La crisis política condicionará la evolución de la Bolsa hasta fin de año
De la solución de la cuestión catalana dependerá que el Ibex-35 retome los avances o se mantengan en estos niveles o incluso baje más
Acaba de arrancar el último trimestre del año y sus primeros cambios en la Bolsa española han sido volátiles y a merced de los acontecimientos que se van sucediendo con la crisis catalana: si durante alrededor de un mes el Ibex-35 ya se estaba comportando peor que el resto de indicadores europeos, el lunes tras el 1-O la distancia se incrementó y sobre todo el miércoles, 4 de octubre, cuando se ponía fecha a la declaración unilateral de independencia para mañana mismo, algo que el selectivo cotizó con una caída del 2,85%, la mayor desde el 'Brexit'. Al día siguiente, el selectivo registró su mayor subida desde abril (2,51%), al conocerse los planes de CaixaBank y del Sabadell de trasladar su domicilio social desde Cataluña a otros lugares de España, lo que reduce el riesgo de un accidente financiero, y la suspensión de la sesión del Parlament prevista para mañana por parte del Tribunal Constitucional.
Diego Jiménez-Albarracín, de Deutsche Bank, comenta que el último aumento de la volatilidad lleva consigo una ampliación de los rangos en los que se puede mover el índice. También la reducción de los volúmenes negociados, lo que es reflejo del menor interés por invertir en Bolsa española, porque los gestores pueden estar retrasando sus decisiones de inversión hasta que se resuelva la crisis política. Pero Jiménez-Albarracín también detectó el pasado jueves que una vez que el índice recupera los 10.000 puntos después de una caída, el dinero vuelve a entrar, quizás por las órdenes automáticas de compra existentes en ese nivel. Otra consecuencia que apunta Ignacio Cantos, de Atl Capital, de los últimos acontecimientos, a los que hay que unir la división que se percibe en las filas independentistas, es que, en el corto plazo, el riesgo de caídas abruptas se puede ver reducida, aunque advierte de que la solución a la crisis no ha llegado y que su cronificación puede terminar afectando al PIB.
Roberto Ruiz-Scholtes, de UBS, coincide en que en el más corto plazo puede haber una cierta calma tensa como consecuencia de las últimas decisiones empresariales y judiciales. Pero señala que el principal elemento a vigilar será la reacción de las calles. Por lo demás, apunta que en los últimos días ya toda la comunidad inversora global se ha puesto al día de lo que sucede en España, a diferencia de lo que ocurría semanas anteriores, y el mercado lo tiene razonablemente descontado. Y añade que la prima de riesgo parece bien anclada gracias al apoyo del Banco Central Europeo, lo que también protege al mercado de renta variable.
Sara Herrando, de Norbolsa, afirma que lo que ocurra con Cataluña será determinante para la evolución del Ibex hasta final de año: «Si el problema se resuelve, el Ibex-35 subirá, si no lo hace, se quedará en estos niveles o por debajo». Y añade: «Lo único que dificulta la evolución del indicador es Cataluña. Fuera de esto, el entorno es muy agradable para la renta variable, con una positiva evolución de los resultados, un firme crecimiento económico, un euro algo más débil, los bancos centrales hacia una pausada normalización...». Pero, respecto a la cuestión política, como admite Victoria Torre, de Self Bank, «ahora es muy difícil predecir lo que va a pasar de aquí a final de año». Así, en su opinión, si se aplica el artículo 155, es posible que el mercado se lo tome bien, pero ello no haría que se eliminara la incertidumbre. De hecho, Citi, en un informe, advertía esta semana de que esa medida del Gobierno podría desatar una «rebelión civil» en Cataluña.
Hablemos de niveles
Con la serie de acontecimientos que aún puede haber por delante, Jiménez-Albarracín no descarta que el selectivo pueda irse por debajo de los niveles que vimos el pasado miércoles y romper los 9.800 puntos, si es que empeora la situación. Luis Lorenzo, de Dif Broker, habla de posibles descensos en caso de que el contexto se deteriore hasta los 9.900 o los 9.600 puntos. Y Nicolás López, de MG Valores, señala como límite razonable de una corrección la horquilla entre los 9.200 y los 9.500 puntos. Por debajo de esos niveles, la situación técnica del indicador se deterioraría mucho.
Ricardo Torrella, de Gesinter, dice que en el Ibex-35 ya hay mucho de la crisis en precio. Argumenta que el selectivo está mil puntos por debajo de los máximos que marcó en mayo, mientras que el PSI-20 de Lisboa y el Ftse Mib de Milán han llegado a rebasar sus niveles más altos del año. No descarta un mayor castigo si la situación se tensa, pero también señala que puede valer la pena soportar la volatilidad para ganar rentabilidad. Efectivamente, hay muchos analistas que apuntan que los descensos están dejando oportunidades.
Así, Torre, pese a sus cautelas anteriores, cree que el «precio objetivo» del Ibex-35 está en los 11.000 puntos y Jiménez-Albarracín mantiene el objetivo para el selectivo con vistas a final de año en los 10.800 puntos. Pero este último analista admite que ahora mismo no hay datos suficientes como para intentar atisbar en qué medida la cuestión catalana va a seguir incidiendo en los mercados. Eso sí: afirma que si llegara a resolverse y a los bancos les va bien en un entorno de tipos de interés al alza, el objetivo de los 10.800 puntos podría rebasarse. «Apostando por un acuerdo, el Ibex-35 debería terminar el año más cerca de los 11.000 puntos que de los 10.000», afirma Luis Lorenzo.
José Lizán, de Auriga, opina que, de aquí a final de año, el Ibex-35 se moverá entre los 9.800 y los 10.800 y cree que al final del ejercicio estará más cerca de este último nivel que del primero.
Estrategias conservadoras
Ante los diferentes escenarios, la posibilidad de que haya más caídas o la de que la crisis se resuelva, caben dos tipos de estrategias diferentes. Unas, para los inversores más negativos con el escenario, o para la posibilidad de que la crisis política encalle. Así, Roberto Berzal, de Orey iTrade, comenta que, mientras la volatilidad siga presente en España, los inversores deberían reducir exposición al mercado nacional, bien buscando alternativas en otros mercados europeos que ahora están más tranquilos o sobreponderando el mercado americano. Victoria Torre añade, además, la vulnerabilidad que ya hemos visto en el sector financiero, así como en el eléctrico, en el caso en que vuelva a haber ventas de bonos españoles. Por eso, buscaría refugio en compañías de consumo defensivo o con fuentes de ingresos muy diversificadas. Y respecto a opciones en el extranjero, se inclina por el Cac 40 francés, en Bolsa, y por la deuda portuguesa, en renta fija. Mientras tanto, Ricardo Torrella considera que una buena opción si vienen mal dadas es seguir apostando por lo que ha funcionado hasta ahora: posiciones largas en el Dax alemán, que cuenta con tipos más bajos que España y compañías más globales, contra el Ibex-35.
Aprovechar oportunidades
Pero además de la estrategia defensiva puede caber la de aprovechar oportunidades. Antonio Cánovas del Castillo, de Altair Finance, comenta que inversores como su firma, que ya había reducido riesgo en renta variable con anterioridad, sí se pueden plantear si los descensos pueden ser una oportunidad de compra, si hay que entrar de nuevo en el mercado y en qué momento en concreto. De acuerdo con Sara Herrando, habría que esperar y ver cómo se desarrollan antes de entrar en el mercado. Habría que aguardar en su opinión, además, no sólo la solución de la cuestión catalana, sino también que no afecte al Gobierno central. También David Ardura, de Gesconsult, cree que hay que tener prudencia con la renta fija, en la que hemos visto cierta presión vendedora en los últimos días, especialmente en las entidades financieras catalanas, que revirtió el jueves con las noticias sobre el cambio de sede. Bien es verdad que en cuanto a la renta fija, el aprovechamiento de oportunidades debería ser limitado, no ya por Cataluña, que aún puede llevar la prima de riesgo por encima de estos niveles, sino por la progresiva tendencia alcista en los tipos de interés, acentuada en Europa por la reducción de compras de bonos por parte del BCE, como recuerda Miguel Ángel Rodríguez, de TMS Europe Broker.
De nuevo en la Bolsa, Lorenzo plantea dos estrategias según el inversor sea más cauto o más agresivo. El que quiera asumir menos riesgo, puede ponerse largo de Ibex-35 contra el Eurostoxx 50. El que quiera asumir algo más de riesgo, puede apostar por los valores más castigados hasta el momento. O ir realizando entradas parciales, con vistas a final de año, aguantando la posibilidad de que siga habiendo recortes. Así, Lorenzo plantea: «¿Quién está asumiendo más riesgo, el inversor que entró en los 11.200 puntos o quien ahora lo hace en el entorno de los 10.000 puntos?». Los 10.000, los 9.900 o los 9.800, según los expertos, serían buenos niveles de compra.