Los inversores aceptan las explicaciones de Rovi sobre la contaminación de las vacunas de Moderna
El laboratorio farmacéutico Rovi concluye que los elementos extraños hallados en los viales son partículas de acero desprendidas durante el proceso de fabricación. Asevera que no suponen un riesgo para la salud
Los inversores han aceptado las explicaciones finales de Rovi tras la investigación que la compañía y su socia Moderna han realizado para determinar el origen de la contaminación que fue hallada en varios lotes de vacunas contra el coronavirus fabricadas en España.
Así lo parece si tenemos en cuenta que las acciones de la compañía suben un 2,7 por ciento, situándose sobre los 56,90 euros, en una mañana marcada por el compás de espera (el IBEX 35 sube el 0,13 por ciento, colocándose sobre los 9.000 puntos).
Se trata de unos niveles que marcan una clara recuperación de la cotización de Rovi respecto a los mínimos de 46,15 que tocó el 30 de agosto, en medio de la tormenta bajista provocada por la noticia.
Si bien, también están lejos de los máximos de 67, 90 euros que la farmacéutica española tocó antes de que estallara el escándalo.
Partículas de acero en los viales de Rovi
Las explicaciones que han servido para calmar los ánimos de los inversores fueron publicadas anoche y en ellas se concluye que los elementos extraños hallados en los viales de la vacuna son partículas de acero desprendidas durante el proceso de fabricación.
“Según el informe de análisis del origen de las partículas realizado por Rovi, la causa más probable de las partículas identificadas en el lote 3004667 está relacionada con la fricción entre dos piezas metálicas instaladas en el módulo de tapones de la línea de producción debido a un montaje incorrecto. (...) Conforme al análisis realizado por Rovi, la incidencia en la fabricación sólo afectó a los lotes que han sido bloqueados”, dice el hecho relevante enviado por el laboratorio a la Comisión Nacional del Mercado de Valores.
Rovi asevera que la causa de la contaminación está subsanada
Rovi asevera que se han tomado las medidas correctivas necesarias para subsanar la fricción entre las piezas metálicas y que las partículas de acero no suponen un riesgo para la salud.
“La rara presencia de partículas de acero inoxidable en la vacuna del Covid-19 de Moderna no supone un riesgo indebido para la seguridad del paciente y no afecta negativamente al perfil beneficio/riesgo del producto. Las partículas metálicas de este tamaño inyectadas en un músculo pueden dar lugar a una reacción local, pero es poco probable que den lugar a otras reacciones adversas más allá del lugar de la inyección (...). Por lo tanto, no se espera que la inyección de las partículas identificadas en estos lotes en Japón suponga ningún mayor riesgo médico”, dice el comunicado.
Asimismo, Rovi y Moderna descartan en principio que el fallecimiento de dos personas tras recibir sendas dosis contaminadas de la vacuna se deba a este problema.
En todo caso, el Gobierno de Japón señaló este jueves que seguirá investigando las posibles reacciones en pacientes a las vacunas de Moderna.