La caída de las tecnológicas ahonda el dilema: ¿valores cíclicos o defensivos?

En un entorno menos claro y con tipos de interés coyunturalmente a la baja, los analistas apuestan por compañías defensivas. Si se sigue confiando en el crecimiento económico y en un endurecimiento progresivo de la política de los bancos centrales, hay que invertir en ciclo.

¿Valores cíclicos o defensivos? Es una de las preguntas que se hacen los inversores en Bolsa. Los primeros suelen ir mejor cuando el crecimiento prospera y los tipos de interés comienzan a subir; los segundos, en periodos de incertidumbre e inflación a la baja. Desde finales de 2016, todo parecía soplar a favor de los cíclicos: Europa se aceleraba y EE.UU. elegía a un presidente, Donald Trump, con un ambicioso programa de estímulo con menos impuestos y más gasto. Los inversores se pusieron a jugar al 'reflation trade', a apostar por un incremento de la inflación y de los tipos, vendiendo bonos y comprando bolsa y, dentro de ésta, los valores más beneficiados, bancos, materias primas e industriales, abandonando a las 'telecos' y a las eléctricas. 

Pero la apuesta se está dando la vuelta. A cierre del primer trimestre, cuando el Ibex-35 ganaba casi un 12%, entre los valores más rentables se encontraban bancos, IAG, Meliá, Gamesa o Indra; pero, en el último mes, entre el 15 de mayo y el 15 de junio, periodo en el que el índice ha caído un 2,36%, los que más han ganado han sido Cellnex, Red Eléctrica, Aena, Endesa, Iberdrola, Merlin Properties o Dia, valores más conservadores. 

Alberto Espelosín, gestor del Abante Pangea, comenta que, ante los problemas que tiene Trump para poner en marcha sus medidas y las dificultades del crecimiento global, el tipo de interés del bono americano ha bajado de niveles del 2,6% hasta el actual 2,2%. Precisamente, la caída de la rentabilidad del bono comenzó a finales del primer trimestre, cuando empezó la rotación bursátil, dado que, como señala Espelosín, existe una fuerte correlación entre el bono americano y la evolución de cíclicos y defensivos: cuando el tipo baja, castiga a los primeros y favorece a los segundos. O, dicho de otra manera, cuando entra dinero en los bonos, también lo hace en inmobiliarias, 'utilities' y 'telecos' para salir de bancos e industriales. A ello se une, según Espelosín, que las compañías tecnológicas y las materias primas coticen a precios elevados, mientras que las 'utilities', las constructoras y las 'telecos' se habían quedado baratas. 

Borja Rubio, de Orey Financial, explica que al final del primer trimestre comenzó a rotar la cartera hacia valores defensivos, pero por otra razón: para reducir el riesgo ante lo mucho que ya había subido el Ibex-35, aunque no descarta que pueda terminar el año con una subida del 22% o del 23% y ampliamente sobre los 11.000 puntos. Entró en compañías como BME, Ebro Foods o Gamesa y tiene apuestas también en empresas portuguesas como Semapa o Sonae. 

El Nasdaq: ¿último aviso?

La gran cuestión ahora es dilucidar si, con vistas al segundo semestre hay que continuar apostando por defensivos o si hay que retornar a los cíclicos. El pinchazo sufrido en los últimos días por las tecnológicas, muchas de ellas muy dependientes del ciclo económico, y el índice en el que cotizan, el Nasdaq, puede ser el último aviso de que hay que rotar el dinero hacia los valores más conservadores. Aunque, quizás, primero, hay que saber si los expertos creen que de verdad ha pinchado el Nasdaq o es sólo una recogida de beneficios puntual. Carlos Camacho, de Rural Caja, apunta que parece que se trata de un recorte puntual: aunque las compañías han subido mucho, están apoyadas por unos buenos resultados. En la misma línea, Borja Rubio comenta que hay compañías fantásticas en el sector y sería interesante aprovechar las caídas para entrar. Menciona nombres como Amazon, Alphabet o Facebook. Y Nicolás López, de MG Valores, sentencia: «El sector no se encuentra ante el final de su ciclo ni se anticipa el final del ciclo del mercado en su conjunto».

Roberto Moro, de Apta Negocios, advierte de que el Nasdaq 100 suele anticipar los movimientos del conjunto de los mercados, por lo que aconseja vigilarlo. No debería perder los 5.560 puntos. Si cae por debajo y el S&P 500 cede los 2.350 puntos, entonces podrían venir más recortes generalizados. En un panorama así, funcionan mejor los valores defensivos. Espelosín, que no es muy optimista con los mercados (cree que en octubre o noviembre el pico del año habrá quedado atrás), es partidario de apostar por los valores defensivos. En primer lugar, porque en un escenario de caídas, sufrirían menos. En segundo lugar, porque cree que sectores como el de las 'telecos', el de la distribución y el de las 'farmas' aún tienen potencial y pueden dar buenas noticias. 

Nuria Álvarez, de Renta 4, es partidaria, a corto plazo y después de lo que ha corrido la Bolsa, de los valores defensivos. Más a medio plazo, incluiría compañías con alta rentabilidad por dividendo, aunque sean cíclicas. Y María Martínez, de Merchbanc, señala que, en tanto en cuanto el apetito de los inversores por activos de riesgo disminuya (porque aumente la incertidumbre sobre la economía y salgamos de los niveles de volatilidad tan bajos en los que estamos), el interés sobre los sectores más defensivos debería aumentar. 

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Los expertos de Bankinter comentan que con vistas al verano se está produciendo y continuará, una rotación desde compañías de crecimiento y financieras hacia más conservadoras, de valor y elevada rentabilidad por dividendo. La firma cree que es una táctica que puede funcionar bien a lo largo del verano y propone una serie de nombres como Endesa, Enagás, Abertis, Iberdrola, Red Eléctrica, Total, BNP Paribas, BBVA, AXA, Mediaset y BME. 

En cuanto a índices, Espelosín apunta que el más defensivo es el suizo, frente al el Ftse 100, que sería el más cíclico. 

Más claves en los bonos

Pese a su preferencia por las compañías defensivas, Espelosín insiste en la pista de los bonos: si sus intereses recuperan, si vuelven a la horquilla entre el 2,2% y el 2,7%, los cíclicos volverán a mejorar; si van camino del 2% o del 1,90%, los defensivos seguirán ganando la partida. Roberto Ruiz-Scholtes, de UBS, anticipa, precisamente por las perspectivas de tipos de interés, una nueva rotación hacia compañías energéticas y financieras. Y es que prevé que el tipo del bono americano retornará al 2,50% y el del alemán, al 0,60%. Ello debido a que el BCE, en la reunión del 7 de septiembre, según sus previsiones, anunciará la reducción de sus compras de bonos, mientras que la Fed anunciará la reducción de su balance. Ello implica que, según Ruiz-Scholtes, en algún momento del verano comenzará a descontarse. 

Nicolás López no cree en la vuelta de los defensivos de manera sostenida: «Si pensamos en una tendencia alcista de la Bolsa, lo normal es que el dinero volviera a las compañías cíclicas y ligadas al crecimiento y no tendría sentido que los defensivos continuaran con esta intensidad». «Apostar por compañías con alta rentabilidad por dividendo sería dar un paso atrás e implicaría un cambio de escenario», apunta Jesús de Blas, de Bankoa-Crédit Agricole. María Martínez coincide y añade: «Para que los valores más defensivos realmente experimenten un mejor comportamiento y que éste sea sostenible más allá de unos días o semanas, tendría que provocarse un cambio de tendencia claro de los mercados. Por el momento, dicho cambio aún no se ha producido». 

De Blas recuerda que las olas de dinero hacia valores de uno u otro perfil responden muchas veces también a modas. Y recomienda no correr detrás de ellas, sino analizar compañía por compañía.

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