La inflación de los EEUU devuelve los temores tras repuntar hasta máximos de 13 años
El índice de precios al consumo (IPC) estadounidense subió en una décima en septiembre y vuelve a su tasa más alta desde 2008
La inflación en los Estados Unidos vuelve a elevar la incertidumbre de los mercados tras un nuevo repunte en septiembre.
El índice de precios al consumo (IPC) subió en una décima respecto a agosto hasta situarse en el 5,4 por ciento. Una subida que choca con la previsión de los analistas.
El consenso estimaba que el dato se mantendría, al menos, en el 5,3 por ciento, lo que hubiera supuesto un balón de oxígeno para la Reserva Federal (Fed).
Pero el nuevo repunte devuelve la inflación a los niveles de junio, cuando se situó en el nivel más alto desde 2008 y son máxmos de trece años.
¿Pico inflacionario o anticipo de nuevas subidas?
Entonces, los mercados contaban con que la inflación había llegado a su pico más alto desde comienzos de la pandemia. El descenso de agosto reafirmó esta tesis al conceder a las bolsas la décima que anhelaban.
Sin embargo, la subida aumenta los temores. “Una prolongación del pico de inflación podría aumentar los riesgos de más efectos secundarios que conviertan el shock de precios en un cambio ascendente en el régimen de inflación”, señala Gilles MoËc, economista jefe de AXA Investments.
El IPC subyacente, que excluye los precios de los alimentos y de la energía, fue del 0,2 por ciento interanual, aunque se mantuvo por su parte en el 4 por ciento del mes anterior.
“Incluso si el shock inflacionario tarda más en desaparecer, a pesar de todo el malestar que provocaría en los bancos centrales, no significaría necesariamente un cambio al alza. Para que esto suceda, los salarios deben responder al impacto”, detalla Moëc.
Pendientes de la Fed
La última subida del dato de inflación devuelve la pelota al tejado de la Fed justo en el día en que se publican las actas de la última reunión, de finales de septiembre.
A lo largo del verano, las miradas de los mercados se centraban en esta cita, ya que el banco central que dirige Jerome Powell podría tomar la decisión en firme de retirar el programa de compras activado por la pandemia.
Especialmente, tras el mensaje de Powell en Jackson Hole, cuando adelantó que el denominado tapering podría llegar para finales de 2021. Marcó dos condiciones indispensables: la mejora del mercado laboral y el control de la inflación.
Las cifras que llegan dos meses después de la reunión de banqueros centrales alejan, no obstante, esta posibilidad.
Además del repunte de la inflación, la economía estadounidense ralentizó la creación de empleo en septiembre por debajo de las expectativas, al computar 194.000 nuevos puestos frente a los 500.000 esperados.