El futuro de Credit Suisse: los 54.000M$ del rescate son insuficientes para sobrevivir

El rescate de 54.000M$ permitirá a Credit Suisse ganar algo de tiempo para acelerar su reestructuración, pero no resuelve los problemas de confianza y mala estrategia. Estos son los 3 escenarios de futuro

El rescate de 54.000 millones de dólares que el Banco Nacional de Suiza concedió el juevesx a Credit Suisse permitirá a la entidad comprar algo de tiempo para intentar sobrevivir a la tormenta, pero no despeja las dudas que llevaron al banco al borde del colapso.

El Banco Nacional de Suiza confirmó que Credit Suisse cumple con las exigencias regulatorias respecto a liquidez y solvencia, pero al mismo tiempo lanzó un salvavidas a la entidad que los propios directivos hace apenas un par de días consideraban innecesario.

En los últimos meses, Credit Suisse sufrió una fuga de depósitos por más de 116.000 millones de euros. El presidente del grupo, Axel P. Lehmann, llegó a decir a los medios que las salidas se habían detenido, y ahora está siendo investigado por los reguladores suizos, para saber hasta qué punto era consciente de estos datos

Contra esta pérdida de liquidez, la Credit Suisse tiene, a nivel de crédito, deudas por unos 200.000 millones de euros, según cálculos para finanzas.com de Alfonso Escárate, experto en gestión de family office.

El problema es que la valoración a precios de mercado de esta deuda ronda los 7.000 millones tras la fuerte subida de los tipos de interés. Es lo que le queda a Credit Suisse para hacer frente a los bonos que tiene en balance.  

Credit Suisse compra tiempo

Desde este punto de vista, los 54.000 millones de dólares “puede ser que salven los muebles a corto plazo, pero es razonable pensar que quizá no sean suficientes”, apuntó Escárate.

La liquidez adicional le da a Credit Suisse “algo de tiempo” y, desde esa perspectiva, “es útil para el sector actual y para el mercado en general”, argumentaron los analistas de JP Morgan.

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No obstante, la inyección “no resuelve el problema principal, que es el descontento del mercado con la estrategia de Credit Suisse”, explicaron en el banco estadounidense a finanzas.com.

En su opinión, los problemas del grupo suizo “giran en torno a la confianza del mercado, la estrategia de la banca de inversión y la continua erosión de su franquicia”. Por eso, la inyección financiera solo permite ganar tiempo para acelerar la reestructuración.

Confianza erosionada

Más que la cantidad de dinero, lo importante es el mensaje cualitativo, dijo a finanzas.com Juan Abellán, director del máster en mercados financieros y gestión de activos del IEB. En su opinión, el Banco Nacional de Suiza “no dejará caer a Credit Suisse”.

En el mejor de los casos, Escárate cree que Credit Suisse tendría que hacer una ampliación de capital. El problema es que tendrían que ir sus accionistas. Y Saudi National Bank, el mayor de todos, ya dijo que no pondrá más dinero.

La entidad suiza se encuentra en un punto donde la confianza está bajo mínimos y en la que el dinero inyectado se adivina como un parche temporal.

"Es posible que este rescate evite la liquidación forzosa de activos, pero no evitará la huida de los depositantes, ya que ese fue el problema que ocasionó esta situación. Cuando pierdes la confianza en algo o en alguien, ya no vuelve", dijo Franco Macchiavelli, responsable de análisis de Admirals España.

Las alternativas de Credit Suisse

Incluso aunque se solucionen los problemas de capital, los economistas de JP Morgan están convencidos de que la recuperación de la confianza es la mayor de las dificultades. De acuerdo con su análisis, mantener el actual status quo no es una opción para Credit Suisse.

Su escenario más probable es una compra de Credit Suisse por parte de UBS. Dada la concentración del mercado, esta solución vendría acompañada por una escisión o salida a bolsa de una nueva compañía.

En un segundo escenario, cabe la posibilidad de que el Banco Nacional de Suiza intervenga con una garantía total de los depósitos, o bien inyectando más capital.

Sería como comprar más tiempo para acelerar la reestructuración, pero provocaría una gran dilución en los accionistas. Además, está por ver cómo aceptarían los contribuyentes que se ponga más dinero público en Credit Suisse.

Finalmente, la tercera alternativa pasaría por cerrar la división de banca de inversión y seguir adelante como banco independiente, sacando a bolsa el negocio en Suiza. No obstante, esto podría ser insuficiente para disipar las preocupaciones del mercado.

En definitiva, Credit Suisse está comprando tiempo, pero tampoco mucho.

Según proyectaron en el broker KBW, el grupo suizo se dirige hacia “una reestructuración importante”. Una división con venta de activos para simplificar la entidad es su escenario más probable.

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