Caixabank. El Estado vota en contra del sueldo de Goirigolzarri
Pese al voto en contra del FROB, el nuevo presidente de Caixabank recibirá el triple de la remuneración que tenía en Bankia
El Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), propietario del 16% de Caixabank, votó este viernes en contra del sueldo asignado al presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, durante la junta general de accionistas.
Pese al voto en contra del Estado, el banco mantendrá su política de retribuciones, por lo que Goirigolzarri percibirá 1,65 millones de euros anuales, más del triple de lo que cobraba al frente de Bankia.
El presidente de Caixabank podrá optar, además, a una retribución variable que podría elevarse hasta 200.000 euros si cumpliera una serie de objetivos, además de un incentivo a largo plazo que también es de carácter variable y que estaría retribuido en acciones de la entidad.
El consejero delegado, Gonzalo Gortázar, obtendrá por su parte una remuneración fija de 2,26 millones de euros al año. Sin embargo, tanto en esta como en las propuestas de retribución al resto de consejeros, el FROB ha mostrado su abstención.
La defensa de Goirigolzarri
Respecto a la política de remuneraciones de la nueva entidad, Goirigolzarri afirmó que se encuentra “claramente en niveles inferiores” a los de la media del sector en España.
Según el presidente de Caixabank, la remuneración por consejero el año pasado estuvo “en el entorno del 50%” respecto a la media de las retribuciones a los consejeros de otros bancos españoles. “Excluyendo Bankia”, matizó Goirigolzarri, que tenía un sueldo limitado por el Estado al frente de la entidad de 500.000 euros.
De esta forma, su sueldo “está en línea con los esquemas tradicionales de Caixabank”.
Críticas de los sindicatos
Sin embargo, las críticas en la junta llegaron por parte de los sindicatos al considerar que se trata de una retribución “indignante” mientras Caixabank acomete un expediente de regulación temporal de empleo (ERE) que podría suponer el despido de 7.800 personas.
Tanto los representantes de Comisiones Obreras como de UGT reprocharon este proceso, fruto de la fusión con Bankia, a la cúpula de la entidad ya que, a su juicio, se trata de una operación “redonda”.
Según los sindicatos, se trata de un ERE “salvaje” que ha dejado “ganancias importantísimas” para el banco.
La necesidad de una reestructuración
Goirigolzarri, por su parte, ha defendido que una fusión como la Caixabank y Bankia “requiere un redimensionamiento a corto plazo” de las plantillas de ambas entidades.
El objetivo, según indicó el presidente de la entidad en su primera Junta de Accionistas, es el de “preservar” el máximo número de empleos posibles.
Según Goirigolzarri, se buscará “activamente” llegar a un acuerdo “razonable” con los sindicatos para asegurar “la futura competitividad” de Caixabank y conseguir “facilitar la recolocación” de los trabajadores a los que les afecte el ERE.