La investigación por greenwashing a DWS revela carencias en inversión sostenible
La investigación de la SEC a DWS en pleno 'momentum' de la inversión sostenible puede conllevar una pérdida de confianza de los inversores
Que el futuro del negocio de la gestión de activos está ligado a la incorporación de los criterios ambientales, sociales y de buena gobernanza (ESG) es cada vez más evidente. En pleno desarrollo regulatorio y con el despegue de la demanda de los productos sostenibles, una sombra de ‘greenwashing’ puede tener un alto coste para la entidad y la industria.
En este sentido, la reciente investigación abierta por el Departamento de Justicia de Estados Unidos y el regulador de la Bolsa, la Securities and Exchange Commission (SEC), a la gestora de Deutsche Bank por exagerar el uso de criterios de inversión sostenible, ya ha tenido un primer impacto en términos bursátiles.
Tras conocerse la información del diario ‘The Wall Street Journal’, la cotización de DWS cayó este jueves más de un 13 por ciento en la bolsa de Fráncfort, lo que supone un recorte de más de 1.100 millones de euros en valoración para la gestora alemana, cuyos activos bajo gestión superan los 859.000 millones de euros.
Más allá de la reacción inmediata del mercado, aún es pronto para saber si el resultado de la investigación podría impactar en la marca. Preguntados por SOCIAL INVESTOR sobre las consecuencias reputacionales que pueda acarrear esta investigación, un portavoz de DWS ha respondido que la firma «no espera impacto alguno sobre sus fondos ESG».
Además, ni Deutsche Bank, que tiene una participación mayoritaria en DWS, ni la propia gestora han valorado al WSJ lo ocurrido. «Nunca comentamos en cuestiones relacionadas con litigios o regulación», señalaron en declaraciones al citado medio.
La investigación, que según ‘Responsible Investor’ también estaría llevando a cabo la autoridad alemana BaFin de forma paralela, llega en pleno ‘momentum’ de la inversión sostenible: uno de cada cinco gestores de fondos considera que las posiciones largas en ESG son la apuesta más repetida en agosto.
15.000 millones en activos en el 1T
La gestora alemana, cuarta firma internacional con más presencia en España —con casi 15.000 millones de euros en activos a marzo, según Inverco—, ofrece una de las gamas de estrategias ‘verde oscuro’ más amplias. Para el banco de inversión RBS, esta especialización favorecería su desempeño futuro.
Según el último informe de resultados de DWS, los activos sostenibles son uno de los vértices de crecimiento más importantes para la gestora. En la primera mitad del año, los fondos específicos con criterios ESG contribuyeron con casi dos quintas partes de los nuevos activos netos, excluyendo el efectivo.
En la presentación de los resultados del 2020, la gestora capitaneada por Asoka Woehrmann señaló que más de la mitad de sus activos bajo gestión, unos 459.000 millones de euros, habían pasado por un proceso de «integración ESG».
Entre abril y junio, los flujos netos de DWS rozaron la cifra récord de 20.000 millones de euros, de los que 4.000 millones corresponden a soluciones clasificadas como ESG, lo que supone prácticamente el 20 por ciento de sus captaciones en el segundo trimestre.
En el campo de fondos cotizados sostenibles (ETF, por sus siglas en inglés) DWS ocupa la cuarta posición mundial por patrimonio gestionado, con unos 14.000 millones de euros, que representan más del 5,3 por ciento del mercado de ETF ESG, según TrackInsight.
La gestora está posicionada para aprovechar la fuerte demanda de los productos cotizados sostenibles, que se ha incrementado aún más durante el verano. En el mercado de ETF europeos, los productos ESG han captado 8.200 millones de euros en julio, es decir, siete de cada diez euros invertidos.
La lucha contra el ‘greenwashing’
Los datos expuestos son una muestra de la fuerte posición de DWS en la industria de las finanzas sostenibles, con lo que este tipo de cuestionamientos desde dentro podría ser especialmente delicado en términos de confianza de los inversores en toda la industria.
La investigación, que podría ser la primera en cuestiones de sostenibilidad, está en una fase inicial y es fruto de unas declaraciones de su exjefa de Sostenibilidad de la gestora, Desiree Fixler, quien aseguró que se habría engañado a los inversores inflando el uso de los criterios ESG.
No es una cuestión menor, como ya advertía Joaquín Garralda, presidente de Spainsif, en los Observatorio de Social Investor: «Si se empieza a percibir que todo es ‘greenwashing’ se pierde la confianza y esta tendencia a hacer las inversiones más responsables se puede perder».
La preocupación es creciente. El University College Dublin ha desarrollado una herramienta de inteligencia artificial para estudiar si hay ‘greenwashing’ en los anuncios empresariales. El examen de ‘GreenWatch’ concluyó que la probabilidad es del 95 por ciento en las comunicaciones corporativas.
La entrada en vigor del Reglamento de Divulgación (SFDR) en marzo de este año, sin unos criterios técnicos que se van a retrasar hasta el próximo verano, ha acarreado que en la oferta de fondos que ‘promueven criterios de sostenibilidad’ se hayan incluido productos con un nivel de exigencias ESG muy variado.
En este sentido, el portavoz de la firma de gestión de activos germana ha recordado que «los estándares y normas en el mercado que definen la inversión ESG no son maduras y están todavía en constante evolución«.
Paso a paso, los reguladores y supervisores trabajan para exigir mejoras en la información sobre sostenibilidad de las compañías y los inversores dentro y fuera de las fronteras europeas.
La SEC estadounidense lanzaba esta primavera una «alerta de riesgo» para advertir de «deficiencias y la debilidad en los controles internos» para el adecuado empleo de los criterios ESG por parte de algunos asesores financieros y gestoras de fondos que ofrecen productos bajo esta categoría.
En línea con la postura de la Comisión Europea, el mismo Banco de España ya ha llamado al activismo contra el ‘greenwashing’. De su lado, el supervisor de los mercados españoles, la CNMV, aseguró que el riesgo del ‘ecopostureo’ en la oferta nacional era «limitado» tras SFDR.
«Nos esforzamos por ser transparentes para el mercado, nuestros clientes y las partes interesadas en nuestro mensaje de que el camino hacia un futuro sostenible es largo y con obstáculos; para toda la industria y también para DWS», han añadido desde la gestora.