Pharmamar critíca el trato dado al Aplidin, su medicamento anti Covid-19, en España

Pharmamar considera que el retraso en las autorizaciones en España para el Aplidin afecta al estudio y le sorprende las diferencias de criterio de la Administración

El presidente de Pharmamar, José María Fernández de Sousa, aseguró durante la junta general de accionistas que la biofarmacéutica que dirige pierde tiempo en España con el Aplidin por el retraso en la aprobación de las fases de estudio por parte de la Administración.

“No se entiende cómo algunos medicamentos de multinacionales se aprueban en cuatro días y para nuestro estudio pasaron cuarenta. Es una pregunta que me hago”, apostilló De Sousa al dirigirse a los accionistas.

Así, la compañía no se muestra conforme con los plazos de la Agencia Española del Medicamento, mientras ensalza a la su homóloga estadounidense, la FDA, respecto a la aprobación de la lurbinectidina: “Tardaron dos meses menos del plazo normal de seis al ver su eficacia y necesidad, siempre con una comunicación y coordinación fluida”.

El caso es que el Aplidin sigue como una gran esperanza para el futuro empresarial de Pharmamar y por ello están en proceso de expansión del fármaco contra el coronavirus a América Latina y los Estados Unidos.

Dentro de Latinoamérica los países seleccionados son México, Brasil, Argentina, Perú y Chile. Todos, incluido los Estados Unidos, son geografías donde la pandemia se encuentra en su máxima expansión.

Reiteran la potencia del Aplidin

Fernández de Sousa se sumó a las palabras del director general de Pharmamar, Luis Mora, sobre que el Aplidin, la gran esperanza de Pharmamar para el coronavirus, es mil veces más eficaz y potente contra el Covid-19 que sus competidores.

“No me sorprenden los resultados, sabíamos de su potencial gracias a su aprobación como antitumoral en Australia”, señaló el presidente. Así, declaró que los estudios internacionales realizados sobre el Aplidin para este virus “solo hacen constatar lo que nosotros ya sabíamos. El último, el del Instituto Pasteur, constata las grandes diferencias con el resto de competidores”.

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Pese a todo, aún está en una fase inicial, aunque para julio se esperan los primeros resultados. La expectación es máxima dado los anuncios de la compañía, pero es complejo que se vea una comercialización del mismo hasta 2021. Eso sí, podría usarse bajo “uso compasivo” para determinados casos en otoño, siempre y cuando quede demostrada la eficacia.

La lurbinectidina como centro de negocio

El caso es que los ingresos de Pharmamar llegan por la lurbinectidina y no por el Aplidin. Y es que “cambiaría la historia de la compañía”, según Fernández de Sousa. El también máximo accionista de la cotizada señaló que podría tener la aprobación final de la FDA en 2021.

Por el momento, la caja se llena. El Zepzelca, nombre por el que se comercializará tras desechar su socio en el país Jazz Pharmaceutical el de Zepsyre propuesto por la española, podría reportar 1.000 millones en ingresos.

Por el momento, Pharmamar ya recibió 200 millones gracias al acuerdo y Fernández de Sousa declaró en la junta que van a recibir otros 100 millones y que optan a 150 más tras los resultados del estudio que se conocerán a final de año. Con todo, podrán recibir 250 millones por hitos regulatorios y otros 550 por objetivos comerciales.

Además, señaló que “esta cifra de ingresos podría aumentar si se aprueba el producto para otras indicaciones terapéuticas, conservando Pharmamar los derechos producción y distribución a Jazz”, mientras los “royalties” de ventas se pueden elevar hasta el 30% y siempre con un mínimo de doble dígito.

Gracias al antitumoral también quedó aprobada en la junta una gratificación extraordinaria a Fernández de Sousa de 889.710 millones de euros, el 100% de su retribución fija, por el acuerdo con Jazz que dio lugar a la aprobación de Zepzelca. Importe que podría volver a percibir en caso de cumplirse todos los objetivos de venta.

Dividendo y 'contrasplit' aprobado

El hito histórico de esta junta, además de hablar sobre Zepzelca y el Aplidin, fue la aprobación del dividendo de 0,04 euros por acción tras doce años sin retribuir a los accionistas desde la disolución de Zeltia, la antigua Pharmamar.

El dividendo parece que viene para quedarse tras el aumento de liquidez la biofarmacéutica tras unos buenos resultados trimestrales dónde ganó 79,6 millones de euros dejando atrás las pérdidas de 10,4 millones de un curso antes.

Importante fue también el aumento en ingresos, un 35% más, hasta los 24,8 millones de euros, incrementados ahora por el dinero que recibirá por parte de Jazz.

La junta también aprobó la agrupación y cancelación de las acciones de su capital social, con recompra de acciones y reducción del número de acciones, “para reducir la volatilidad del valor”, según Fernández de Sousa.

Esta operación, denominada ‘contrasplit’, será con un canje por nuevas acciones en la proporción de una nueva acción por cada 12 títulos preexistentes, a través de la mencionada reducción de capital previa a la amortización de acciones.

Una medida que el mercado puede entender como un paso previo a dar el salto a Wall Street y más si se tiene en cuenta la mención al respecto del presidente que no descarta salir a cotizar en la Bolsa de Nueva York a través de una OPV o de la compra de una competidora.

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