Alemania remata su semana fatídica con una caída del 1,2% de las exportaciones
Las exportaciones, el último reducto de la economía alemana, hacen aguas, lo mismo que la producción industrial o los pedidos a fábrica
Alemania remató su semana negra de datos macro con una caída inesperada de las exportaciones del 1,2 por ciento, cuando el consenso de analistas esperaba un incremento del 0,5 por ciento.
La noticia se suma a la caída del 4 por ciento en la producción industrial o al desplome del 7,7 por ciento que sufrieron los pedidos a fábrica. Los datos no dejan lugar a las dudas: la locomotora de Europa pierde fuelle por los cuatro costados.
Alemania siempre ha tirado de la economía europea gracias a la potencia de su industria y a su capacidad de arrastre como potencia exportadora. Pero los cuellos de botella y las interrupciones en las cadenas de suministro han desbaratado todo.
Las exportaciones, el último reducto al que aferrarse, se desplomaron por primera vez en quince meses, hasta los 113.000 millones de euros. Por el contrario, las importaciones aumentaron el 3,5 por ciento, hasta los 100.100 millones.
Menor demanda exterior de los productos de Alemania
A punto ha estado de entrar en negativo el saldo de la balanza comercial alemana (exportaciones menos importaciones), impactado por la menor demanda exterior de los productos fabricados en el país.
La escasez de bienes intermedios como semiconductores y algunas materias primas ha frenado a muchos sectores, especialmente a la crucial industria automovilística de Alemania.
Detrás de todo está el fuerte incremento de las expectativas de inflación y el impacto en las cadenas de suministros de los grandes exportadores alemanes.
En comparación con el año anterior, cuando la economía mundial estaba sumida en la crisis económica provocada por la pandemia del coronavirus, el comercio experimentó una fuerte recuperación, con las exportaciones a Estados Unidos hasta un 22,4 por ciento y las a China hasta un 4,4 por ciento.
Un otoño difícil para Alemania
Con esta sucesión de datos macro tan malos, las perspectivas de recuperación para Alemania son muy preocupantes.
Las empresas de Alemania se preparan para un "otoño difícil", dijo Joachim Lang, director general del influyente lobby de la industria alemana BDI.
"Las dificultades en las cadenas de suministro, los altos costes logísticos y las disputas comerciales no resueltas han oscurecido el horizonte económico y tienen un impacto masivo en las exportaciones", dijo Lang.
Para los fabricantes de automóviles alemanes es un drama. Volskwagen ya se vio obligado a reducir su producción por la escasez de chips, mientras que Daimler espera que los cuellos de botella persistan hasta finales de año.