¿Invierten bien los políticos españoles?

Escogemos una muestra de los miembros del Congreso de los Diputados (los líderes de los principales partidos, la actual presidenta de la Cámara y su predecesor, así como casos que nos han resultado curiosos) y analizamos, con ayuda de expertos en gestión de patrimonios,  las inversiones que acaban de hacer públicas. 

Si se dice que el Parlamento es un reflejo del país, el modo en que está invertido el patrimonio de los diputados, al margen de su tamaño, también responde muy bien a cómo ahorran los españoles que pueden hacerlo. Gracias a las a veces incompletas declaraciones de bienes que hace unos días se han colgado en la página web del Congreso de los Diputados podemos saber dónde tienen los políticos invertido su dinero y de acuerdo con Francisco Marín, de Efpa España, la muestra que ofrecemos es una buena fotografía del conjunto y las tipologías de inversores españoles. En grandes líneas, tienen un importante patrimonio en ladrillo, aunque sin que sea, estrictamente, con un fin de inversión, como señala Antonio Castilla, de Conecta Capital, dado que de los doce políticos analizados, sólo cuatro (Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Albert Rivera y Joan Tardá) declaran rendimientos de su patrimonio inmobiliario. 

Además, cuentan con demasiada liquidez ociosa. Esto último quizás, como es el caso del inversor medio español, porque su perfil de riesgo es conservador, al utilizar principalmente productos de protección y liquidez, pero lo que, a su vez, según Castilla, denota poca cultura financiera y falta de asesoramiento. 

En tercer lugar, señala Castilla, los políticos también coinciden en su ahorro e inversión para la jubilación: la mayoría tiene suscrito un plan de pensiones o un producto de ahorro. Al margen de estas líneas generales, nos encontramos muchas particularidades. 

Diego González, de Bull4All, propone una comparación entre los líderes de los viejos partidos. El presidente en funciones, Mariano Rajoy, según González, cuenta con una estructura equilibrada y diversificada entre activos inmobiliarios y financieros. También, en su opinión, cuenta con la liquidez que hay que tener para un imprevisto. 

Parece que Rajoy está bien asesorado y presenta la mayor sofisticación en sus inversiones de nuestra muestra, con incluso variedad de productos de ahorro en cartera. Cuenta con inversión indirecta a través de fondos de inversión, que, en opinión de Javier Flores, de Asinver, seguro cuenta con algún producto monetario, y también inversión directa en acciones, que, de acuerdo con Flores, probablemente sean estables y ricas proporcionadoras de dividendos. El único 'pero' que Miguel Ángel Bernal, del IEB, ve en el patrimonio de Rajoy es que no dispone de un fondo de pensiones que le ayudaría a optimizar su factura fiscal, porque el seguro de ahorro no desgrava. 

En cambio, el secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, de acuerdo con González, tiene pocos activos financieros, aunque, según Marín, tiene un patrimonio equilibrado. En cuanto a la inversión en bolsa (poco más de 6.000 euros invertidos en Red Eléctrica), González le recomendaría, si le gustan las eléctricas, que se inclinara por un ETF de eléctricas, una cartera formada por estas compañías, o un fondo de bolsa española. Respecto al volumen de la inversión en bolsa, González comenta que no es necesariamente pequeño. Para Flores, la apuesta de Sánchez parece una pequeña excentricidad. Admite que la compañía tiene buen dividendo, pero cree que sería «más estético» que tuviera una cartera de una docena de valores, por ejemplo. Sánchez sí tiene un plan de pensiones con una cifra elevada en relación al conjunto de su patrimonio, lo que puede deberse, según Flores, a razones fiscales. 

Líderes de la 'nueva política' 

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Si se compara el modo en que ahorran el líder de Podemos, Pablo Iglesias, y el de Ciudadanos, Albert Rivera, de edades parecidas, González comenta, respecto al primero, que tiene demasiada liquidez (125.000 euros), lo cual, en su opinión, es poco inteligente, dado que, a largo plazo, la inflación provoca que merme su poder adquisitivo. La única razón, a juicio del experto de Bull4All, que justificaría contar con ese dinero en cuentas y depósitos sería estar planeando, por ejemplo, la compra de una vivienda. Según la declaración de bienes, Iglesias tiene repartido ese ahorro entre diferentes cuentas. Sería un gran error no cumplir con el consejo de no tener más de 100.000 euros en una misma entidad, dado que cantidades por encima de ésa no las cubre el Fondo de Garantía de Depósitos. 

Flores comenta que la situación patrimonial de Iglesias puede deberse a que de un tiempo a esta parte ha incrementado su ahorro, pero se ha quedado en la cuenta, quizás porque con el discurso que mantiene le es difícil contratar según qué productos financieros. Según Flores, podría buscar productos con elementos de gestión responsable e incluso por instrumentos que abogaran por otro tipo de financiación. Aún no ha encontrado el modo y el riesgo que asume es ir acumulando ahorros sin que sea razonable tener más de 15.000 o 20.000 euros en liquidez. Bernal le aconseja pensar en un plan de pensiones y diversificar su ahorro con fondos de inversión. 

Rivera tiene un patrimonio esencialmente inmobiliario y, al margen de eso, sólo declara un depósito con 5.500 euros. En opinión de Javier Flores, su situación no es consistente con la de un señor de su posición y puede existir la sospecha de que hay activos que no declara. La suya es una situación patrimonial parecida a la de Homs, que declara rentas por 103.176 euros en 2015. Son dos casos, de acuerdo con Marín, de inapropiada gestión, dado que ninguno de los dos cuenta con un mínimo colchón. 

Como contraste a las situaciones de Homs y Rivera, el de otro catalán, Joan Tardá, de ERC. Marín destaca su buena inversión inmobiliaria y su importante inversión en planes de pensiones, pero cree que tiene demasiado dinero en cuentas corrientes y le aconseja un fondo de poco riesgo, a cambio, dado su aparente perfil conservador. 

El líder del PNV en el Congreso, Aitor Esteban presenta una novedad respecto a los políticos de los que hemos hablado hasta ahora: sus inversiones incluyen activos rústicos, quizás por herencia, razones sentimentales, porque se quiera construir una casa en el monte de frondosas para su disfrute...Para el experto de Efpa, Esteban es el inversor más típicamente español de clase media, con primera vivienda, segunda vivienda, planes de pensiones y un pequeño fondo para imprevistos. 

Presidentes del Congreso

La actual presidenta del Congreso, Ana Pastor, a juicio de González, también tiene el problema de contar con un exceso de liquidez y de acuerdo con Flores, con un excesivo patrimonio inmobiliario. Además González comenta, también como crítica, que el fondo de pensiones lo tenga en Nova Caixa Galicia, puesto que quizás en el mercado pueda encontrar mejores productos que ése, sobre todo en entidades que ofrezcan arquitectura abierta.

Patxi López, presidente del Congreso en la legislatura pasada, tiene una estructura de su patrimonio que, según Flores, es bastante conservador, aunque diversifique entre activos monetarios y acciones, pese a que, como en el caso de Sánchez, su inversión en bolsa esté concentrada en un único título: BBVA. En cuanto a su fondo de pensiones, parece que no lo usa para reducir su factura fiscal, a la vista de su escaso patrimonio, lo que le hace pensar a Marín que tiene mucha liquidez para tan poco plan de pensiones. En cuanto a la inversión inmobiliaria, parece responder a su casa habitual y a su segunda residencia. 

La diputada Micaela Navarro cuenta con un importante patrimonio inmobiliario, pero no declara rendimientos por el alquiler. Pese a no declarar poseer acciones del Santander, sí dice haber recibido dividendos por más de 6.500 euros en esas acciones. Al margen de eso, no emplea en demasía instrumentos financieros que no sea un importante plan de pensiones. La combinación de la inversión inmobiliaria junto al plan de pensiones y las cuentas implican, según el experto de Efpa, un patrimonio equilibrado. 

Por último, Íñigo Méndez de Vigo, ministro de Educación y Cultura en funciones, y Fátima Báñez, ministra de Empleo en funciones. Ambos tienen en común declarar participaciones en empresas no cotizadas. Marín explica que el primero cuenta con un plan de pensiones, un importante patrimonio inmobiliario, un elevado patrimonio empresarial formado por sociedades unipersonales y una cantidad grande en depósitos, seguramente para cubrir las necesidades que puedan surgir en sus empresas. Ése parece que ha sido el caso en el pasado, como señala Flores, a la vista de los saldos a su favor con que cuenta en las dos sociedades. 

En Báñez, sobresale la fuerte apuesta por la deuda española. Es la única política de los reseñados aquí que expresamente invierte en ella. Quizás, como señala González es una inversión no rentable, pero como recuerda Bernal, puede que la comprara cuando los tipos de interés estaban muy altos y entonces debería conservarla. Lo que sorprende es que no tenga planes de pensiones.

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