Lemonpay: Una aplicación para realizar pagos en la economía social

Esta app bloquea el dinero de la compra hasta que el cliente recibe el producto y verifica que es acorde a lo pactado. Entonces, ingresa la cuantía al vendedor.

U no de los fenómenos que se ha puesto de moda con la economía colaborativa es la venta de productos usados; de todo aquello que no se necesita. A esto ha contribuido el gran éxito de start ups como Wallapop y su pegadizo lema publicitario «si no te gusta, súbelo». Al calor de este fenómeno que ha tenido su caldo de cultivo en Barcelona, ha surgido Lemonpay, una aplicación móvil que pretende intermediar en este tipo de operaciones entre particulares cuando no hay confianza entre ellos. La idea es evitar la pescadilla que se muerde la cola cuando el vendedor no manda el producto antes de recibir el dinero (porque no conoce al comprador) y el comprador no quiere enviar el efectivo hasta recibir el encargo (porque no sabe si será acorde a lo anunciado). Entonces interviene Lemonpay, que bloquea el dinero hasta que el comprador recibe el producto y decide que se lo queda. Además, Lemonpay también realiza los envíos (gracias a un contrato de colaboración con Seur) y ofrece un seguro adicional para cubrir la garantía de los productos adquiridos. Por ejemplo, el comprador de un iPhone de segunda mano puede adquirir un seguro que le cubra una serie de días en caso de que el producto se averíe. También existe la posibilidad de financiar la compra para pagarla a plazos.

Ricard Forn, fundador y consejero delegado de la compañía, explica el modelo de negocio: «Nosotros cobramos el dos por ciento sobre el importe de la venta. Y, luego, el comprador paga aparte el envío y si contrata el seguro o la financiación al consumo».

Poca competencia

Forn explica que Lemonpay es pionero como plataforma que ofrece productos financieros relacionados con la compra-venta de productos de segunda mano. «Hasta el momento, no hay nada igual, tenemos relativamente poca competencia», asevera. El motivo de que no haya proyectos internacionales similares está relacionado, a su juicio, con el hecho de que «Wallapop y Letgo tengan su sede en Barcelona y sean los que están adoctrinando al público en comprar cosas de segunda mano. Antes, nadie entraba en el Cash Converters pero ahora usar Wallapop está de moda. Además de que hay más concienciación en reciclar», dice.

Mas allá de los particulares, Lemonpay también ha llegado a acuerdos con plataformas como Vibbo para que toda la transacción se haga con Lemonpay.

Un proyecto rentable

Lemonpay salió al mercado hace un año aproximadamente y ya ha supuesto unos ingresos de medio millón de euros, lo que ha hecho que «Lemonpay ya gane dinero, ya viva de sus clientes», según explica Forn. Sin embargo, hay otras líneas de Social Pay (la empresa matriz de Lemonpay) que todavía están en números rojos.

Social Pay, la matriz. Social Pay ha recibido una financiación de millón y medio, en total. Para lograr esa cuantía ha realizado tres rondas de financiación: la primera, de amigos y familiares; la segunda, con algún fondo pequeño de capital riesgo y algún business angel; y la tercera, que ha supuesto la entrada de CaixaBank a través de Comercia Global Payments, la empresa conjunta que tiene con la multinacional estadounidense Global Payments, que ha adquirido un 20 por ciento del capital.

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Internacionalización. Lemonpay ya ha salido a algunos países extranjeros. «Con Lemonpay estamos arrancando en algunos países de Latinoamérica y estamos mirando algún país europeo», dice Forn.

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