La ruina de las salidas a bolsa
Dos de las tres grandes salidas a bolsa cotizan con pérdidas en España. En el resto de Europa, el panorama tampoco es mucho más alentador
En un año que estaba llamado a sentar las bases de la recuperación posterior a la pandemia de coronavirus, las salidas a bolsa fracasaron estrepitosamente en los mercados europeos. Y España no fue una excepción.
De las tres grandes operaciones que hubo en el parqué español, solo Acciona Energía mantuvo el tipo. Pero el pinchazo de Ecoener fue más que notable, mientras que las discretas caídas de Línea Directa revelan que la antigua filial de Bankinter tampoco sedujo a los inversores.
En Europa, el panorama tampoco es muy halagüeño. La mitad de los valores que marcan los mayores descensos en el Eurostoxx 600 salieron a bolsa en los últimos 15 meses.
Gigantes como Auto1, Deliveroo, Allegro o InPost quedaron marcados con pérdidas de hasta el 40 por ciento, incluso cuando el índice rebotó casi el 20 por ciento.
Algunas de las compañías que patinaron en el Viejo Continente estaban ligadas al comercio electrónico o fueron señaladas como valores ganadores tras el confinamiento, pero la vuelta a la normalidad redujo las expectativas de los inversores.
Euforia en el mercado
En cierta forma, “se ha aprovechado una ventana del mercado fuerte para listar compañías, aprovechando la euforia posterior al Covid-19 y los planes de estímulo”, dijo a finanzas.com José Lizán, gestor de Rreto Magnum Sicav.
Solo en la bolsa española, las nuevas incorporaciones movilizaron recursos por valor de 2.902 millones de euros, frente a los 255 millones de 2020, según datos del reciente informe de mercados de BME. Y a mayor cantidad de empresas saltando al parqué, menor calidad.
"Lo que hemos visto es que cuanto mayor es el volumen, menor la calidad, y este año ha reflejado precisamente esa tendencia”, dijo Luc Mouzon, director de investigación de renta variable europea de Amundi.
A juicio de este experto, los inversores pueden terminar "con rendimientos extremadamente negativos" si no son selectivos.
También es verdad que es típico que las compañías recién estrenadas en el parqué tarden un tiempo en entrar en el foco de los inversores. Y en un entorno bajista, este proceso se suele alargar
Por eso, la reciente oleada de aversión al riesgo motivada por el coronavirus y por el giro restrictivo de los bancos centrales no ha ayudado en la recta final del año.
La sombra de las elevadas valoraciones en las salidas a bolsa
Con todo, el verdadero problema es que muchas de estas cotizadas llegaron al mercado con valoraciones excesivamente elevadas.
“Hay algunos sectores en bolsa, aunque no todos, que cotizan a unos múltiplos estratosféricos”, dijo Lizán.
“Las valoraciones están caras, pero no solo en Europa sino también en los Estados Unidos, están muy pasadas porque se están haciendo los cálculos con tipos cero”, añadió Alfonso Escárate, experto en gestión de ‘family office’.
Además de este problema, muchas de las nueva cotizadas descontaban un mundo sin los problemas que arrecian en la recta final del año, especialmente tras el giro restrictivo de los bancos centrales.
"Muchas valoraciones fueron impulsadas por las expectativas de crecimiento futuro, pero algunas empresas han visto caer sus acciones debido a las preocupaciones sobre aumento de la inflación y expectativas de subidas de tipos”, dijo Susannah Streeter, analista de Hargreaves Lansdown.
Los inversores extranjeros miran con lupa la bolsa española
De los tres grandes estrenos que hubo en la bolsa española, dos están en números rojos. En el caso de Ecoener, las caídas superan el 25 por ciento desde el estreno, mientras que Línea Directa se deja algo más del 4 por ciento.
Quien mejor aguanta el tipo es Acciona Energía, que sube un 14 por ciento. En el antiguo MAB, ahora bautizado como BME Growth, hay casos de sonados batacazos, como por ejemplo el club de Fútbol Intercity, que pierde un 10 por ciento en apenas 50 días de cotización.
Cada cotizada afronta su propia realidad, pero la pauta común es que, más allá de nuestras fronteras, los inversores siguen mirando con lupa el parqué nacional.
“Lo que estoy viendo es que la bolsa española no es atractiva para los inversores extranjeros y la prueba es que el Ibex es de los peores índices europeos en lo que llevamos de año”, dijo Escárate.
Los problemas de inestabilidad política en España suelen ser el principal factor que juega en contra de las cotizadas españolas, explican las fuentes consultadas.