El INE que desacredita al Gobierno da la puntilla a las pensiones
El INE advierte sobre la caída histórica de la tasa de natalidad y el incremento de la esperanza de vida, lo que complica la supervivencia del actual sistema de pensiones
El Instituto Nacional de Estadística (INE) no para de desacreditar al Gobierno con sus datos. Cada vez que publica la cifra de PIB o de inflación, el Ejecutivo de Sánchez arremete contra este organismo porque dice que su forma de analizar el crecimiento económico o la subida de los precios no es la correcta.
Ahora el Gobierno tendrá que pronunciarse también sobre el informe 'Movimiento Natural de la Población', porque el INE advierte en él de la caída histórica de la tasa de natalidad y del incremento de la esperanza de vida, lo que puede poner la puntilla a la supervivencia del sistema de pensiones tal y como ahora lo conocemos.
El año pasado el número de nacimientos en España fue de 336.811, lo que supuso un nuevo mínimo histórico y la cifra más baja contabilizada desde 1941. A ello hay que unir una reducción de fallecimientos del 8,7 por ciento y un aumento de la esperanza de vida hasta los 83 años.
Dos trabajadores por pensionista
Estos datos corroboran que cada vez menos trabajadores tendrán que hacerse cargo de sostener las pensiones de un mayor número de jubilados, y más cuando los 14 millones de ciudadanos de la generación baby boomer están a las puertas de la jubilación.
Ahora la tasa de dependencia es de dos trabajadores por jubilado, muy alejada de la de 4 trabajadores por pensionista de finales de los años setenta.
Las cifras son rotundas. Según los últimos datos del Ministerio de Seguridad Social, el número de afiliados a la Seguridad Social fue en mayo de 20.025.089, mientras que el de pensionistas superaron los 9 millones, que recibieron un total de 9.918.966 pensiones contributivas por valor de 10.810 millones de euros.
Una nómina que no para de crecer. En mayo experimento un incremento interanual del 4,8 por ciento debido al aumento de pensionistas, a la subida de la pensión media y a la revalorización del 2,5 por ciento de las pensiones contributivas.
Un incremento mínimo si se tiene en cuenta el que se espera para el año que viene debido a la revalorización de las pensiones en función del IPC, que puede incrementar el gasto en pensiones para 2023 en 12.500 millones de euros si 2022 cierra con una inflación del 7,2 por ciento.
Una media que castiga al sistema
Todos estos factores ponen en entredicho la sostenibilidad del sistema público de pensiones, como han advertido desde el Banco de España en su informe anual.
En él señalan que las tendencias demográficas que se esperan para los próximos años y las medidas que se están tomando generarán un incremento “muy significativo” del gasto en pensiones.
Entre estas medidas destacan la indexación de las pensiones a la subida del IPC que, según el informe, implicará un aumento del gasto en pensiones de entre 4,1 y 4,3 puntos porcentuales del PIB en el período 2019-2050. Por lo que recomienda indexar solo a la inflación las pensiones más bajas.
No son los únicos, también Miguel Ángel Menéndez, director del área de Wealth de Mercer España, opina que la indexación de las pensiones al IPC "aumentará de manera exponencial el déficit anual de la Seguridad Social originado por las pensiones".
Un déficit que alcanzó en 2021 los 11.192 millones de euros, el equivalente al 0,93 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB).
El riesgo de no mover ficha
Por su parte, Isabel Casares, secretaria general de la Organización de Consultores de Pensiones (Ocopen), recomienda al Gobierno que "en estos momentos debería plantear una medida correctiva, ya que sería un gran riesgo no hacer nada y seguir ajustando las pensiones a la subida de la inflación".
También desde el BdE recomiendan al Gobierno "llevar a cabo nuevas actuaciones en el futuro por el lado de los ingresos, de los gastos o de ambos" para garantizar la sostenibilidad del sistema.
En este sentido, aconseja al Ministerio de Seguridad Social reforzar el vínculo entre las contribuciones realizadas y las prestaciones recibidas, asegurando un nivel suficiente para los hogares más vulnerables.
Caso omiso del Gobierno
Todas estas recomendaciones han caído en saco roto. El ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, considera “indiscutible" la revalorización de las pensiones en función de la inflación y señala que esta subida se afrontará con mayores cotizaciones.
El problema es que la demografía es inexorable y no ayuda a garantizar la viabilidad del sistema. La ONU calcula que en 2050 España será uno de los países más envejecidos del mundo con un 40 por ciento de la población por encima de los 60 años y una caída en vertical de cotizantes a la Seguridad Social.
Por ello, los expertos consideran que “o se lleva a cabo una profunda reforma del sistema público de pensiones o la transformación demográfica del país y el notable aumento de la esperanza de vida podría abocarlo a una grave crisis”.