Las aerolíneas hacen volar a los gestores 'value'
Caídas de precios, subidas del petróleo, quiebras, intentos de fusión y conflictos laborales son algunos de los desafíos a los que se enfrentan las aerolíneas, un área tradicionalmente vedada para los inversores 'value'. Sin embargo, eso está cambiando...
Warren Buffett, gurú de la gestión 'value', siempre ha tenido aversión por el sector de las aerolíneas: «Tienen costes fijos enormes, sindicatos fuertes y exposición a las materias primas. Por eso, tengo un número 900 al que llamo si me entran ganas de comprar acciones de una aerolínea. Descuelgo a las dos de la mañana y digo: Mi nombre es Warren y soy 'aerohólico'. Entonces, me convencen de que no lo haga», dijo en una entrevista. Y no le falta razón. Este mismo año, las aerolíneas europeas se enfrentan a numerosos retos, según Bloomberg: la caída de los precios, la subida de los costes por el ascenso del petróleo, conflictividad laboral y fusiones y adquisiciones.
Sin embargo, algunos gestores 'value' han expresado recientemente su visión positiva sobre algunas compañías del sector y hasta Buffet ha abandonado su discurso 'hater'. «Somos muy optimistas. Es verdad que el precio del petróleo es una amenaza pero pueden trasladarlo a una subida de los precios de los billetes», explicaba recientemente Julián Pascual, presidente de Buy & Hold, una gestora 'value'. Lo que más le gusta a Pascual del sector es el proceso de concentración que está viviendo tras la quiebra de Alitalia, Air Berlin y Monarch, que está resultando en la consolidación de 5 operadores: Ryanair, IAG, Air France, Lufthansa e Easyjet. De ellas, Pascual tiene Ryanair e IAG en cartera por considerarlas baratas.
Eric Tibi, gestor del fondo Sextant Europe (de la boutique francesa Amiral Gestion), comparte la visión de Pascual: «Ha habido una guerra de precios entre las aerolíneas europeas en 2016 y 2017. ¿Por qué? Porque el petróleo bajó y, cuando esto pasa, suele incrementarse la capacidad del mercado. Porque es más fácil ser rentable con el petróleo barato. Easyjet y Ryanair fueron muy agresivas con los precios para luchar contra esta nueva capacidad y el resultado es que hemos visto bancarrotas. Por eso, ahora tienes menos capacidad en el mercado y menos competencia. A eso se suma que el petróleo está subiendo. Y, cuando sube, las aerolíneas pueden subir los precios», explica.
Sin embargo, a Tibi no le gustan todas las aerolíneas. Prefiere las de bajo coste: «Son más baratas y eficientes que las de bandera como Air France o Alitalia, que quebró. Tienen una fuerte ventaja de costes respecto a sus competidoras. Dan un servicio básico a los clientes, que es que puedes viajar barato. Y es un modelo muy sencillo de entender. Cosa que, como gestores, agradecemos porque preferimos lo sencillo». En concreto, Tibi concentra su apuesta en Easyjet: «Entramos hace 3 años, después del Brexit, cuando cotizaba con un descuento respecto al valor de sus aviones. Pese a lo que ha subido, todavía nos gusta porque se va a convertir en una fuerza dominante de la corta distancia europea. Además, tiene un modelo exitoso, no está cara -con una valoración de 13 veces beneficios-, tiene una buena rentabilidad por dividendo del 4 por ciento y está quitando cuota a los competidores». En cambio, Tibi ve con mayor precaución a Ryanair por los conflictos con los sindicatos: «Van a tener que pagar mejor a su personal. Los costes bajos fueron una ventaja para la irlandesa pero se le ha dado la vuelta. Por el contrario, Easyjet siempre ha sido respetuosa con los sindicatos locales».
Bajo coste
Jaume Puig, de GVC Gaesco Gestión, también prefiere las compañías de bajo coste. «Tenemos Ryanair en cartera desde hace 15 años, hemos tenido Wizz Air desde que salió a cotizar y hemos tenido Norwegian desde septiembre de 2017», informa. Puig explica así los motivos que le han llevado a apostar por estas compañías: «Las líneas aéreas habían tenido un defecto: que el beneficio no iba a los accionistas sino al colectivo de pilotos. Esto lo rompe el colectivo low cost, junto con muchas otras cosas. Son empresas que consiguen ganar dinero en un negocio donde otras no lo conseguían. Por eso, aunque somos 'value', hemos invertido en low cost. Porque vimos un tema de eficiencia operativa que era muy relevante en la industria y porque considerábamos que su cotización era muy inferior a su valor real», relata este gestor quien, no obstante, apunta que, desde el punto de vista de las valoración, las aerolíneas se encuentran en un «momento distinto» al que estaban cuando realizaron su entrada. «Tienen descuentos de valoración, pero se han estrechado», dice. Aun así, le siguen gustando.
Sin embargo, otros analistas ven el sector con más precaución: «Pensamos que la prudencia debe prevalecer en este sector en el corto y medio plazo. La razón de ello es un doble escenario de incertidumbre actual: en primer lugar, la fuerte escalada de los precios del petróleo a niveles de 80 dólares por barril. A pesar de que la mayoría de las aerolíneas europeas tienen un nivel de cobertura de entre el 60 y el 70 por ciento, tarde o temprano se verán impactadas negativamente en sus márgenes por ello. En segundo lugar, las huelgas de control aéreo durante el año, en especial en Francia y últimamente en Italia, provocan innumerables retrasos y cancelaciones que inciden negativamente en los clientes», opina Rafael Cavanillas, de Ahorro Corporación.
Victoria Torre, de Self Bank, también cree que el precio del petróleo va a ser un problema, por mucho que algunos gestores le resten importancia: «A pesar de tener diferentes seguros y trabajar con derivados para asegurarse un determinado precio del crudo a futuro, se ven perjudicadas irremediablemente por el aumento del precio del que es su mayor coste fijo. En este sentido, las compañías más débiles son las peor paradas, ya que se les torna más difícil trasladar dicho coste al cliente final». Por eso, en su caso prefiere IAG al resto: «Si tuviéramos que elegir una compañía del sector de las aerolíneas, sería IAG, ya que está en posición de mantener sus márgenes, de los más elevados del sector y, a diferencia de sus homólogas europeas, sus estimaciones no se han visto rebajadas. Esto tendría que ver con que la aerolínea tiene la mayor parte del precio del combustible fijado para lo que queda del año, además de tener unas previsiones sobre el mismo bastante realistas. También lo podemos ver en los últimos resultados, donde el grupo elevó en un 75 por ciento el resultado operativo en los tres primeros meses del año».
Otro fenómeno que se ha acelerado precisamente por la subida de los precios del petróleo son los rumores sobre movimientos de consolidación, donde Norwegian ocupa uno de los papeles centrales (cortejada por IAG y Ryanair). Sin embargo, no existe consenso entre los gestores y analistas sobre esta compañía que se ha calentado cerca de un 40 por ciento en lo que va de año. Puig cree es un intento prometedor de construir una compañía low cost de larga distancia (aunque reconoce que ha deshecho parte de la posición para recoger beneficios tras la fuerte subida), mientras que Pascual cree que va a quebrar, pues tiene un «unit cost» más alto que IAG, lo que imposibilita poder poner en pie ese modelo. Torre también pone el acento sobre la fragilidad de la compañía noruega y, precisamente por eso, cree que finalmente será opada.
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