguir con el plan de pensiones es que permite no recatarlo en pérdidas y esperar a que genere beneficios para liquidarlo.

En el caso de tener varios planes de pensiones y optar por el rescate, los expertos recomiendan empezar a liquidar primero los planes invertidos en activos más conservadores, con menor expectativa de rentabilidad.

Aconsejan mantener en cartera planes con algo más de riesgo, pero que ofrezcan una rentabilidad más alta en el medio plazo, ya que la jubilación es una etapa que se puede extender más de dos décadas y el ahorro debe seguir luchando contra la inflación.

El plan como herencia

Un incentivo para mantener el plan de pensiones es querer dejarlo en herencia.

"Esta es una opción cada vez más tenida en cuenta por muchos partícipes, ya que la tributación fiscal se recoge en el IRPF del beneficiario como rendimientos de trabajo y no por el impuesto de sucesiones", aduce Isabel Casares, secretaria general de la Organización de Consultores de Pensiones (OCOPEN).

Esto tiene la ventaja de que se puede diferir la tributación al momento elegido por el beneficiario, debido a que no hay obligación de rescatarlos tras el fallecimiento del titular.

Dividir el rescate

Los partícipes que necesiten capital para mantener su poder adquisitivo al llegar la jubilación tienen la opción de rescatar solo una parte del plan de pensiones.

En estos casos hay que tener en cuenta "que una vez que hemos optado por cobrar parte del fondo, las aportaciones que se sigan realizando ya no se van a considerar como prestaciones de jubilación", advierte Isabel Casares.

No obstante, antes de que el partícipe rescate su plan, los expertos del Instituto BBVA de Pensiones aconsejan que debe planificar qué productos financieros de todos los que posee le ofrecen un tratamiento fiscal más adecuado a sus necesidades.

“Si, además de planes de pensiones, que tributan como rendimientos del trabajo, el ahorrador dispone de fondos de inversión, puede beneficiarle rescatar primero los fondos que tributan como ganancias patrimoniales por la diferencia entre valor de venta y valor de adquisición”, señalan.

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