La renta fija en 2019: la desaceleración y los bancos centrales, las claves
La selección, la flexibilidad y la gestión activa serán muy importantes para acertar con las inversiones en deuda en el nuevo ejercicio. Todos los segmentos (pública, privada, high yield...) pueden ofrecer oportunidades, pero también peligros.
Qué hacer con la renta fija en un contexto en el que la Reserva Federal ya lleva bastante avanzada la normalización monetaria y en el que el BCE prácticamente no ha empezado?, ¿cómo invertir en deuda en un momento de desaceleración económica e incluso riesgo de recesión?
Félix López, de Atl Capital, explica que según cuál sea el escenario económico que se considere, tendría que aplicarse una u otra estrategia con la deuda. Así, sintetiza: el inversor que crea que la desaceleración va a desembocar en una recesión en la última parte del año, tendría que apostar por deuda pública americana y por bonos 'core' europeos. En un escenario de ralentización económica que no lleve a una recesión, cree que habría que apostar por deuda americana a largo plazo, tanto soberana como corporativa de calidad; además, opina que los bonos emergentes podrían comportarse positivamente, al igual que en un contexto muy positivo, de reaceleración económica. En este último contexto, también cree que habría que apostar por la deuda de alto rendimiento, así como por la subordinada, puesto que sería de esperar una reaceleración del crecimiento económico.
Como el escenario es tan incierto, Borja León-Sotelo, de Merchbanc, considera que, teniendo en cuenta que la renta fija siempre debe estar dentro de una cartera de inversión diversificada porque disminuye la volatilidad de las carteras y es la mejor compañera de viaje de la renta variable, ahora hay que centrarse en productos de deuda que sean flexibles a la hora de invertir y se puedan amoldar a cualquier escenario de los bancos centrales. Además, según León-Sotelo, han de tener también una gestión activa de la cartera, para buscar oportunidades de forma constante. También señala que es importante buscar activos con una alta liquidez, ya que puede haber momentos de falta de contrapartidas. Por último, prefiere vencimientos cortos, lo que hará que una posible subida de tipos no afecte de forma negativa al bono.
Una vez planteados diferentes escenarios y estrategia general, ¿qué opinan las firmas de análisis sobre cada activo de renta fija?
Por geografías y activos
Los expertos de Amundi realizan un análisis de la situación por áreas geográficas y por tipo de emisión. Y sólo están claramente positivos con dos tipologías de activos: la deuda pública estadounidense y el alto rendimiento europeo. Con los títulos soberanos americanos, debido a que prevén que los tipos oficiales deberían estabilizarse o subir sólo marginalmente en la primera mitad de 2019. Por esa razón, creen que el interés del diez años americano se mantendrá en niveles parecidos a los actuales en los próximos meses, pero en el segundo semestre podríamos ver un ligero riesgo a la baja en las rentabilidades, junto a la desaceleración en el crecimiento americano y a la Fed alcanzando su objetivo en términos de tipos.
Respecto a su apuesta por el 'high yield' europeo, los analistas de Amundi argumentan que sus fundamentales deberían mantenerse fuertes y que la relación oferta/demanda debería funcionar como soporte, aunque añaden: «Buscamos un acercamiento táctico a la deuda bancaria y al 'high yield' europeo en general, dependiendo de la evolución de los riesgos políticos».
La firma se mantiene negativa con la deuda high yield americana y con la soberana europea. El argumento contra la primera es que, aunque a corto plazo las previsiones sobre los impagos son benignas, el elevado endeudamiento privado aumenta el potencial impacto de un giro en el ciclo económico, y las valoraciones no son lo suficientemente atractivas a la vista de los crecientes riesgos. En cuanto a su visión negativa de la deuda soberana europea, está matizada por varias razones: la firma considera que el BCE va a mantener su visión cauta sobre los tipos de interés y, en este escenario, aunque espera que los tipos del diez años alemán continúen al alza, lo harán de manera limitada. Asimismo, opina que la prudente visión del Eurobanco va a permitir seguir buscando oportunidades puntuales en tramos entre los dos y los cinco años, que es justo el segmento en el que los diferenciales italianos ofrecen más posibilidades de normalización tras una potencial confrontación con la Unión Europea.
Amundi tiene una visión neutral en los corporativos grado de inversión en Europa y en EE.UU. y en la deuda emergente en general.
Dudas con los corporativos
Si nos fijamos en las contraposiciones alto rendimiento - grado de inversión y Europa - Estados Unidos, Thibaut Cuilliere, de Natixis, comenta que el crédito del Viejo Continente es más atractivo que el americano en todas las categorías de grado de inversión, mientras que en el 'high yield' el segmento que ve más en riesgo es el americano: su diferencial podría ampliarse de 100 puntos básicos, frente a los 50 puntos básicos que podría ampliarse su equivalente europeo. En ambos ve riesgos y potencial deterioro, lo que implica que no cree que las valoraciones sean aún atractivas.
Cuilliere avisa de la correlación del crédito con la bolsa: si las subidas de los tipos por parte de la Fed van acompañadas de una subida del S&P 500 del 5 por ciento, el crédito americano podría absorber el endurecimiento monetario. En el mismo escenario para la Fed (un precio oficial del dinero del 3 por ciento a final de 2019) pero con una caída del 10 por ciento en el S&P 500, el retorno de la renta fija americana sería negativo, y más todavía el del 'high yield' que el del grado de inversión.
Diego Jiménez-Albarracín, de Deutsche Bank, sintetiza su visión más positiva sobre la deuda privada: «El fuerte crecimiento, la baja probabilidad de recesión y la solidez de los balances apoyarían a los bonos investment grade de EE.UU. En Europa, tanto los títulos grado de inversión como high yield serían atractivos, tras las ampliaciones de las primas de riesgo de las últimas semanas».
Los expertos de AXA IM recuerdan que el récord de emisiones de deuda privada con rating BBB es el talón de Aquiles del mercado. «Esta cuestión es particularmente aguda en EE.UU., donde grandes adquisiciones han dejado a algunos corporativos de grado de inversión sobre endeudados y muy dependientes de fuertes beneficios para evitar caer a high yield», afirman.
¿Deuda emergente?
Sobre la deuda emergente, Jiménez-Albarracín señala que la emitida en divisa local ofrece rentabilidades atractivas, pero, por las tensiones comerciales y la subida del dólar, sólo apuestan por la emitida en divisa fuerte. Mark Burgess, de Columbia Threadneedle, afirma que el crédito soberano emergente ofrece una interesante oportunidad en 2019 tras el drástico repunte de los rendimientos, aunque anticipa enormes diferencias entre los países.
Luca Paolini, de Pictet AM, que ve valor en la deuda americana, también lo halla en países en los que el riesgo político o geopolítico está exagerado, como México, Italia y Turquía: «Aunque no somos muy alcistas en esos mercados, es previsible que en algún momento de 2019 proporcionen oportunidad de compra; en el caso de Italia, tras las elecciones europeas».
«Aunque 2018 resultó un año negativo para la renta fija, 2019 deparará unos resultados más atractivos a los inversores que sepan gestionar unos ciclos de política monetaria y de crédito divergentes», concluye Burgess.