La inflación hurga en la herida de las tecnológicas
Los valores tecnológicos sufren con la reacción de la Fed para controlar la inflación
La inflación sigue ocupando gran parte de las conversaciones del mercado, y ante las distintas señales que mandan los bancos centrales en su intento por frenarla, las empresas tecnológicas cotizadas en bolsa sufren los vaivenes de cada nueva noticia.
No hace ni dos meses que ómicron se convirtió en el factor determinante de las bolsas, pero ese tiempo parece quedar ahora lejos para unos inversores más preocupados por cómo afectarán a sus carteras las decisiones sobre política monetaria.
Víctima de esa incertidumbre, el índice tecnológico Nasdaq perdió un 2,5 por ciento durante la jornada del jueves que le dejó en 14.806 puntos, su registro más bajo desde octubre del año pasado, y en la sesión del viernes ha abierto con una ligera caída del 0,3 por ciento.
En términos generales, sin embargo, los expertos no creen que un contexto inflacionista vaya a delimitar el crecimiento de los valores tecnológicos a largo plazo.
Inflación no tan transitoria
La inflación transitoria que tanto tiempo ha defendido la presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, sin duda se ha instalado en la economía más global durante un periodo más largo del que hubieran preferido los bancos centrales de todos los países.
La nota positiva a registros de inflación que por ejemplo en España ha cerrado el año con un aumento del IPC hasta el 6,5 por ciento, es que datos de diciembre en países como Estados Unidos sugieren que el impulso de la inflación está llegando a su punto máximo. Esto, a pesar de que el 7 por ciento alcanzado en el país norteamericano en diciembre es el nivel más alto desde junio de 1982.
Así lo considera, al menos, David Kohl, economista jefe de Julius Baer, que señala que las tasas de crecimiento mensual de los precios al consumo y al productor se han ralentizado en EEUU, ya que los precios de la energía se han estabilizado.
Pese a esta llamada a la calma, Kohl advierte que la inflación seguirá estando impulsada por los cuellos de botella de la oferta y la fuerte demanda. Y por este motivo, considera que "la presión política sobre la Reserva Federal para que modifique su política monetaria extraordinariamente flexible seguirá siendo elevada en los próximos meses".
La incertidumbre arrastra a las tecnológicas
La presión sobre la Fed para que eleve su tono frente a la amenaza de la inflación, no obstante, ha sido el detonante de que los valores tecnológicos sufran un fuerte revés en los últimos días.
"La retórica de los funcionarios de la Fed pesó en los mercados de valores el jueves. Las expectativas del mercado han cambiado rápidamente en los últimos días, y ahora esperan hasta cuatro subidas de tipos este año, así como el inicio del ajuste cuantitativo (es decir, la reducción del balance) en julio para frenar la inflación", detalla Mathieu Racheter, director de estrategia de renta variable de Julius Baer.
Racheter explica que "aunque históricamente los ciclos de subidas de la Reserva Federal no han hecho descarrilar el mercado alcista, los rendimientos de la renta variable han tendido a ser más bajos y se han visto impulsados principalmente por el crecimiento de los beneficios, más que por la revalorización".
En este contexto, el analista de Julius Baer concede que un cambio asociado al aumento de los rendimientos de los bonos suele provocar una rotación desde las acciones de crecimiento, como las tecnológicas hacia las de valor. Pero esgrime que, a corto plazo, es difícil programar estas rotaciones.
Por este motivo, opina que las perspectivas a largo plazo siguen favoreciendo a los valores de crecimiento.
El crecimiento tras la pandemia
Desde Fidelity, mientras tanto, se ofrece un pronóstico similar.
"A algunos les preocupa que los valores tecnológicos vayan a comportarse peor que las áreas cíclicas/infravaloradas en un entorno más inflacionista y con tipos de interés al alza, pero la fortaleza del poder de fijación de precios de muchas empresas sugiere que estas preocupaciones se han exagerado", asegura Hyun Ho Sohn, gestor del fondo FF Global Technology Fund de Fidelity.
Ho Sohn considera que, en general, las empresas tecnológicas tienen margen para repercutir el aumento de los costes de producción a los clientes sin perjudicar la demanda de forma apreciable, y señala que actualmente, la demanda de soluciones y productos tecnológicos para los consumidores, las empresas y las administraciones públicas es real y sigue siendo superior a la oferta.
"Además, la pandemia reciente puso de relieve la enorme importancia de las tecnologías para nuestra vida personal y laboral. Podríamos ver ciertos retrocesos en los mercados de equipos tras el COVID (las personas podrían optar por gastar en experiencias como el ocio y los viajes, en lugar de dispositivos), pero, en general, todos dependemos cada vez más de la tecnología", indica el gestor.
Por ese motivo, Ho Sohn apunta que su proceso de inversión sigue estando centrado en identificar empresas con mercados finales pujantes, fundamentales sólidos y valoraciones razonables.
"No tengo en cartera los valores de alto crecimiento que no generan beneficios y se han llevado la peor parte de las caídas recientes", afirma el experto, y añade:
"En conjunto, el mercado de la tecnología no parece excesivamente caro, ni desde una óptica relativa ni histórica. Esta situación es aún más clara después de la última corrección. No obstante, existen áreas del mercado que es incuestionable que están caras".