El empleo de EE.UU. decepciona y da argumentos a la Fed para bajar tipos

La economía estadounidense creó 130.000 nuevos empleos en agosto, por debajo de los 160.000 que esperaban los analistas. El sector[…]

La economía estadounidense creó 130.000 nuevos empleos en agosto, por debajo de los 160.000 que esperaban los analistas. El sector privado generó apenas 96.000 puestos de trabajo el mes pasado, la cifra más baja de los tres últimos meses y por debajo de los 150.000 estimados por el consenso. El sector industrial sólo creció en 3.000 nuevas nóminas, frente a las 5.000 previstas. 

La creación de empleo el mes pasado se vio impulsada por los 25.000 puestos de trabajo temporales generados por el sector público para elaborar el censo para el año 2020. Este dato logró compensar la debilidad del sector privado. 

Otra nota negativa de los datos del mercado de trabajo de Estados Unidos fue la revisión a la baja en 20.000 efectivos de la creación de empleo de los dos meses anteriores. 

La tasa de paro, eso sí, se mantuvo en el nivel previsto, en el 3,7%. Y hubo otras referencias favorables, como la subida salarial, que fue de un 3,2% en tasa interanual, por encima del 3% previsto por los analistas. En variación intermensual, la retribución por horas subió un 0,4%, frente al 0,3% anticipado por el consenso de economistas. También se contó entre las referencias positivas del informe de empleo que la tasa de participación de la población en la fuerza laboral subiera desde el 63% hasta el 63,2%. 

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La primera reacción a los datos fue el debilitamiento del dólar y la apreciación del euro. Si antes de que se publicara el informe de empleo el tipo de cambio se situaba en el entorno de 1,1020 unidades, minutos después saltaba hasta 1,1045 unidades. 

Mientras, en el mercado de bonos, la rentabilidad del bono estadounidense a diez años se redujo desde el 1,6% hasta el 1,55%.

Esta inmediata reacción en los mercados implica que los inversores creen que la decepción propinada por los datos de empleo puede dar más argumentos a la Reserva Federal norteamericana para que baje los tipos de interés en su reunión ordinaria de política monetaria del próximo 18 de septiembre. Porque, si la creación de empleo se gripa ello podría tener repercusiones negativas en el motor del crecimiento estadounidense: el consumo.

La publicación de los datos de empleo también ha tenido consecuencias en la evolución del oro: el precio de la onza, de cotizar en el entorno de los 1.505 dólares ha pasado a situarse en los 1.525. Ha pasado de caer a subir. 

El mercado de futuros estadounidense continuó adelantando una apertura alcista en Wall Street: anticipaba subidas de alrededor de un 0,25% en el arranque de la jornada media hora antes de la apertura. Pero la Bolsa de Nueva York terminó abriendo muy floja: el Dow Jones, prácticamente plano, mientras que el Nasdaq se dejaba un 0,20% en los primeros cambios de la sesión. 

En Europa los índices parecían debilitarse después de la publicación de los datos de empleo estadounidenses: el selectivo español, que parecía apostar decididamente por la recuperación de los 9.000 puntos, perdía tracción y se veía obligado otra vez a defender esa cota. 

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