El plan de Escrivá bajará las pensiones hasta un 5%

Los principales beneficiados de aumentar a 30 años el periodo para calcular las pensiones son los que han cotizado menos en los últimos años de su carrera laboral

La nueva propuesta presentada por el ministro de Seguridad Social, Jose Luis Escrivá, para calcular las pensiones ha logrado algo difícil de conseguir, poner de acuerdo a patronal, sindicatos y a sus socios de Gobierno en contra de la medida.

El plan de Escrivá es aumentar de forma progresiva, a partir de 2027, el periodo de cómputo para calcular las pensiones desde los 25 años actuales hasta los 30 años, pudiendo elegir los 28 años mejores de cotización, es decir, descartando los dos peores.

El Gobierno señala que este cambio beneficiaría al 30 por ciento de los futuros jubilados y que sobre el resto tendrá un efecto "neutro".

Previsión que no comparten ni los agentes sociales ni la ministra de trabajo Yolanda Díaz, que creen que con su implantación bajarían las pensiones.

Argumentan que esto ya se vivió con la anterior ampliación del periodo de cómputo iniciada en 2011, que pasó de 15 a 25 años, y que produjo un recorte en las pensiones del 5 por ciento.

Una subida segura

También el Banco de España considera que la ampliación generaría una merma en las prestaciones. Según cálculos que presentó en septiembre, incrementar el periodo de 25 a 35 supondría un recorte generalizado de las prestaciones del 8,2 por ciento debido a que en los primeros años de la carrera laboral los salarios y las cotizaciones suelen ser inferiores a los recibidos antes de la jubilación.

La cuantía de esta rebaja no aparece en la propuesta que Escrivá ha presentado en la mesa de diálogo social para debatir la segunda parte de la reforma de las pensiones, lo que le recriminan los agentes sociales.

Lo que está claro es que "en términos generales, reducirá la base reguladora que sirve para el computo de las pensiones", indica Miguel Ángel Menéndez, director de negocio de previsión social de Mercer.

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Una merma de las pensiones de hasta el 5%

Los expertos dan una horquilla amplia sobre la merma que supondría esta medida en las prestaciones. Va desde el 0,04 por ciento calculada por el Observatorio de Pensiones de WTW, hasta una caída del 5 por ciento de la base reguladora en el caso de un trabajador con un salario de 20.000 euros, calcula Menéndez.

Isabel Casares, secretaria general de la Organización de Consultores de Pensiones (Ocopen), va más allá de estas cifras y vaticina que el nuevo modelo defendido por Escrivá "es un paso más para ampliar a toda la vida laboral el periodo utilizado para calcular las futuras pensiones”.

Lo que a su juicio "es una medida más razonable para que cada jubilado reciba la pensión que le corresponde en función de los años y cotizaciones realizadas. Con esta propuesta se está suavizando lo que nos va a llegar en el futuro".

Ganadores y perdedores con la propuesta

El objetivo de José Luis Escrivá al plantear este cambio es adecuar el sistema a las nuevas carreras profesionales y mejorar las lagunas de cotización de algunos colectivos.

Por ello, beneficiaría a los trabajadores que han cotizado menos durante los cinco últimos años de vida laboral o que no han cotizado los años antes de jubilarse.

Mientras que los más perjudicados serían los que tienen carreras laborales muy largas y han cotizado más los últimos años de su carrera y a los que el descarte de los dos peores años de cotización les dificultaría acceder a la pensión máxima.

Estos sufrirían una bajada de las pensiones del 0,4 por ciento, según calcula el Observatorio de Pensiones de WTW.

También perjudicaría a aquellos con carreras cortas porque la ampliación les supone más lagunas.

Otros de los favorecidos son los que tienen carreras laborales irregulares y los autónomos al poder descartar los dos años peores de cotización con lo que su pensión mejoraría un 0,21 por ciento, según calculan los técnicos del Observatorio.

Por géneros, las mujeres serían las más perjudicadas al disminuir su pensión un 0,86 por ciento, lo que aumentaría la brecha de género en las pensiones, que pasaría del 23,33 al 24,94 por ciento.

El modelo también va a favor de los que se jubilen anticipadamente, por tener carreras laborales más largas. Sus prestaciones aumentarían un 0,18 por ciento, mientras que en el caso de la jubilación demorada sufrirían una bajada del 1,05 por ciento. Justo lo contrario que espera conseguir Escrivá con la nueva reforma.

Impacto neutro en el sistema de pensiones

Entre las debilidades que presenta el plan de Escrivá destaca que no contribuirá a mejorar la sostenibilidad financiera del sistema de pensiones ni mejorará la equidad contributiva.

"No va a mejorar la contributividad del sistema, a pesar de que se aumenta el número de años para calcular la base reguladora, ya que el hecho de que se descarten los dos peores años va en el sentido contrario”, explica Enrique Devesa, profesor de la Universidad de Valencia e investigador del IVIE.

Un acuerdo complicado

Las posiciones enfrentadas entre el ministro y los agentes sociales hacen difícil llegar a un acuerdo. No obstante, Escrivá se muestra dispuesto a seguir negociando y a escuchar sus propuestas.

Y es que le urge aprobar la segunda parte de la reforma de las pensiones antes de que acabe el año, a lo que se ha comprometido con Bruselas, y, pase lo que pase, la aprobará, ya que, según ha anunciado, optará por un real decreto-ley para hacerlo.

La ampliación del periodo de cálculo está recogida en el Programa Nacional de Reformas de 2022 que el Gobierno envió a la Comisión Europea y que incluye el compromiso del Ejecutivo de modificar en 2022 el periodo de cómputo para el cálculo de la base reguladora que determine el importe de las pensiones.

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