Elizabeth Holmes: ascenso y caída de la estrella de Silicon Valley

Elizabeth Holmes, una de las últimas estrellas de Silicon Valley, ha sido condenada por defraudar a los inversores de Theranos

Silicon Valley se ha convertido en un centro neurálgico de grandes empresas tecnológicas, pero también en una máquina imperturbable capaz de regurgitar gurús empresariales que, en ocasiones, se convierten en juguetes rotos durante un descenso tan fugaz como fue su escalada hacia la fama y la riqueza.

Es el caso de Elizabeth Holmes, fundadora y CEO hasta su cierre de la empresa de salud Theranos, que este lunes fue declarada culpable en cuatro de los 11 cargos de conspiración y fraude electrónico a los que se enfrentaba en los tribunales estadounidenses.

Holmes, que en 2015 lideró la lista Forbes de "las mujeres estadounidenses más ricas hechas a sí mismas", y que consiguió que su empresa obtuviera una valoración de mercado estimada en 9.000 millones de dólares, se enfrenta ahora a penas de hasta 20 años de cárcel.

Los miembros del jurado de San Jose, California, condenaron a Holmes por haber defraudado a sus inversores, pero la absolvieron de haber engañado a sus clientes.

Para llegar a tal veredicto, el jurado necesitó siete días de deliberación precedidos por meses de audiencias en las que se sucedieron testificaciones de extrabajadores, antiguos inversores e incluso clientes de Theranos que relataron los múltiples problemas de credibilidad y veracidad a los que la compañía se enfrentó durante años, y que la fundadora siempre se encargó de desmentir.

La historia de esta americana de 37 años, de hecho, ha cautivado tantas miradas durante este tiempo que Hollywood ya trabaja en el rodaje de una película sobre su vida, que protagonizará la oscarizada Jennifer Lawrence y dirigirá Adam McKay, responsable de películas financieras como La Gran Apuesta.

Fake it 'til you make it: Aparenta hasta que lo consigas

Holmes fundó Theranos en 2003 con 19 años, atrayendo rápidamente el interés de grandes inversores por su teórico potencial para revolucionar los análisis de sangre gracias a una tecnología que "permitía recopilar enormes cantidades de datos a partir de unas pocas gotas de sangre extraídas de la punta de un dedo".

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La idea, presuntamente nacida del miedo de Holmes a las agujas, convirtió a la estadounidense en multimillonaria con tan solo 31 años.

"Creemos que la transparencia empodera al individuo y el empoderamiento del individuo cambiará el sistema", aseguraba Holmes al editor de la revista Forbes, Matthew Herper, durante una conferencia en 2015 que reunió a los emprendedores con más talento menores de 30 años, liderada por la empresaria ahora condenada por fraude.

Theranos siempre vio su existencia rodeada de acusaciones de falsedad científica en sus test, cimentadas en el empeño de la empresa por no divulgar información sobre cómo funcionaban sus pruebas ni cómo podían ser mucho más baratas que las producidas por la competencia. Pero Holmes siempre defendió su revolucionaria idea y acusaba a la industria de querer echar por tierra su esfuerzo por "democratizar la salud".

"El sector de los laboratorios ha hecho un buen trabajo para que se dude de nosotros", relataba Holmes a Forbes, "porque estamos intentando marcar la diferencia".

La empresaria, habitualmente vestida con un suéter negro de cuello vuelto que recordaba mucho al atuendo de Steve Jobs, se convirtió en una figura de referencia para el empoderamiento femenino. Y además se encargaba de reforzar esa idea con una inclinación por referenciar a grandes mujeres de la historia, como hizo con Eleanor Roosevelt en su Twitter, que usó por última vez el 16 de diciembre de 2015, dejando huérfanos a 30.400 seguidores.

El periódico que puso fin a la estrella de Silicon Valley

El principio del fin de Theranos llegó cuando el Wall Street Journal publicó una serie de artículos en 2015 y 2016 que expusieron que la tecnología de la empresa no funcionaba, así como los intentos de la empresa de análisis de sangre por encubrir sus fallos, y cómo estos afectaron las vidas de sus pacientes, poniendo en peligro su salud.

Herper, el editor de Forbes que charló con Holmes en la conferencia de emprendedores anteriormente mencionada, reconoció tras la publicación de los artículos del WSJ que probablemente había sido demasiado cándido en las preguntas hechas a la empresaria sobre la polémica que siempre había rodeado a Theranos.

Posteriormente, Forbes redujo la estimación del patrimonio de Holmes de 4.500 millones de dólares a cero, eliminando por completo el valor concedido al 50 por ciento que la fundadora de Theranos poseía sobre su empresa.

Las autoridades sanitarias estadounidenses, mientras tanto, prohibieron a Holmes en 2016 operar laboratorios durante dos años tras investigar las instalaciones de Theranos en California.

Dos años después, en marzo de 2018, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC) acusó a la empresa con sede en Silicon Valley, a su fundadora y consejera delegada, Holmes, y a su expresidente Ramesh Balwani de fraude masivo al haber recaudado más de 700 millones de dólares de inversores a través de un elaborado plan con afirmaciones falsas sobre la tecnología de su negocio y el rendimiento financiero de la compañía.

La última losa en su tumba pública

Pese a que la acusación de la SEC se saldó con Theranos cerrando después de que Holmes renunciara a su participación mayoritaria en la compañía, fuera inhabilitada para dirigir una empresa durante 10 años y pagara una multa de 500.000 dólares, el descenso de la fundadora estadounidense no acabó ahí.

Holmes vio como el fiscal general del Estado del Norte de California abría una causa contra ella en junio de 2018 por su rol en los ahora probados engaños de Theranos a inversores y clientes, que concluyó ayer con la sentencia de culpabilidad emitida contra la emprendedora.

La fundadora de la compañía que pretendía revolucionar el mundo recibió de esta manera un nuevo golpe en su historial, que se suma a la lista de agravios recopilados en un lustro de miseria que se plasmará en la película con estreno previsto entre 2022 y 2023, titulada Bad Blood: Mala sangre.

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