Brexit: cualquier cosa puede suceder e impactará en los mercados

Desde una salida sin acuerdo de la Unión Europea hasta un nuevo referéndum que lleve al 'Breturn', todo es posible a estas alturas, a medio año de la fecha de la despedida del Reino Unido de la UE. Los expertos analizan los efectos de cada escenario.

El Brexit, desde el referéndum de mediados de 2016 hasta el momento, ha demostrado ser lo contrario a un bucólico jardín inglés. Se parece más a una selva en la que hay que abrirse paso con machete para intentar entender algo. Sobre todo por lo imbricado que está el asunto en el Reino Unido: los conservadores, en el gobierno liderados por Theresa May, están divididos entre quienes quieren irse de la UE a las bravas, los que buscan un acuerdo y los que, una minoría, están por el «Bremain»; los laboristas, con Jeremy Corbyn al frente, navegan en la ambigüedad permanente, aunque las últimas noticias apuntan que, por la presión de sus bases, aceptarían un nuevo referéndum, aunque no han aclarado si para someter a consulta el acuerdo de divorcio con la UE o para poder hacer posible el «Breturn», para abortar el Brexit. Del otro lado, la UE no está dispuesta a ponerles las cosas fáciles a los británicos, quizás porque, en un momento de repliegues nacionales, no se quiere mostrar que el camino de salida es fácil.

Lo que ahora negocian Reino Unido y la UE es el acuerdo por el que se regirán sus relaciones entre el 29 de marzo y el 31 de diciembre de 2020, es decir, un periodo de transición hasta la salida definitiva de la UE. Como apunta Roberto Ruiz-Scholtes, de UBS, las conversaciones se han encontrado con dos escollos: la frontera entre el Ulster y la República de Irlanda y las relaciones comerciales.

La premier Theresa May ha reiterado en los últimos días que prefiere un no acuerdo que un mal acuerdo, lo que ha hecho pensar que la probabilidad de un Brexit a las bravas va en aumento, como señala Hans Bevers, de Degroof Petercam AM. Y muchos analistas lo señalan como un riesgo para los mercados con vistas al último trimestre del año.

Primero hay que tener en cuenta las fechas importantes que hay por delante: 

Efecto en los mercados de un Brexit sin acuerdo

¿Qué ocurrirá en este escenario? Ann-Katrin Petersen, de Allianz Global Investors, enmarca la cuestión: «Si no hay una salida negociada, no habrá un periodo de transición y la ley comunitaria dejará de aplicarse en el Reino Unido el 30 de marzo de 2019. El país se quedaría sin bases legales para el comercio tanto con la UE como con otros socios, estaría expuesto no sólo a los aranceles aplicados al comercio general bajo las reglas de la OMC, sino también a las barreras no arancelarias de un Brexit duro». 

Petersen añade que la libra se mantiene como la víctima principal de la situación. Según Christopher Gannatti, de Wisdom Tree, la divisa podría manifestar la visión y los sentimientos del mercado sobre el Brexit. Ruiz-Scholtes calcula que la libra podría depreciarse un 10 por ciento, hasta llegar incluso a la paridad con el euro en este escenario. Como la bolsa del país suele tener un comportamiento contrario a la divisa, el Ftse 100 británico, según Ruiz-Scholtes, podría subir, pero poco. Mientras, Petersen señala que puede seguir la divergencia entre las empresas británicas internacionalizadas y las más domésticas: la caída de la libra beneficiaría a las primeras, mientras que las segundas estarían más expuestas al daño que puede sufrir la economía británica con el shock de salir a las bravas de la UE.

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Gannatti cree que si no hay acuerdo aumentaría la volatilidad en el mercado. Aunque también advierte de que hay una gran probabilidad de que los inversores sobrerreaccionen y olviden que en tanto economías, la británica y la de la UE, tienen aún un comportamiento positivo. Añade que invertir durante periodos turbulentos asociados al comportamiento de unos inversores excesivamente pesimistas ha resultado ser una gran oportunidad. 

También hay expertos, como Antonio Aspas, de Buy & Hold, o Ricardo Torrella, de Gesinter, que señalan que el castigo a los mercados no puede ser como el que siguió al resultado del referéndum del Brexit. Ahora los inversores ya estarían asignando alguna probabilidad a una exclusión de la UE sin acuerdo, mientras que el resultado del plebiscito pilló a la comunidad inversora desprevenida. Aspas cree que el rebote puede ser más lento ahora que después de la consulta: persistirán las dudas sobre los efectos económicos.

François Rimeu, de La Française, añade: «Es difícil predecir cómo reaccionaría el mercado en el caso de un 'hard Brexit' pero, en dicho caso, podríamos prever caídas significativas de la libra y los tipos de interés, y un contagio a los activos europeos con correcciones de la renta variable, caídas del euro y tipos de interés más bajos. Dicho esto, no creemos que pueda cundir el pánico que se vivió en 2016». 

Para Dennis Shen, de Scope Ratings, incluso en un escenario en el que no se pueda llegar a un acuerdo o en el que el parlamento británico lo rechaza (la votación tendría lugar en enero de 2019), los negociadores se verían obligados a volver a la mesa de negociaciones o incluso se podría ampliar el plazo de las conversaciones. Por tanto, Shen considera que es improbable un escenario de Brexit sin trato, incluso si las negociaciones se rompieran en los próximos meses. «Sin embargo, en el escenario imprevisto de que el Reino Unido salga de la UE en marzo sin acuerdo, esto causaría grandes trastornos no sólo en los mercados (en los que habría la amenaza de propagación a los mercados regionales y mundiales), sino también en la economía regional, y especialmente debilitaría la economía del Reino Unido, así como la de socios comerciales cercanos, como Irlanda y Alemania», sigue Shen. Nuria Álvarez, de Renta 4, añade, como riesgo para algunos valores españoles expuestos al Reino Unido, como el Santander, que no están descontando un escenario de Brexit sin acuerdo.

Además, Moody's advertía de que un Brexit no pactado también podría tener implicaciones negativas en el crédito del Reino Unido y europeo.

La recomendación de Gannatti en estos momentos para los inversores que teman un Brexit sin acuerdo es que consideren activos defensivos y que protejan su exposición a la libra.

También hay analistas más optimistas, como Diego Fernández Elices, de A&G Banca Privada, que dice: "El peor escenario y la falta de acuerdo creemos que ya están en los precios, y salvo que las condiciones fueran todavía más duras para las dos partes de lo que están planteando los políticos a día de hoy, la reacción de los mercados sería muy limitada".

¿Y si hay acuerdo?

Aún es posible un Brexit pactado. Según Gannatti, un acuerdo realista y detalles públicos sería lo mejor para los mercados. Tener información permite a los inversores reaccionar y a las empresas, ajustarse. Ahora no hay mucho concreto a lo que atenerse, lo que dificulta enfrentarse a los mercados.

Rimeu recuerda que ya hay acuerdo sobre el 80 por ciento de las cuestiones: los derechos de los ciudadanos británicos y de la UE, los términos financieros y las condiciones que se aplicarán en el periodo de transición. A partir de ahí, añade que lo más beneficioso para los mercados sería un pacto que se ocupara de la frontera irlandesa, quién será el árbitro en caso de que no haya consenso en el periodo de transición y que éste fuera algo más extenso, que vaya más allá de finales de 2020. Para Shen, las mejores opciones disponibles ahora es que haya un 'Brexit-in-name-only' con un acuerdo según el que en el periodo de transición Reino Unido continuara en el mercado único y la unión aduanera, o que se extienda el artículo 50, es decir, la pertenencia de Reino Unido a la UE. Pero ello amplía la incertidumbre macroeconómica, al menos en el tiempo.

Luke Newman, de Janus Henderseon, comenta que en el mejor escenario de un acuerdo, las acciones británicas más domésticas le parece que están muy baratas, por lo que considera que podrían tener un muy buen comportamiento. Al tiempo, prevé una subida de la libra esterlina. Ruiz-Scholtes cifra la apreciación de la libra en entre un 3 y un 4 por ciento respecto al euro, hasta niveles de 0,85. A ello seguiría, dice, una bolsa de Londres plana: al Ftse no le viene bien que la moneda se fortalezca, pero como de fondo habría una buena noticia, ello sostendría las acciones.

Toda Europa ganadora

Petersen añade que un Brexit con acuerdo y periodo transitorio sería lo mejor para la economía y los beneficios del Reino Unido. El fin de la incertidumbre llevaría a individuos y a empresas a invertir, lo que posibilitaría la reactivación económica. La combinación de un repunte de la libra y la infraponderación de las acciones domésticas del Reino Unido en las carteras de los inversores podría llevar a éstas a recuperar, aunque el mercado como un todo podría verse penalizado por la evolución de las multinacionales.

Además, según Newman, las acciones europeas en su conjunto subirían. Asimismo, señala que si durante todo el año Wall Street lo ha hecho mejor que las europeas, debido a que estas últimas se han visto sometidas a una gran presión, es posible que un acuerdo sobre el Brexit pueda llevar a los inversores americanos y a los internacionales a comprar acciones británicas y europeas. Un acuerdo sobre el Brexit que seguiría a la disciplina que al final parece aceptar el Gobierno italiano puede desatascar la inversión con dirección a Europa. En el fondo que gestiona, opta por la flexibilidad y ahora ha cambiado de compradas a vendidas las posiciones en EE.UU. y de cortas a largas en el Reino Unido y en Europa.

¿Y si hay otro referéndum?

Cada vez se va abriendo más paso la posibilidad de que haya un segundo referéndum. En el Congreso del Partido Laborista que se ha celebrado estos días, su líder, Jeremy Corbyn, ha aceptado, por presión de las bases, que tenga lugar. Éste está abierto, bien a someter el eventual acuerdo al que se pueda llegar al dictamen de la población, bien a poner en cuestión dar marcha atrás al Brexit, es decir, a «la gran rectificación». Ruiz-Scholtes opina que el referéndum consultará lo primero y que si bien los más duros de entre los conservadores harán campaña por el «no» al pacto entre la UE y el Reino Unido, la del «sí» de los laboristas hará que salga adelante lo pactado. Bevers matiza, respecto al referéndum Brexit - Breturn: «Un escenario sin Brexit sería sin duda lo mejor para los mercados. Las posibilidades de que esto ocurra van en aumento, aunque probablemente sólo marginalmente. De hecho, desde un punto de vista político y social, esto puede no ser muy factible».

Algunos analistas, como Aspas o Torrella, dicen que lo mejor para los mercados sería que haya una nueva consulta: dejaría abierta la posibilidad a que no hubiera Brexit. Pero para Gannatti, cómo cotice en el mercado dependerá de cómo se plantee: las dudas sobre si es posible hacerlo, que se mantenga en segundo plano la posibilidad, no serían buenos para los mercados; pero sí que se decida a las claras.

¿Nuevas elecciones?

Shen añade que si se prorrogan las negociaciones, la probabilidad de que haya un nuevo referéndum aumenta, pero también la de que haya elecciones anticipadas. Esos riesgos, a su vez, apunta Shen, elevan la presión sobre los conservadores para que firmen un acuerdo antes de marzo para evitar que se aborte el Brexit. Shen analiza: «Otro referéndum y/o elecciones anticipadas podrían aumentar la incertidumbre del mercado. Que sea positivo para las empresas depende de las políticas que se apliquen. Si el escenario, por ejemplo, es que las elecciones conducen a un Gobierno laborista liderado por Corbyn, que revierte la decisión del Brexit o facilita una versión noruega de relaciones con la UE, pero implementa políticas antimercado, debilitando el clima económico o perjudicando a largo plazo la sostenibilidad fiscal, esto podría seguir siendo negativo en términos de mercado». También Petersen habla de un posible gobierno de izquierdas como riesgo.

El programa de Corbyn es muy de izquierdas para los estándares europeos, pero, en opinión de Gonzalo Sánchez, de Gesconsult, en lo que estaría puesto el foco sería en el Brexit, más que en su política económica. Y, además, pone el ejemplo de Portugal: un gobierno de izquierdas, con los socialistas, los comunistas y un partido hermano de Podemos, ha dado lugar a un muy buen comportamiento de los activos financieros del país.

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