La nueva Unicaja debuta tímida en bolsa y con grandes desafíos pendientes
La nueva Unicaja, resultante de la fusión con Liberbank, sube en bolsa pero tendrá que convencer tras decepcionar con los resultados
La nueva Unicaja se estrenó en bolsa este lunes con tímidas subidas del 1 por ciento, tras la absorción de Liberbank, que cotizó por última vez el pasado viernes.
De esta forma, nació el quinto banco español por tamaño, con un volumen de activos gestionados de 110.000 millones de euros y presencia en el 80 por ciento del territorio nacional.
El estreno se produjo tras meses de negociaciones y después de que las autoridades competencia pusieran la alfombra roja.
El tira y afloja fue un constante en una operación que se inició en 2018 pero que se interrumpió un año más tarde por discrepancias en la ecuación de canje.
Finalmente, el canje acordado estipula que cada acción de Unicaja de un euro de valor nominal se intercambiará por 2,7705 títulos de Liberbank.
Manuel Azuaga será el nuevo responsable de la entidad
El destino de Liberbank es una disolución sin liquidación, lo que dará lugar que todo su patrimonio se transfiera a Unicaja Banco. A su vez, esta última entidad ejecutará una ampliación de capital para hacer frente al canje.
La nueva Unicaja será entidad de referencia en buena parte del territorio nacional.
Así, desarrollará actividad en Andalucía, Asturias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Castilla y León y Extremadura, aunque también estará presente en Madrid, Ceuta y Melilla.
La presidencia de Unicaja Banco será para Manuel Azuaga, el actual responsable del banco, mientras que Manuel Menéndez ocupará el cargo de consejero delegado.
Unicaja pinchó en resultados
El quinto banco español inicia su andadura en el parqué con numerosos desafíos pendientes. El principal, convencer a sus accionistas de las bondades del negocio.
Y hay trabajo por delante. Los resultados que Unicaja presentó el pasado jueves fueron decepcionantes y provocaron caídas en la acción del 5,6 por ciento.
El banco obtuvo un beneficio neto de 70 millones de euros en el primer semestre del año, lo que supuso un aumento del 15 por ciento respecto a junio de 2020.
Sin embargo, la entidad tuvo que dotar provisiones por 11 millones de euros para hacer frente a los efectos el coronavirus y a posibles reestructuraciones de empleos.
Citi ve luces y sombras en Unicaja
Los analistas de Citi calificaron estas cifras como “decepcionantes” y vieron margen para que el consenso de analistas revise a la baja las recomendaciones sobre la entidad.
Los expertos consideraron que los ingresos netos sobre la base combinada de Unicaja y Liberbank estaban en línea con las previsiones del mercado.
Sin embargo, el beneficio neto fue más débil de lo previsto por el consenso de analistas mientras que el margen de intereses resultó igualmente decepcionante.
Lo que preocupó a los expertos fueron las provisiones que tuvo que anotar la entidad en previsión de que lleguen recortes de empleo tras la fusión.
Por el contrario, en la parte positiva, en Citi calificaron los niveles de capital de Unicaja como "sólidos" y destacaron que la ratio CETI del 17,7 por ciento superó sus estimaciones. En el banco siguen recomendando comprar con precio objetivo de 0,8 euros por acción.
Una fusión casi sin condiciones
El estreno en bolsa de la nueva Unicaja se aceleró a finales de junio, cuando la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) aprobó la operación casi sin condiciones.
El supervisor se limitó a fijar las condiciones relacionadas con la concentración de sucursales y el efecto que tendrá en la banca minorista, aunque por el volumen de distritos afectado, este requisito fue prácticamente una anécdota.
Así, los reguladores españoles dejaron claro que la fusión “no supondrá una amenaza para la competencia efectiva” a nivel nacional, ya que “las cuotas resultantes no son relevantes”.
No obstante, el organismo dijo que la fusión “sí que supone una amenaza para la competencia efectiva” dentro del mercado de sucursales a nivel provincial. En concreto, en la provincia de Cáceres.
Por eso, la CNMC obligó a adoptar tres condiciones: que las nuevas comisiones sean comunicadas antes de dicho cambio, que los productos ofrecidos cumplan los “criterios de elegibilidad y sean equiparables o mejores” y que las modificaciones entren en vigor en un plazo de 60 días para las personas físicas y de 30 días para el resto de clientes.