Los planes de pensiones y la madurez del ahorrador español

El ahorro acumulado en planes individuales durante 2020 marcó un máximo histórico al alcanzar los 82.014 millones de euros

La nueva restricción a la planificación del ahorro de los españoles, que ha supuesto la reducción del límite máximo de aportación a planes de pensiones individuales, de 8.000 euros a 2.000 euros ya este año, unido a la propuesta de una nueva reducción hasta los 1.500 euros para el año que viene, es una muy mala noticia para los ahorradores, que ven así drásticamente reducidas sus opciones de inversión a largo plazo.

Por otra parte, el Gobierno quiere promover fondos de pensiones de empleo de promoción pública, a los que desplazará los incentivos fiscales de los planes de pensiones individuales.

Compartimos absolutamente la idea del Gobierno de estimular los planes de empresa, ya que su desarrollo está muy lejos del de las principales economías del mundo, pero dicho desarrollo no debe ser nunca ‘a costa’ de reducir la expansión brillante que han tenido los planes individuales y, desde luego, no es el momento adecuado para reducir los incentivos al ahorro a largo plazo cuando España lo necesita de forma imperiosa.

El ahorro marca máximos

La prueba de la apuesta de los españoles por los planes de pensiones individuales es que el ahorro acumulado continúa marcando máximos cada año, a pesar de ser un instrumento con incentivos fiscales escasos en comparación con los países desarrollados, como así lo reconoce la OCDE.

Un vistazo al año 2020 nos permite ver la madurez que ha adquirido el ahorrador español durante la pandemia, demostrando su capacidad de planificación con vistas al futuro, su apuesta por productos de ahorro a medio y largo plazo y su voluntad de ejercer un control financiero en tiempos de incertidumbre.

La notable preferencia por este producto se ve complementada por sus ventajas de cara a preparar el retiro laboral.

Junto a su flexibilidad, caben destacar la seguridad, la supervisión, la transparencia y gestión profesional, la favorable fiscalidad aunque se haya disminuido el importe desgravable y, por supuesto, la posibilidad que ofrece para controlar y diversificar los riesgos, un aspecto clave a la hora de crear una cartera sólida y preparada para hacer frente a las diferentes coyunturas económicas.

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Estudio del Observatorio Inverco

Ambos aspectos -la madurez del partícipe y la relevancia de los planes de pensiones en el entorno actual- se ven plasmados en el último estudio publicado por el Observatorio Inverco sobre el ahorro en planes de pensiones por comunidades autónomas y provincias.

Este estudio recoge el crecimiento del 2,7 por ciento en el ahorro acumulado en planes individuales durante 2020, lo que se tradujo en un máximo histórico de 82.014 millones de euros, unas cifras empujadas por las revalorizaciones experimentadas por las carteras de fondos de pensiones, consecuencia de las rentabilidades obtenidas por las gestoras en favor de los ahorradores durante los últimos meses de ese año.

Un instrumento de referencia para el ahorro finalista

No cabe duda de que los planes de pensiones siguen siendo un instrumento de referencia para todos los partícipes que quieren canalizar su ahorro a largo plazo, en especial ante la elevada incertidumbre respecto a la sostenibilidad de las pensiones públicas y la acumulación de ahorro por las restricciones al consumo en los meses más duros de pandemia.

No obstante, tampoco puede pasarse por alto que este instrumento aún ha de hacer frente a importantes retos.

Uno debe ser incentivar su uso y, en consecuencia, replantear al alza el límite de las aportaciones, con el fin de que pueda seguir complementando la jubilación y contribuyendo a la consolidación y mantenimiento del ahorro en España.

Y un segundo, que pasa por una apuesta del Gobierno por el desarrollo de los planes de pensiones de empresas de promoción pública, que deben transformar la situación del sistema de pensiones para homologarla a la media de la OCDE: más capitalización y acumulación de ahorros.

Es imprescindible que, cuando se publique el anteproyecto de ley, este incluya fuertes estímulos fiscales a las empresas para que impulsen la creación de planes de pensiones para sus trabajadores. No hay tiempo que perder y el esfuerzo merece la pena.

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