La fortaleza del euro se enfrenta a pruebas importantes
La divisa comunitaria se ha mostrado muy sensible a los datos económicos y en los próximos días hay muchos e importantes y además, cita en Jackson Hole con los bancos centrales.
A principios de año, el euro podía soñar con la paridad con el dólar: arrancaba este 2017 cambiándose por alrededor de 1,04 unidades. Pero desde ese momento, salvo recortes intermedios puntuales, no ha dejado de subir y en las primeras sesiones de agosto lo hemos visto superar la cota de 1,18 dólares e incluso rebasar marginalmente el nivel de 1,19 unidades. Ello supone que la moneda comunitaria se aprecia casi un 12% frente al billete verde en lo que llevamos de año.
Si en los últimos días, desde el pasado viernes, el euro se ha replegado un poco frente al dólar ha sido por los buenos datos económicos que se han conocido en la primera economía del mundo, como el informe oficial de empleo del mes de julio, que fue mejor de lo esperado, así como el número de puestos de trabajo a la espera de ser cubiertos, en máximos históricos. En cambio, en el Viejo Continente se ha publicado un dato regular de producción industrial en Alemania, que ha metido un poco de presión bajista sobre el euro. Está claro que en las últimas jornadas el euro se ha mostrado sensible a los datos económicos.
Y debido a su carga macro, las próximas sesiones van a ser muy importantes para el euro-dólar. En Estados Unidos, habrá que estar pendiente del dato de inflación que se conocerá el día 11. El consenso de analistas prevé que el IPC interanual suba desde el 1,6% del mes de junio hasta el 1,8% de julio. Además, el día 16 de agosto se publicarán las actas de la última reunión de la Reserva Federal norteamericana, que podría dar pistas sobre las intenciones de la institución.
En el Viejo Continente también tendremos datos de inflación el día 11. En concreto, de Alemania, de Francia, de España y de Italia. El 17 se conocerá la evolución de los precios agregada en la zona euro. Y los días 15 y 16 también serán importantes porque conoceremos las cifras de crecimiento de Alemania y del conjunto de la zona euro.
Jackson Hole y los bancos centrales, clave
Aunque hay analistas y operadores que a lo que de verdad están esperando es a la reunión anual que los banqueros centrales celebran en Jackson Hole (Wyoming, EE.UU.), que tiene lugar en dos semanas, entre los días 24 y 26 de agosto. La de 2016 desató un rally del dólar que duró 19 semanas (aunque seguramente las expectativas -ahora, al menos de momento, frustradas- que despertó Trump en cuanto a crecimiento económico e inflación también tuvieran algo que ver). Y la comunidad inversora se pregunta si la de este año puede provocar algo parecido. Aunque ello con permiso del presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, que podría anticipar el principio del fin del programa de expansión monetaria del Viejo Continente, lo que podría seguir dando alas al euro.
O no. Porque, por su parte, Janet Yellen, su homóloga de la Reserva Federal, puede anunciar el inicio de la reducción del balance, lo que se sumaría a las subidas de tipos que ya ha comenzado a realizar esa institución.
En todo caso, la hora de la verdad no llegará hasta las reuniones de ambas instituciones en septiembre: el 7 de septiembre la del Banco Central Europeo y el 20 de septiembre la de la Reserva Federal.
¿Hasta 1,30 unidades?
Una de las opiniones más alcistas con el euro es la de Ulf Lindhal, de A.G. Bisset Associates, que comenta en declaraciones a Bloomberg que estar corto en euros ahora es "absolutamente letal". Así, cree que el tipo de cambio puede llegar a 1,30 de aquí a final de año, o incluso antes. Quienes apuntan la posibilidad de que el euro pueda seguir subiendo aluden a que hay muchos inversores que se han perdido el repunte desde principios de año y a que dinero estadounidense va a seguir entrando en Europa en busca de mayores rendimientos. Además, señalan que el panorama político europeo, por primera vez en mucho tiempo, está más claro en Europa que en Estados Unidos.
Pero otros expertos son más cautos que Lindhal. Manuel Domínguez-Blanco, de Moneycorp, apuntaba que rompiendo el nivel de 1,15, se irá a 1,20 unidades. El analista de divisas Miguel Ángel Rodríguez, por su parte, señalaba que, rebasando la cota de 1,20, más adelante, podría irse hasta 1,24. Roberto Ruiz-Scholtes, de UBS, lo ve a finales de año en el entorno de 1,16, para llegar a 1,20 unidades a mediados de 2018. De acuerdo con Rodrigo García, de XTB, si el índice euro rebasa la cota de 96 puntos (ahora se encuentra en 94), estaría justificado un euro-dólar en el entorno de 1,185 unidades. Es en ese punto donde García sitúa el techo de la moneda comunitaria para el medio plazo y podría estar cumpliéndose estos días este pronóstico. Bien es verdad que, por análisis técnico, las próximas resistencias se situarían en 1,1969 unidades y, a continuación, en 1,2108.
También hay expertos, como Daniel Pingarrón, de IG, que ven al euro caro. Pingarrón, en concreto, desde que intentaba atacar el nivel de 1,15 unidades y apuesta porque regrese a niveles por debajo de 1,10 unidades. Los expertos de Monex Europe también señalan la posibilidad de que se estén registrando elevados niveles de sobrecompra de euros.
El euro, fuerte también frente a otras monedas
Aunque el euro ha subido sobre todo frente al dólar, no sólo se ha hecho fuerte frente a esta divisa. El rand sudafricano baja más de un 8% frente a la moneda comunitaria, el real brasileño, casi un 7%, el franco suizo, un 6,5%, la libra esterlina, cerca de un 6%, y el yen, un 5%. De hecho, de entre las mayores divisas, la única que gana frente al euro es el peso mexicano (3,90%) y sólo otra no pierde, porque se encuentra plana: la corona danesa.
Un par que últimamente está recibiendo mucha atención es el euro-libra: Miguel Ángel Rodríguez no descarta la paridad entre las dos monedas y tampoco los expertos de UBS, que ven a la divisa comunitaria ganando más terreno a la británica.
El dólar no sólo pierde contra el euro. Así, el Dollar Index, que mide la evolución de la moneda estadounidense respecto a las más importantes, cae un 9% desde enero. De entre las divisas del G-10, después del euro, las que más suben contra el dólar son la corona sueca y la danesa (alrededor de un 11%), y la que menos, el franco suizo (4,5%). De entre las principales divisas fuera del G-10, la que más gana frente al billete verde es el peso mexicano, con una apreciación del 16%.