El BCE adapta su política monetaria a la lucha contra el cambio climático

El BCE presenta una hoja de ruta hasta 2024. En un cambio histórico tendrá en cuenta el cambio climático en sus decisiones

Venía dejándolo entrever, pero este jueves ha sido definitivo. El Banco Central Europeo (BCE) ha presentado su nuevo marco de trabajo para el periodo 2021-2024, con la novedad de que la institución tendrá en cuenta el cambio climático en sus decisiones de política monetaria. El Banco de Inglaterra lo ha incluido este año dentro de sus objetivos.

Son muchos los cambios que quiere poner en marcha el organismo que lidera Christine Lagarde, pero de acuerdo con el plan adelantado este jueves, algunas de los campos que se revisarán serán lo colaterales e incluso el programa de compra de activos corporativos.

Esta posibilidad ya había sido adelantada por algunos miembros del BCE, pero ahora entra dentro del programa de actividades del banco central para los próximos años, que según ha recalcado la presidenta del BCE se ha aprobado por unanimidad.

Hoja de ruta ambiciosa

«El Consejo de Gobierno del BCE ha pactado un plan de acción integral, con una hoja de ruta ambiciosa para incorporar con mayor profundidad las consideraciones sobre el cambio climático en su marco político», señala en un comunicado.

«Con esta decisión el Consejo de Gobierno subraya su compromiso de reflejar las consideraciones de sostenibilidad en su política monetaria», añadía.

Lagarde, además, ha señalado que está política es clave para dar estabilidad a los precios, que continúa siendo el mandato central del BCE. Este jueves la institución ha flexibilizado su objetivo de inflación, dejando la puerta abierta a que pueda fluctuar sobre el nivel del 2%, que se convierte así en un objetivo a medio plazo, pero con la posibilidad de que se produzcan desviaciones temporales.

Lagarde ha insistido en que este programa demuestra el compromiso del BCE con el cambio climático. Para la banquera central esto es hoy el «mayor reto» de las economías mundiales.

La hoja de ruta que va a poner en marcha el BCE se sostiene sobre seis puntos:

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  1. Análisis macroeconómico

El banco central acelerará el desarrollo de nuevos modelos y realizará análisis teóricos y empíricos para monitorear las implicaciones del cambio climático y las políticas relacionadas para la economía, el sistema financiero y la transmisión de la política monetaria a través de los mercados financieros y el sistema bancario a los hogares y las empresas.

2. Refuerzo de las estadísticas sobre cambio climático

A lo largo de los próximos se desarrollarán nuevos indicadores experimentales que cubran los instrumentos financieros verdes relevantes y la huella de carbono de las instituciones financieras, así como su exposición a los riesgos físicos relacionados con el clima.

A esto le seguirán mejoras de dichos indicadores, a partir de 2022, también en consonancia con el progreso de las políticas e iniciativas de la UE en el campo de la divulgación y la presentación de informes sobre sostenibilidad medioambiental.

3. Exigencias de publicación de datos medioambientales en los colaterales o compras de activos

El BCE especificará sus nuevas exigencias en 2022, que estarán alineadas con las reformas que se están llevando a cabo en materia de difusión de datos de sostenibilidad.

Lagarde explicó durante la rueda de prensa posterior a la presentación de la nueva estrategia, que a medio plazo para poder ser elegible para alguno de los programas del BCE, necesariamente se tendrá que dar información sobre sostenibilidad.

Esto incluiría, por ejemplo, los planes de transición. La banquera central no lo especificó, pero bajo este parámetro, no estaría contemplando realizar exclusiones generalistas de sectores. Un planteamiento que ya han defendido otros miembros del consejo de gobierno del BCE.

4. Refuerzo de la valoración del riesgo

El BCE va a llevar a cabo un test de estrés a todos sus activos para valorar el riesgo climático. También analizará si las agencias de rating están incorporando los riesgos medioambientales de forma correcta en sus notas crediticias de crédito y creará un sistema interno de valoración de riesgos.

5. Reforma del marco para los colaterales

El BCE tendrá en cuenta los riesgos relacionados con el cambio climático en los marcos de valoración y control de riesgos de los activos movilizados como garantía (colaterales) para las operaciones de crédito dentro del Eurosistema.

«Esto garantizará que se reflejen todos los riesgos relevantes, incluidos los derivados del cambio climático. Además, el BCE seguirá supervisando la evolución del mercado estructural de productos de sostenibilidad y está dispuesto a apoyar la innovación en el ámbito de las finanzas sostenibles dentro del ámbito de su mandato, como lo demuestra su decisión de aceptar bonos vinculados a la sostenibilidad como garantía», especifica en su comunicado.

6. Programa de compra de deuda corporativa

El organismo explica que ya está teniendo en cuenta los riesgos climáticos en su programa de compra, pero anticipa cambios de cara al futuro. El más importante es que aplicará criterios climáticos en las asignaciones de compras de activos.

Estos exigirán al menos la alineación de los emisores, como mínimo, con la legislación de la UE para cumplir con el Acuerdo de París. Las empresas deberán estar alineadas con estos compromisos.

Además, el BCE comenzará a divulgar información relacionada con la exposición al cambio climático del programa de compras de deuda del sector empresarial (CSPP) en el primer trimestre de 2023.

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