Farmacéuticas, ¿un remedio contra los sustos en el parqué?

Las recientes caídas han mejorado las valoraciones de uno de los sectores que más ha sobresalido en los últimos años, el farmacéutico. Los expertos creen que consiste en una opción para los inversores conservadores por su sesgo defensivo

El sector farmacéutico ha sido una de las estrellas del parqué en los últimos años, aupado por las tendencias demográficas (el envejecimiento y el aumento de la población), el incremento de la clase media en los países emergentes, la innovación terapéutica, el incremento del gasto en salud (llega hasta el 15 por ciento del PIB en las economías avanzadas) y las operaciones corporativas. «Estas empresas han superado al mercado desde 1995, con crecimientos de beneficios por acción de entre el 10 y el 14 por ciento anual en los últimos cinco años y rentabilidades de alrededor del 19 por ciento anual», relata Nathalie Flury, gestora del fondo Pictet-Health y doctora en oncología. Sin embargo, muchas de estas acciones salieron del radar de los inversores hace meses por considerarse demasiado caras. Ahora, en cambio, vuelven a suscitar interés, con la mejora de precios provocada por las caídas. ¿Es una buena oportunidad de entrada? 

Rubén de la Torre, de Andbak, explica que el sector «ha corregido algo el exceso de valoración que acarreaba pero todavía no está muy barato». Aun así, le parece una opción defensiva interesante, pues posee «un cierto componente de refugio en entornos de mercado bajista», explica. En todo caso, la aproximación al sectorial debe ser muy selectiva para evitar comprar caro, a su juicio. En concreto, en Andbank han incorporado recientemente Merck en carteras por considerar que tiene una valoración atractiva.

Lo mismo opina Ignacio Cantos, de Atl Capital. Dice que el sector sigue sin estar barato si se compara con otros que han cedido más pero asevera que «va a seguir atrayendo dinero durante mucho tiempo» debido a «una población que envejece y que consume cada vez más medicinas». 

Celso Otero, de Renta 4, explica alguna de las virtudes por las que, a su juicio, es una buena apuesta de largo plazo (aunque la volatilidad pueda seguir afectando en el corto plazo). En concreto, Otero valora la gran capacidad de generación de caja de este tipo de empresas, los elevados márgenes, el bajo endeudamiento, el crecimiento de las ventas, los altos retornos del capital y los bajos costes de financiación, además del dividendo, especialmente atractivo cuando la renta fija «no da prácticamente nada».

«No digo que un inversor de renta fija deba pasarse al sector farmacéutico pero, a largo plazo, tendría que ser una tesitura muy grave para que no ganes dinero en este sector, entre dividendos, recompras de acciones y crecimiento de las ventas. El sector farma tiene todo lo que nos gusta en un sector. Y con una rentabilidad más que aceptable», dice Otero, quien recomienda Novo Nordisk por su «atractiva valoración», Roche «por su cartera de proyectos» y Johnson & Johnson «por su diversificación».

Cantos incide en la misma idea al aseverar que las farmacéuticas deberían sustituir a las «utilities» o a las autopistas como sector defensivo de referencia. De hecho, aunque opine que no está barato, él mismo tiene pequeñas posiciones en Novo Nordisk (que le gusta por su importante cuota en el mercado de la insulina), Bayer (por su diversificación) y Roche («con una de las mejores carteras de proyectos de Europa»). Por su parte, Citi recomienda comprar Lilly, Roche, Bristol-Myers Squibb, Merck, Astrazeneca, Novo, UCB y Novartis (por este orden); mientras que Goldman apuesta por Novo, Bayer, Glaxo y, por encima de todo, Roche.
En todo caso, Otero advierte de que, de la misma manera que este sector ha caído menos que el mercado durante las caídas, subirá en menor medida si se produce el rebote. 

Lo mismo opina Jesús de Blas, de Crédit Agricole Mercagentes: «Cuando hay caídas muy fuertes en los índices, este tipo de compañías suelen subir en segunda ola. La gente, cuando se plantea entrar, busca compañías que puedan tener velocidad de subida. Y estas compañías farmacéuticas no suelen llevarse el dinero en esos primeros momentos. Son buenas opciones a futuro», dice. 

Aun así, Otero asegura estar «mucho más tranquilo» posicionado en este tipo de compañías que en bancos o empresas de materias primas, que son las que más ascenderán en caso de recuperación del mercado.

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Cosa muy distinta es el subsector biotecnológico, que es lo opuesto a un refugio y que ha caído con fuerza durante las últimas turbulencias del mercado, ofreciendo importantes oportunidades de entrada para los inversores con menor aversión al riesgo. «Las biotecnológicas están expuestas a mucha volatilidad. Se pueden multiplicar por mil si sale bien, pero hay muchas que quiebran», explica Otero, quien considera preferible estar en las grandes compañías porque tienen una cartera de investigaciones más amplia y el impacto de un ensayo fallido es menor (fracasa el 50 por ciento de las investigaciones, según suele decirse en el sector).

En ese sentido, Cantos propone tener exposición al subsector a través de fondos como el de Bellevue (con un «buen track record» hasta este fatídico año) para tener muchas compañías, sabiendo que «unas desaparecerán y otras serán opadas».

Más allá de esto, los analistas llaman la atención sobre un factor importante que está impactando en el sector: el debate sobre los elevados precios de los medicamentos que se ha activado en Estados Unidos con motivo de las primarias presidenciales. Los expertos creen que el asunto puede incidir en los próximos meses pero descartan que la sangre llegue al río. «Es poco probable que se produzcan cambios estructurales en el corto-medio plazo», dice al respecto un informe de Goldman Sachs. 

¿Y qué pasa con las compañías españolas? Los analistas coinciden en destacar que hay muchas diferencias entre ellas y señalan a Rovi o Pharmamar como las más atractivas, aunque Álvaro Arístegui, de Ahorro Corporación, reconoce que Pharmamar tiene ese sesgo de biofarmacéutica, con la que «tienes mucho potencial pero también mucho riesgo».

Elena Fernández, de Intermoney, sitúa ese elevado potencial de Pharmamar en el 127 por ciento tras las caídas, por considerar que tiene diversos estudios en desarrollo que podrían dar resultados muy positivos. En el caso de Rovi, espera la aprobación de un fármaco en la segunda mitad del año. «El mercado está muy volátil, hay que ser selectivos y estar preparados para movimientos bruscos. Pero, en estos niveles, teniendo en cuenta los fundamentales y lo que puede venir en 2015, son una buena oportunidad», dice. 

Para De Blas, en cambio, Faes es su apuesta favorita, tras haber caído desde niveles de 2,90 a 2,40.

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