Caixabank y Bankia: estrategia de caja para ser un buen banco

Isidro Fainé y Rodrigo Rato han coincidido: uno en sus declaraciones con motivo de la salida a Bolsa de Caixabank y otro, en el folleto presentado en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). La estrategia de ambos para ser un gran banco y competir con el BBVA y el Santander es la misma: actuar como una caja de ahorro. No en vano su estrategia como caja les ha permitido gozar de un liderazgo no sólo regional, sino también en muchos aspectos nacional.
 
El futuro de las entidades financieras se juega en la banca minorista, la de los clientes y pequeños ahorradores, y no en la banca de empresas, ni en la banca de inversión.

La crisis económica, especialmente en España, va a dejar aparcado el crecimiento de la banca de empresas durante unos años. De hecho, todos los bancos prevén que descenderá la concesión de crédito en, al menos, los tres próximos años. Y de esta caída de créditos los más afectados van a ser, sin duda, las empresas.

No son tampoco buenos tiempos para la banca de inversión con la que algunas entidades realizaron buenos beneficios en los últimos años. Los mercados mayoristas de dinero siguen secos y habrá pocas posibilidades de tomar recursos para realizar operaciones con beneficios casi asegurados.

Las cajas se han dedicado prioritariamente al mercado minorista y ocupan una posición de privilegio en cuanto a créditos concedidos a este sector, depósitos y tarjetas de crédito. Bien es verdad que Caixabank llega a este momento con los deberes mejor hechos que Bankia. Desde sus propios ratios hasta su red parece mejor preparada para iniciar su batalla como banco. Bankia tiene una red con poca presencia en Cataluña y el País Vasco y sus ratios le imponen un cambio importante en la gestión para no frustrar la ilusión de sus nuevos accionistas y para batirse en un mercado mucho más competitivo de aquel en el que desarrollaban su actividad las siete cajas de ahorros que la han constituido.