El BCE allana el camino para la primera bajada de los tipos de interés
El Banco Central Europeo mantiene los tipos de interés inalterados en el 4,5% pero menciona por primera vez la posibilidad de un recorte del precio del dinero
El Banco Central Europeo (BCE) ha mantenido este jueves los tipos de interés inalterados en el 4,5 por ciento, tal y como estaba previsto, pero ha allanado el camino para la primera bajada de los tipos de interés que, muy probablemente, se producirá en el mes de junio.
Eso es lo que se interpreta del comunicado enviado por la institución tras la reunión de su Consejo de Gobierno, en el que por primera vez se menciona claramente la posibilidad de un recorte del precio del dinero.
"Si la evaluación actualizada del Consejo de Gobierno de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria reforzase en mayor medida su confianza en que la inflación está convergiendo hacia el objetivo de forma sostenida, sería apropiado reducir el actual nivel de restricción de la política monetaria", dice el texto.
La inflación sigue descendiendo
La frase en cuestión condiciona la eventual bajada de los tipos de interés a las perspectivas de inflación, pero el BCE reconoce precisamente en el comunicado de hoy que la subida de los precios está moderándose.
En concreto, dice que la inflación “ha continuado descendiendo, gracias a la bajada de los precios de los alimentos y de los bienes”; al igual que lo han hecho “la mayoría de los indicadores de la inflación subyacente” (aquella que excluye la energía y los alimentos).
De este modo, la inflación podría situarse en el objetivo del 2 por ciento a mediados de 2025, según calcula el BCE.
En cuanto a la fecha concreta en la que podría acometerse esta primera bajada de los tipos, la presidenta de la institución, Christine Lagarde, ha repetido el mensaje que ya envió en la anterior reunión, al insinuar que el momento adecuado podría ser junio.
En concreto, ha repetido que los miembros del Consejo de Gobierno contarán con "mucha más información" en junio para adoptar esa decisión. Específicamente, el 23 de mayo se conocerá la evolución salarial de la zona euro durante el primer trimestre, un tema que preocupa especialmente al BCE por su presión sobre los precios.
En todo caso, el mercado da por descontado que este primer recorte será en junio (los mercados de futuros dan un 85 por ciento de probabilidades a esta posibilidad).
"El BCE ha dado una indicación bastate explícita de que viene un recorte de los tipos en junio", ha interpretado Piet Haines Christiansen, experto de Danske Bank.
Los próximos pasos del BCE
Lo que no queda tan claro son los próximos pasos de la institución más allá de junio, un interrogante que ha quedado sin despejar en la reunión de este jueves.
Sobre eso, la nota enviada por el BCE dice que "seguirá aplicando un enfoque dependiente de los datos" en el que las decisiones se adoptarán "en cada reunión, sin comprometerse de antemano con una senda concreta de tipos".
También Lagarde ha insistido en ese mismo mensaje durante la rueda de prensa, en la que ha destacado la independencia del BCE respecto a la Reserva Federal estadoundiense.
"Somos independientes de la Fed", "operamos en la Unión Europea", "para beneficio de los europeos" y "nuestras decisiones se basan en datos de la zona euro" son algunas de las frases que ha formulado a este respecto, aunque también ha reconocido que el BCE tiene en cuenta lo que ocurre en otras economías como los Estados Unidos o China.
Lagarde ha aclarado este extremo por las dudas que han surgido en los últimos días sobre la influencia de la política monetaria estadounidense sobre el BCE, ante una inflación más persistente y una economía en mejor estado al otro lado del Atlántico.
Débil economía europea
Y es que, en contraposición con los Estados Unidos, la evolución de la economía europea fue “débil” en el primer trimestre del año, aunque Lagarde espera una recuperación gradual en los próximos meses, liderada por el sector servicios.
Asimismo, Lagarde destacó la fortaleza del mercado de trabajo, con las cifras de desempleo más bajas desde el nacimiento del euro, aunque se percibe una reducción de las ofertas de trabajo disponibles y un crecimiento de los costes laborales inferior al previsto, lo que podría ayudar a reducir las preocupaciones del BCE respecto a las presiones salariales sobre los precios.