El BCE mantiene el guion: recorta los tipos en 25pb hasta el 2,75%
El Banco Central Europeo respeta su hoja de ruta, con el cuarto recorte de tipos consecutivo, pese al regreso de Trump al poder y el resurgir de las presiones inflacionistas
El Banco Central Europeo ha mantenido este jueves su hoja de ruta prevista y ha adoptado su cuarto recorte de tipos consecutivo (el quinto en el actual ciclo de flexibilización monetaria), haciendo caso omiso al resurgir de las presiones inflacionistas en países como España.
En concreto, el consejo de gobierno del BCE ha reducido los tipos de interés en 25 puntos básicos hasta situarlos en el 2,75%, avanzando en su objetivo a medio plazo de situarlos en un rango neutral (aquel que no restringe ni estimula la actividad económica y que se considera cercano al 2 por ciento).
Se trata del nivel más bajo de los tipos de interés desde febrero de 2023, hace prácticamente dos años.
Esta decisión contrasta con la adoptada esta misma semana por parte de la Reserva Federal Estadounidense, que pausó los recortes y mantuvo intacto el precio del dinero a la espera de conocer más detalles sobre el impacto de la llegada de Donald Trump al poder.
Si bien, el BCE considera que, en el caso de Europa, la inflación "probablemente retornará al objetivo del 2%" este año, lo que le permite adoptar esta decisión, acorde con su hoja de ruta.
Aunque eso no quiere decir que las presiones inflacionistas hayan desaparecido. El comunicado reconoce, de hecho, que "la inflación interna sigue siendo elevada", porque los salarios y algunos precios están ajustándose "con un retraso considerable".
Si bien, el organismo considera que el crecimiento de los salarios "se está moderando" y "los beneficios están amortiguando en parte el impacto sobre la inflación", según explica la nota enviada por el BCE para anunciar su decisión de política monetaria.
La economía europea sigue "débil"
Junto con las decisiones de política monetaria, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, hizo una valoración sobre la salud de la economía europea.
En conjunto, adelantó que la actividad europea seguirá "débil" en el corto plazo, ante la fragilidad de la confianza de los consumidores y la reticencia de los hogares a incrementar el gasto. Si bien, restó importancia al estancamiento del cuarto trimestre de 2024 y aseguró que "las condiciones para la recuperación se mantienen".
"No hay estancamiento, la inflación sigue bajando y tenemos recuperación", insistió.
Así las cosas, mientras no se produzca una escalada de las tensiones comerciales (en una velada referencia al regreso de Donald Trump a la Casa Blanca), las exportaciones deberían apoyar la recuperación de la zona del euro, al tiempo que la inflación debería seguir moderándose, a su juicio.
El debate sobre el final de los recortes de tipos es "prematuro"
Más allá de las decisiones de política monetaria y las perspectivas sobre la economía europea, otro foco de gran atención para el mercado fueron las pistas sobre los próximos pasos del BCE.
A ese respecto, Lagarde dijo que la decisión de recortar los tipos este jueves fue "unánime", que en ningún caso se debatió un recorte mayor (de 50 puntos básicos) y que "aún es pronto" para discutir el final del actual ciclo de flexibilización monetaria, dando a entender que aún quedan algunos recortes de tipos por delante.
Con todo, las próximas decisiones de tipos se tomarán "de reunión en reunión" y dependerán de los datos que se vayan conociendo y, en particular, de las nuevas proyecciones económicas que se publicarán en marzo.
Desacuerdo en el mercado sobre los próximos pasos del BCE
La política futura del BCE suscita un gran interés entre los inversores, aunque no se ponen de acuerdo. Algunos opinan que el BCE se prepara para recortar los tipos de forma más agresiva en las próximas reuniones, con objeto de responder a la debilidad económica del Viejo Continente, lo que podría llevar al BCE a a situar los tipos incluso por debajo de la citada tasa neutral.
Si bien, el resurgir de las presiones inflacionistas asociado a la subida de los precios de la energía podría desincentivar medidas de este tipo.
Un síntoma de esto ha podido verse este jueves, con la publicación del IPC avanzado en España, que subió un 0,2% en enero hasta situarse en el 3%, su mayor cota desde junio pasado.
También en relación con eso, los reguladores miran con atención al otro lado del Atlántico, donde las políticas de Trump podrían resultar inflacionistas, también para Europa.
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