Las Bolsas heredan en septiembre los riesgos que en agosto les hicieron caer
La tensión entre Corea del Norte y Estados Unidos, el euro y el posible cierre de la Administración americana son algunos de los peligros. Los expertos creen que se ha de mantener la prudencia, pero señalan que la economía sigue fuerte y que las Bolsas ya han caído.
Agosto ha sido un mes tranquilo, aunque no ha estado exento de volatilidad, como apunta Rosa Duce, de Deutsche Bank, derivada de factores geopolíticos: «Las tensiones con Corea del Norte, los efectos del huracán Harvey, los problemas de Trump a nivel doméstico (techo de deuda, reforma fiscal...) y la subida del euro han penalizado a las Bolsas», enumera Duce. Si bien el mes no ha sido tan negativo (el Ibex-35 lo ha despedido con una caída del 1,9%, pero en otros índices los descensos han sido testimoniales y ha habido algunos que han subido), el selectivo español acumula una corrección del 7,5% desde los máximos que marcara a principios del mes de mayo por encima de los 11.100 puntos.
No estrictamente en agosto, pero «en verano hemos visto un goteo a la baja que ha dejado a muchos índices en niveles de soporte y con unas ganancias anuales modestísimas», señala Jesús de Blas, de Bankoa Crédit Agricole. Y aporta una causa más para explicar el repliegue: la caída de los valores beneficiados por un entorno de mayor inflación y mayores tipos de interés, expectativa que se ha visto frustrada, así como por la corrección de algunos de los valores directores del índice.
Muchos de los factores que han aflorado y pesado en los mercados en agosto van a extender su influencia durante todo el mes de septiembre y más adelante. El más incontrolable es el geopolítico, si finalmente hay enfrentamiento más allá de las declaraciones de Donald Trump y de las pruebas militares de Corea del Norte.
Los bancos centrales
Pero hay otros eventos con cita de día y hora. Si para Europa una de las claves ha estado en el euro, cuya apreciación se aceleró el 25 de agosto a partir de los discursos del presidente del BCE, Mario Draghi, y de la presidenta de la Reserva Federal, Janet Yellen, porque el primero no mostró su temor a un euro fuerte y la segunda no advirtió de subidas de tipos, este mes, el día 7 y el día 20, celebran sus reuniones ordinarias de política monetaria el BCE y la Fed y puede haber declaraciones y decisiones que muevan al euro y a las Bolsas.
Para Natalia Aguirre, de Renta 4, los bancos centrales determinarán lo que hagan los mercados, porque serán los que muevan al euro. Ángel Olea, de Abante, señala que sobre todo el BCE, que podría comentar ya este jueves cómo va a ir reduciendo las compras de activos, para liquidar el programa en diciembre. Duce apuesta porque siga con las compras durante buena parte del año 2018, aunque con un volumen cada vez menor. Parece que sí que es de esperar que el BCE retrase o modere el ritmo de normalización monetaria: aunque Draghi no lo hiciera en Jackson Hole, en las actas de la última reunión del Eurobanco se puso de manifiesto el riesgo que supone un euro fuerte. Según Olea, la corrección de las Bolsas obedece a la puesta en precio de la posible merma en beneficios que puede llevar consigo. Así, Felipe López, de Self Bank, apunta que no hay que descartar que Draghi trate de frenar la escalada del euro, ya que su apreciación es un factor que impide que suba la inflación.
No hay que restar importancia a la Fed que, según Duce, podría anunciar el día 20 la reducción del balance, que comenzaría a aplicarse en diciembre. Ese mes debería acometerse una nueva subida de los tipos, aunque la probabilidad que el mercado le asigna a que se produzca es de sólo un 25%.
Olea comenta que más que el nivel en el que se coloque el euro tras estas citas, lo que provoca caídas en la Bolsa son los movimientos bruscos en el tipo de cambio. Pero Aguirre sí que cree que es necesario que se frene la apreciación del euro, para lo que se requeriría que los datos americanos fueran buenos y los inversores empiecen a descontar subidas en los tipos en EE.UU.
El techo de deuda en EE.UU.
Según López, en los movimientos del euro puede tener más importancia la política que los bancos centrales y, así, apunta que mientras Trump siga sin conseguir sacar adelante sus reformas y acaparando titulares por su mala gestión, el dólar se mantendrá bajo. Aguirre señala que un punto de atención estará en la negociación de los presupuestos de 2018, para ver si es posible que se saque adelante la reforma fiscal. Y, además, EE.UU. se enfrenta a la negociación de la ampliación del techo de deuda. Ésta puede verse dificultada porque Trump ha dicho que está dispuesto a enfrentarse a un cierre de la Administración (el efecto del desacuerdo para elevar el límite de deuda) si no logra la aprobación de una partida para el muro en la frontera entre EE.UU. y México. En teoría, el límite de deuda se alcanza el 29 de septiembre, aunque el Estado tendría capacidad de realizar pagos hasta mediados de octubre, lo que da mayor margen de negociación. Pero los gastos asociados al huracán Harvey pueden reducir ese periodo de gracia.
S&P ha advertido de consecuencias para la economía americana del cierre de la Administración parecidas a las de la caída de Lehman. Aunque la firma cree probable un acuerdo. Aguirre, también. Olea no se muestra preocupado, aunque cree que puede generar algo de ruido en el mercado mientras duran las negociaciones y que ello puede volver a dar alas al euro. En cuanto al impacto en el mercado de un cierre de la administración, los dos últimos ejemplos, el de 2011 y el de 2013, son dispares: el primero, cuando se evitó el cierre con un acuerdo precario, sí generó una caída del S&P 500 del 20%, pero en 2013 tuvo unas consecuencias menores.
Cataluña
La política doméstica también se enfrenta a un reto importante: Cataluña y su consulta con aspiraciones de referéndum de independencia del 1 de octubre. Olea señala la posibilidad de que el peor comportamiento relativo del Ibex-35 respecto al resto de Europa puede obedecer en parte al reto independentista, como también la ligera ampliación de la prima de riesgo. Y añade: «No descarto que siga afectando hasta que no se vea claramente lo que va a ocurrir». López coincide: «En las próximas semanas el Ibex y la prima española podrían verse afectados a medida que se acerque la fecha del referéndum ilegal de Cataluña, algo que por el momento los mercados han pasado por alto. Un deterioro de la imagen de España podría a su vez traducirse en una retirada de inversores extranjeros, tanto en Bolsa como en deuda». Natalia Aguirre avisa de volatilidad hasta el referéndum, pero también afirma: «La independencia no está en el mercado». Para Duce, «los factores políticos pueden pesar a corto plazo sobre el selectivo, pero la confianza de los inversores internacionales se mantiene, pues nos siguen viendo como un país de alto crecimiento y comprometido con las reformas».
¿Qué hacer?
En este entorno tan complicado, con tantos elementos a vigilar en el corto plazo, Eugeni Siscar, de BNP Paribas Personal Investors, comenta que se podrían ver pequeñas caídas adicionales, hasta los 9.900-10.000 puntos del Ibex-35. Señala que ésos serían niveles para tomar posiciones, sobre todo para los inversores que se perdieron la última subida desde el 'Brexit'. Aguirre remata: «En los 10.000 habrá inversores comprando. Tras una caída de un 10% hay oportunidades». Bien es verdad que, de acuerdo con López, el Ibex-35 cerrará el año más cerca de los 10.000 que de los 11.000 puntos.
De Blas está de acuerdo en que a estos niveles se puede optar por tomar alguna posición, por realizar una entrada parcial, manteniendo liquidez también. Si Siscar apunta, en el caso del Ibex-35, algún valor que le parece atractivo, como Indra, ACS, Sabadell, Aena, Azkoyen o Applus, y López señala Telefónica, Ferrovial, Repsol o Merlin Properties, De Blas ahora está apostando más por índices, y temporalmente, hasta que se resuelva la cuestión catalana, algo más por el Eurostoxx 50 que por el Ibex-35.
Rosa Duce, por su parte, comenta que en el contexto actual, su recomendación sería mantener una posición prudente en renta variable, especialmente en EE.UU., donde las valoraciones son además exigentes, aunque reconoce que en sus mercados favoritos, el europeo y la Asia emergente, pueden aparecer oportunidades de compra a lo largo de septiembre. Para Natalia Aguirre, ninguno de los riesgos apuntados es muy grave, sobre todo teniendo en cuenta que la economía sigue fuerte y que los índices europeos ya han recortado, aunque advierte que hay que seguir muy de cerca el día a día, para acertar con el momento de entrar en el mercado.