El discreto encanto de la deuda islámica

El índice emergente de referencia de JP Morgan incorporará por primera vez emisiones de sukuks, títulos de deuda respetuosos con la religión musulmana, emitidos por compañías y Estados en países de fe islámica, pero no sólo en ellos, en los que ya invierten las más importantes gestoras de fondos del mundo. Con ello se prevé que este mercado gane en atractivo y liquidez. 

JP Morgan acaba de tomar la decisión de incluir la deuda islámica en su índice emergente, lo que dará más visibilidad al mercado de deuda "sukuk", que tiene un volumen de 370.000 millones de dólares. Estos bonos tienen la característica fundamental de que cumplen con la sharia y, por lo tanto, no pagan directamente intereses, dado que el Islam prohíbe hacer dinero meramente con dinero. Tiene que haber bienes de por medio. De hecho, los emisores deben utilizar el dinero que obtienen con la venta de estos títulos para comprar activos de los que los tenedores de los sukuks son en parte propietarios, por lo que no son puramente bonistas, sino que se consideran dueños y reciben un rendimiento de la propiedad que han contribuido a comprar, es decir, una especie de dividendo. El emisor, además, se compromete a recomprar el bono por el mismo valor de venta. De acuerdo con otra modalidad, el bono también puede emitirse con descuento y, en el vencimiento, el inversor obtiene una cantidad de dinero mayor que se ha fijado en el momento de la emisión Pues bien, estos títulos serán parte de los índices de referencia de JP Morgan a partir del 31 de octubre con un peso de entre el 0,35% y el 0,99%. En concreto, emisiones en dólares de Turquía, Malasia e Indonesia. Ello se prevé que empuje a los gestores que los repliquen a incorporarlos en sus carteras. 

Al parecer, existe al menos curiosidad entre los tradicionales inversores en renta fija que aún no han invertido en este tipo de activos. Y el hecho de que un gigante como JP Morgan los incorpore en sus índices es un respaldo adicional con que contarán los bonos sukuk. Antes que JP Morgan, ya Barclays había incluido los bonos malayos emitidos en moneda local y cumplidores con la sharia. Fue el año pasado. Pero, a diferencia de lo que ocurría hace doce meses, cuando el crudo parecía casi en caída libre, lo que incrementó el riesgo de las emisiones de los países productores, que son los que mayoritariamente emiten bonos de estas características, ahora el petróleo parece haberse estabilizado. Gracias a ello y a la bonanza generalizada de los mercados, las ventas de deuda que cumplen con los preceptos del Corán subieron un 17%, hasta los 28.100 millones, en lo que llevamos de año respecto al mismo periodo de 2015, pero el interés fuera de los mercados tradicionales, como Malasia y Oriente Medio, sigue siendo muy pequeño. Después de algunos emisores que se estrenaron con la emisión de este tipo de bonos en Sudáfrica, Luxemburgo y el Reino Unido en 2014, ha habido una gran escasez de operaciones de estas características. Incluso ha habido proyectos en marcha que se han suspendido. Así, un plan del gobierno australiano de vender deuda respetuosa con los preceptos del Islam aún no se ha materializado cinco años después de intentar enmiendas en su sistema fiscal para adaptarlo a estos instrumento de financiación, dado que, de acuerdo con sus principios, cada emisión debería ser finalista, para "algo" en concreto que proporcione rendimientos. El Gobierno de Corea del Sur, mientras, se encontró con la oposición de los grupos cristianos, mientras que Tailandia, Francia e Irlanda, pese a que también han puesto en marcha leyes, aún no han lanzado ninguna emisión sukuk. 

La apuesta de JP Morgan por incluir esta clase de activo en sus índices de referencia incrementará, asimismo, la operativa en el mercado secundario de bonos sukuks, muy abandonado porque la tendencia habitual consiste en comprar para mantener en cartera, debido a la escasa liquidez existente, al menos por el momento. Por poner un ejemplo: en Malasia, un gran mercado sukuk, se negociaron 92.000 millones de dólares en 2015, la mitad que en bonos no islámicos.

Quién emite bonos sukuks, con qué rendimiento y con qué calidad 

En la actualidad, podemos encontrar 2.600 emisiones islámicas en circulación, de las que 494 se han emitido este año. Las hay de todo tipo: soberanas, como las de Indonesia, Malasia, Pakistán, Dubai, Hong Kong, Bahrein, Qatar, Jordania... Pero también de emisores privados, entre los que domina el sector financiero, aunque también hay emisiones de compañías del sector de las comunicaciones, de consumo discrecional, energía, salud, industrial, materiales, tecnología y 'utilities'. 

Por países, en lo que llevamos de 2016, el que más emisiones ha realizado ha sido Malasia, con 306, frente a las 42 de Indonesia, el siguiente país en importancia. Destacan también las emisiones que se realizan en paraísos fiscales como Jersey o las Islas Caimán, con 2 y 16 operaciones de este tipo, respectivamente. 

La mayor parte de estos bonos, el 48,98% están emitidos en ringgit malayos, pero inmediatamente después se coloca el dólar americano como segunda divisa más importante en la emisión de sukuks, con un 31%. En riyal saudí está emitido el 7,39% de los bonos y el 6,25%, en rupias indonesias. En euros, sólo el 0,20%. 

Los cupones van desde el 22% en vencimientos de entre 2017 y 2020 de Special Power Vehicle hasta el 0,23% de IDB Trust Services con vencimiento en 2020. Pero hay en torno a 400 emisiones con cupón "cero". Por ejemplo, una del Bank Islam de Malaysia, cuya rentabilidad a precios actuales es de un 5,65%. 

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Las calificaciones de estos títulos van desde la Triple-A de IDB Trusts Services y el Gobierno de Luxemburgo, que ha sido el primer país con la máxima calificación crediticia en emitir sukuks en euros. En concreto, en 2014. Y la peor calificación crediticia que se puede encontrar en este mercado es B-, la correspondiente al Gobierno de Pakistán, con un cupón del 6,75% y una rentabilidad de la emisión a precios actuales del 4,35%.

Y, sí, hay grandes firmas internacionales invertidas en este mercado. El tenedor más importante de estos títulos, con un 8,20% del total, es uno de los mayores bancos de inversión de Malasia, el Aminvestment Services Berhad. En segundo lugar, con un 7%, la mayor gestora de fondos del mundo, BlackRock. En tercer lugar, lejos, con un 3,7%, JP Morgan. Entre las principales inversores en bonos islámicos, también Prudential, State Street, Lombard Odier, Allianz o el Royal Bank of Canada. Pero entre los propietarios sukuks también se encuentran Deutsche Bank, UBS, Aviva, Aberdeen, Goldman Sachs, entre otros, aunque con porcentajes que no llegan al 1%.

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