Tres motivos para desconfiar de las acciones de Ence

La incertidumbre sobre la planta de Ence en Pontevedra, sus resultados y la mala nota de las agencias penalizan al valor, que cae un 33% en el año

El viacrucis de Ence en bolsa en lo que va de año no se toma un respiro. Su acción se deja desde enero un 33 por ciento y, a pesar de su bajo precio, 2,25 euros, los inversores rehúsan entrar en el valor.

Tampoco la decisión de la agencia de calificación de riesgo S&P de, contra todo pronóstico, mantener su rating en el BB- debido a la mejora de los precios de la celulosa y de la energía y a su "fuerte posición de liquidez" convence a los inversores.

Y es que la agencia ha dado a la cotizada una de cal y otra de arena. Esta última viene de que ha cambiado su perspectiva de estable a negativa debido al riesgo de que se anule la prórroga de la concesión de la planta que la papelera tiene en Lourizán (Pontevedra).

Ence tenía la concesión hasta 2018, pero en 2016 se amplió hasta 2073, ante lo que recurrieron Greenpeace y el Ayuntamiento de Pontevedra. La Audiencia Nacional les dio la razón y anuló esta prórroga en dos sentencias y, ahora, la posibilidad de que el Supremo las ratifique está castigando al valor.

Más beneficios, pero insuficientes

A ello se han unido los últimos resultados presentados por Ence, que no han satisfecho a los inversores a pesar de que mejoraron respecto al año anterior. En el tercer trimestre del año obtuvo un beneficio de 2,2 millones de euros, frente a las pérdidas de 16 millones registradas en el mismo periodo de 2020.

Su ebitda alcanzó los 26,9 millones frente a los 13,7 que obtuvo en el tercer trimestre de 2020.

Para Filipe Aires, analista de Bankinter, los resultados han estado bien soportados por los elevados precios de la celulosa y de la electricidad, pero “se ven lastrados por los efectos de las coberturas, empeorando todavía más el sentimiento negativo que prevalece desde la decisión de la Audiencia Nacional de anular la prórroga de la concesión de los terrenos de su planta de Pontevedra”.

En sesgo negativo

Estos tres motivos hacen que la papelera "mantenga su sesgo negativo lastrada por los problemas que arrastra", apunta, Darío García, analista de XTB.

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El más grave, a su juicio es el relativo “a la ley de costas y del medio ambiente que puso en jaque la cotización desde sus máximos de 2018, para finalmente resolverse en contra de la cotizada”.

Considera que “desde entonces, el impedimento a incrementar la escalabilidad del negocio por su fábrica de Pontevedra sigue marcando una expectativa negativa también en sus fundamentales".

Bonos basura

Tampoco ayuda que las principales agencias de calificación crediticia mantengan la categoría de sus bonos en "high yield" o "bono basura" y que las perspectivas de estas entidades sobre la papelera se hayan revisado a la baja, de "estable" a "negativa".

“El riesgo de que se anule la prórroga sobre la concesión de Pontevedra es el principal factor que se está teniendo en cuenta para hacer esta valoración”, apunta García.

También Pablo Fernández de Mosteyrín, analista de Renta 4, alerta del riesgo de la acción a largo plazo, por lo que tiene su precio objetivo en revisión.

Balance saneado

Ence es el mayor operador de biomasa en España con 170 MW de capacidad instalada y una cartera de proyectos de otros 140 MW RTB entre el primer y el cuarto trimestre de 2022.

Otro aspecto positivo de la compañía es su deuda neta, que se redujo un 8 por ciento en el tercer trimestre del año, hasta los 162 millones de euros.

Mantiene "un balance muy saneado", a juicio de los analistas, con una deuda neta de 18 millones de euros en su negocio de celulosa y de 144 millones en el negocio de energía renovable.

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