Bolsas volátiles: ¿cómo actuar? Los expertos responden a las preguntas de los inversores

La volatilidad presente en los mercados está suscitando muchas dudas entre los operadores del mercado: ¿es una corrección que hay que aprovechar comprando acciones o es el inicio de un movimiento bajista de mayor dimensión? Los analistas contestan.

Cuando escribimos estas líneas, el Ibex-35 acumula cinco semanas consecutivas de caídas, pero en la última sesión de octubre y en la primera de noviembre, parece querer remontar y enfila los 10.000 puntos. En este entorno, los inversores están llenos de unas preguntas que, con ayuda de analistas técnicos y fundamentales, gestores de fondos de inversión y de patrimonios, vamos a tratar de responder: ¿Hay que aguantar las posiciones en bolsa?, ¿es conveniente aprovechar los descensos para comprar?, ¿es mejor abandonar la bolsa y decantarse por la liquidez o activos refugio?, ¿qué tiene que pasar para que se calme el mercado? Los expertos son, en su mayoría, optimistas, aunque también hay quienes consideran que es mejor dejar en suspenso la inversión en bolsa hasta que llegue la calma o hasta que los índices den ciertos síntomas de estabilización. Además, hay opiniones que advierten de la posibilidad de que haya arrancado la gran corrección de las subidas que los índices, sobre todo los americanos, acumulan desde 2009, pero todo ello con muchos matices, todos los que exige un contexto tan confuso como el actual.

¿Hay que mantener las posiciones en Bolsa?

Carles Planas de Farnés, de Ginvest, comenta que si el inversor cuenta con un buen diseño de su cartera acorde con su perfil de riesgo y sus circunstancias no han cambiado, tiene que mantener sus posiciones. «Hay más incertidumbre, pero de momento a lo que asistimos es a una corrección. No vemos nada que nos preocupe, el ciclo no ha cambiado», argumenta Planas de Farnés. De la misma opinión es Diego González, responsable de asesoramiento financiero de Cobalto Inversiones, que explica: «Pensamos que lo que hemos visto es una corrección técnica. Las valoraciones son razonables, los beneficios crecen y la macro da soporte. Además, hay pocas alternativas de inversión»

Sergio Ávila, de IG, añade: «Si el inversor hace operativa a largo plazo, quizás sería buena opción mantener posiciones a la espera de un rebote y un cambio de tendencia a más largo plazo, aún teniendo en cuenta que el mercado podría caer más». 

Luis Lorenzo, de IG, también apostaría por mantener, con independencia del momento en que se haya comprado, y argumenta: «Si el inversor no hizo liquidez en mayo, no tiene sentido hacerlo en el que suele ser el peor momento del año, cuando suele estar cerca el nivel más bajo del ejercicio». Jesús de Blas, de Bankoa Crédit Agricole, además, afirma: «No merece la pena irse de la renta variable a otro activo».

Roberto Moro, de Apta Negocios, coincide más o menos con Lorenzo: si se ha llegado hasta aquí, lo mejor es mantener, pero siempre y cuando los indicadores no pierdan los últimos mínimos, porque entonces entrarían en un escenario correctivo de largo plazo. 

Pero también hay analistas que no son tan optimistas. Por ejemplo, José Luis Herrera, de CMC Markets, que explica: «Estamos en un momento crucial para las bolsas. Podríamos estar en precios de saldo si pensamos que se va a producir un rebote sostenido desde los niveles actuales, o podríamos estar ante la última oportunidad de ver niveles que podrían no volver a verse en muchos meses. Según se comporten los índices de aquí a finales de este mes de octubre (¿es suficiente con el tirón del día 31?), es posible que asistamos a alguna señal que nos anticipe uno u otro escenario. A pesar de que podría haber justificaciones para un rebote desde zonas actuales (sentimiento negativo extremo, per -precio entre beneficio- bajos en comparación histórica para muchas de las compañías, etc.), también hay suficientes incertidumbres para que continúe la debilidad: bonos al alza, lo cual supone un aliciente para el traspaso de fondos desde la renta variable; en el caso de España, concretamente, asuntos de fondo sin resolver, como el tema de Cataluña y la decisión del Tribunal Supremo acerca del Impuesto de Actos Jurídicos Documentados en las hipotecas, que afectaría a todo el sector financiero; y aunque la llamada guerra arancelaria entre Estados Unidos y el resto del mundo no es algo nuevo, aún están por ver los efectos reales que de la misma pueden generarse». 

¿Hay que aprovechar las caídas para comprar?, ¿qué tipo de valores?

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Muchos expertos señalan que los precios actuales invitan más a comprar que a vender. Pero Carles Planas de Farnés advierte de que únicamente sería recomendable para aquellos inversores que están expuestos a la bolsa en una proporción inferior a la que les corresponde por su perfil de inversión. Y lo mismo afirma Ignacio Cantos, de Atl Capital. En todo caso, este último experto argumenta, en favor de la bolsa, que está más barata que a principios de año, porque los precios son más bajos y los beneficios son más altos.

«Quien haya estado fuera de la bolsa, puede ir cogiendo cosas ahora, aunque no hay que descartar que podamos ver al Ibex-35 en los 8.500 puntos», añade Lorenzo. O por debajo, a la vista de la velocidad que puede coger la caída.

David Pina, analista colaborador de ActivTrades, explica que, efectivamente, una de las estrategias más utilizadas por los inversores es aprovechar los recortes para entrar en un activo, pero advierte: «Hay que tener muy en cuenta la situación a largo plazo de dicho valor, porque la estrategia será diferente en función de su aspecto técnico». Ilustra su opinión poniendo ejemplos con la situación de los diferentes índices bursátiles: si el inversor entra largo en los índices americanos, afirma, estaría aprovechando un rebote para «sentarse en la tendencia alcista de largo plazo y dejar correr la posición o buscar algunos puntos». En cambio, si se compra cualquier índice europeo, «se estaría buscando un rebote contra tendencia, algo puramente especulativo, pues la tendencia de fondo es claramente bajista, por lo que sería necesario establecer de forma disciplinada el nivel de entrada y el posible objetivo»

En cuanto al sesgo de los valores en los que sería interesante entrar ahora si se opta por comprar aprovechando los recortes, Diego González comenta que, al final, si vemos un rebote, el inversor saldrá mejor con una cesta de valores más cíclicos, con más beta. Pero añade que, a medio o a largo plazo, de una manera más estructural, lo mejor sería hacer una rotación desde valores de crecimiento hacia acciones de valor. 

En coincidencia con González, Sergio Ávila apunta que las caídas se pueden aprovechar para comprar valores más defensivos y con altos dividendos, si es que la intención es operar a largo plazo. 

Eugeni Siscar, de BNP Paribas Personal Investors, por su parte, apostaría por los valores que mejor se están comportando en los últimos tiempos, por los que mayor fortaleza están mostrando y pone algunos ejemplos: Acciona, que está cerca de máximos, Colonial, Applus y Faes Farma. Aunque reconoce que si el mercado se da la vuelta, algunos de los más castigados que conserven buenos fundamentales quizás se recuperen con más potencia. 

Luis Lorenzo cree que lo mejor es crear una cartera diversificada, con los bancos incluidos: cree que hasta el día 5 de noviembre se pueden comportar mal, y luego pueden recuperar, una vez se conozca la sentencia del Tribunal Supremo, además con la ayuda de que se comienzan a descontar las subidas de los tipos de interés. 

Francesca Maset, de Ginvest, señala que, desde su punto de vista, hay que apostar por compañías con crecimiento y poca deuda. Ahora mismo en su firma están invertidos en compañías de pequeña y mediana capitalización y con perfil de crecimiento, porque han sido las que mayor castigo han sufrido. Aunque matiza que entre este tipo de compañías hay que depurar aquellas que se están viendo afectadas por la guerra comercial y aquellas que no. También señala que pueden tener interés las empresas 'value' porque en los últimos años lo han hecho bastante peor que las de crecimiento, y tenderán, poco a poco, a cerrar ese 'gap' de valoración. 

Pero hay expertos que se muestran mucho más escépticos con la bolsa. Es el caso de José Luis Herrera: «Si pensamos que las caídas de los últimos días suponen el inicio de un movimiento bajista mayor y más sostenido, habría que aprovechar los rebotes para precisamente disminuir exposición. Algunos índices están muy próximos a zonas de soporte relevante, en el caso concreto del Ibex-35 la pérdida de la zona 8.500-8.750 puntos abriría la posibilidad a un escenario de mayores caídas. Y no olvidemos que los índices de Estados Unidos aún tienen margen de bajada para testear sus mínimos del pasado mes de febrero, con lo cual podrían producir un efecto arrastre con las bolsas europeas en el caso de que se visitaran de nuevo desde zonas actuales».

Tampoco Roberto Moro aconseja aprovechar las caídas para tomar posiciones: «En algún momento, la subida que arrancó en 2009 puede empezar a corregirse y ese movimiento ha podido haber arrancado ya. Lo más probable es que en Europa ya haya comenzado el proceso. Y en EE.UU. puede iniciarse si se pierden los mínimos del año». 

Eduardo Bolinches, de Bolsacash advierte contra la «peligrosa opción de buscar los rebotes», porque las reacciones alcistas, en estas circunstancias, pueden durar sólo horas, y no días, y porque esta estrategia «no funciona en un contexto de mercado de máximos y mínimos decrecientes». «Entrar largo pensando que tiene que recuperar no funciona», añade. «De momento, los mercados están replicando la caída de 2008 en duración, aunque no en dimensión del recorte. En una coyuntura en que las subidas de los tipos de interés en Europa están cada vez más cerca, en el que las americanas van a todo tren con una inflación por encima del 2 por ciento, el ciclo tiene que morir ya», argumenta Bolinches. 

¿Es el momento de salir de todo y permanecer en liquidez? 

Roberto Moro afirma que, en esta situación de mercado, estaría más tranquilo manteniéndose en liquidez. Pero José Luis Herrera, que también se cuenta entre los pesimistas, comenta: «La liquidez nos puede permitir encontrar oportunidades de entrada en caso de caídas que no se pueden justificar más allá que por el efecto arrastre que se produce normalmente en todos los valores cuando la bolsa cae con fuerza, pero nos impediría estar posicionados si el mercado experimenta un fuerte rebote o, por qué no, inicia un nuevo tramo alcista con decisión. Por lo tanto, un punto intermedio en situaciones de indefinición podría ser interesante desde un punto de vista de gestión monetaria». 

En opinión de Diego González, «de momento» no hay que salir de todo y permanecer en liquidez, pero sí considera que hay que ser muy selectivo y «no sobre-exponerse». 

Mientras tanto, Víctor Alvargonzález, socio fundador de Nextep Finance, explica que el mercado, con sus últimas caídas está poniendo de manifiesto que si bien puede con las incertidumbres ligadas a la guerra comercial, no le sucede lo mismo con las subidas de los tipos de interés de la Reserva Federal norteamericana. Lo que le preocupa a este experto es que la Fed se «pase de frenada» endureciendo la política monetaria, pero afirma que no vendería todavía todas las posiciones de bolsa, porque la Reserva Federal podría terminar no pasando de las palabras a los hechos. «Sin llegar a vender, tampoco apostaría por compras en bolsa, porque las subidas de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal norteamericana ponen un techo a la renta variable», añade Alvargonzález. Si la Fed dejara de ponerle las cosas difíciles a la bolsa, afirma este experto, compraría Estados Unidos, Europa de forma especulativa, y también el sector tecnológico chino.

Enlazando con la cuestión de los tipos de interés y cómo puede afectar al posicionamiento en bolsa, Mark Haefele, economista jefe de UBS, también se plantea que, ante la existencia de alternativas a la renta variable con menor volatilidad y rendimientos netos reales positivos, los inversores se están cuestionando si aún vale la pena seguir soportando la volatilidad del mercado de acciones. Y, en este sentido, afirma que aún es pronto para infraponderar la renta variable porque, en su opinión, «el aumento de los tipos responde a la solidez de la economía estadounidense y no a expectativas de mayor inflación». 

Mientras tanto, Sergio Ávila explica que «siempre hay oportunidades de inversión en valores individuales». «La planificación que ha hecho el cliente no ha de cambiar. La volatilidad es el precio de la rentabilidad», añade Carles Planas de Farnés. Respecto a esta última cuestión, Ignacio Cantos, de Atl Capital, afirma que sólo tendría que reducir posiciones quien en estas circunstancias esté expuesto a la bolsa a niveles por encima de lo que sería aconsejable según su perfil. «Este no es un contexto de pánico», afirma Cantos. 

Si es mejor optar por activos refugio, ¿por cuáles hay que apostar?

Francesca Maset explica que en la parte de «no riesgo» de sus carteras en su firma han apostado por renta fija corporativa de corta duración, así como por fondos alternativos de baja volatilidad, además de por el dólar.

Para Víctor Alvargonzález, mientras la Reserva Federal continúe con su actitud dura con los tipos de interés, lo mejor será tener posiciones de liquidez, dólares y bonos americanos de corta duración, de menos de dos años. Son los refugios por los que también apostaría Diego González, a los que sumaría el oro. Para Luis Lorenzo, el oro es un activo con el que hay contar en una cartera con vistas al medio o al largo plazo. «Si se rompen los mínimos, el oro será el mayor refugio», añade Roberto Moro. Junto al metal precioso, Tomás García-Purriños, de Morabanc, también apostaría por el yen, al que ve atractivo por valoración.
Aunque hay quien vuelve a tener interés en los bonos americanos a mayor plazo: por ejemplo, Roberto Ruiz-Scholtes, de UBS, ya afirmaba hace una semana que los títulos a diez años al 3,25 por ciento eran interesantes y recogían ya las próximas subidas de los tipos de interés de la Fed. Y también Eugeni Siscar los considera una opción de inversión. 

Luis Lorenzo señala otra opción: comprar volatilidad cuando esté baja y, por tanto, barata. De este modo, cuando haya repuntes de volatilidad, del Vix, (y, por tanto, caídas bursátiles), su subida, su encarecimiento, compensará el descenso del valor de los activos de riesgo que se tengan en cartera. 

Pero para De Blas lo único que funciona como refugio de verdad es la liquidez. Así, en general, Sergio Ávila señala: «No hay grandes mercados que estén actuando como valor refugio: el dólar continúa estando fuerte y eso penaliza a las materias primas en su conjunto, incluso al oro»

Y, de hecho, David Pina señala, respecto a los refugios: «En un contexto de crecimiento global saludable los valores refugio no son atractivos para los inversores, debido a que hay activos en otros mercados que ofrecen oportunidades de mayores retornos». Bien es verdad que Pina reconoce: «Hay una serie de conflictos que pueden provocar en cualquier momento turbulencias en los mercados y una huida de los inversores hacia los mercados de renta fija y los activos refugio. Si se produce un ajuste de carteras, los valores considerados tradicionalmente como seguros, como el oro, divisas como el dólar, el yen o el franco suizo, bonos del tesoro y acciones de sectores como los servicios públicos, bienes de consumo básico o salud, nos ayudarán a cubrir una cartera diversificada». Lo malo es que si el acontecimiento que suscita el estrés en las bolsas se disipa, los activos refugio se pueden convertir en activos de riesgo, porque se darían la vuelta. 

José Luis Herrera, por su parte, matiza y distingue entre los activos que sí están actuando como refugios y los que no. Así, ha detectado que el oro ha repuntado con las últimas caídas de la bolsa, pero señala que no se está viendo ese mismo efecto en las divisas refugio, como el billete verde, el franco suizo o el yen. Y también hay expertos que afirman que los fondos de inversión que deberían funcionar como descorrelacionadores, como los market neutral o los de retorno absoluto, no están cumpliendo bien con su misión. 

¿Qué tiene que ocurrir para que vuelva la tranquilidad al mercado?

Víctor Alvargonzález lo dejaba claro cuando comentaba su posición respecto a si hay que comprar bolsa, o no, respecto a si hay que estar en liquidez, o no: para que regrese la calma a las bolsas, la Reserva Federal tendría que echar el freno en las subidas de los tipos de interés y en su retórica dura sobre política monetaria. 

Para Luis Lorenzo y para Sergio Ávila, en Europa, lo fundamental es que se alcance una solución definitiva para el Brexit y un acuerdo entre Bruselas y los Gobiernos europeos (sobre todo con el italiano) para unos presupuestos en línea con las exigencias. Mientras tanto, para Estados Unidos en particular, Ávila señala que la tranquilidad volverá con la temporada de resultados y cuando el proceso de recompra de títulos se abra de nuevo. Si se disipan todos estos riesgos, como apunta Diego González, los mercados volverán a cotizar los fundamentales: como insiste Ignacio Cantos, ahora las bolsas están más baratas que a principios de año, no sólo porque los precios han caído, sino también porque los beneficios también han crecido.

También hay que señalar la guerra comercial. Hay expertos que opinan que a partir de las elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos, podría aflojar la retórica de Donald Trump. Aunque, por ejemplo, Luis Lorenzo también cree que puede haber volatilidad asociada al resultado de las elecciones americanas del 6 de noviembre, puesto que puede cambiar el equilibrio de poderes entre republicanos y demócratas. Como justo el día anterior, el día 5, es la cita del Supremo con los impuestos hipotecarios, esas fechas pueden ser complicadas para las bolsas. 

Además de despejarse todas las incertidumbres, José Luis Herrera señala que los índices tienen que respetar las actuales zonas de soporte y contar con la suficiente fuerza como para que haya un suficiente flujo de entrada de dinero que permita iniciar un tramo alcista más sostenido. Como pista, aporta: «Índices como el Vix nos pueden servir para anticipar el movimiento, o al menos para confirmarlo una vez dé inicio en uno u otro sentido».

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