"Lo relevante es tener un método trabajado que te impida actuar de forma irracional"
En el mundo del trading, los inversores buscan activos muy volátiles, cuanto más mejor, pero a Jorge Labarta lo que[…]
En el mundo del trading, los inversores buscan activos muy volátiles, cuanto más mejor, pero a Jorge Labarta lo que le interesa es otra cosa, disponer de un método probado que genere hábitos correctos y permita operar con garantías. Y este método lo plasmó en una serie de apuntes, que en principio nacieron como algo personal pero se han acabado convirtiendo en el libro 'Así me hice trader', del que sale ahora su segunda edición. Labarta lo tiene muy claro: «Un método muy trabajado me permite no actuar de forma impulsiva e irracional».
¿Se acaba de publicar la segunda edición de tu libro. ¿A qué se debe esta buena acogida?
Lo cierto es que no lo sé. Comencé a elaborarme un manual, que era sólo para mí, que recogiese todos los procesos, entrenamientos, métodos, pruebas y errores que yo había llevado a cabo a lo largo de mi experiencia en los mercados financieros, tratando de poner en valor qué cosas me habían aportado y cuáles no. Mi objetivo era plasmar todo lo que me había ayudado a lograr una situación de estabilidad en mi operativa y a comprobar que era posible ganarle al mercado. En algún momento me recuerdo pensando que podía tener carácter literario y se me ocurrió hacérselo llegar a varias editoriales.
Dice Carlos Doblado en el prólogo que lo relevante del libro es cómo aprendiste a operar y a ganar dinero de forma recurrente. ¿Cómo llegaste a este proceso?
Es curioso pero ocurre con todas las habilidades conocidas: con entrenamiento, práctica y reflexión llega un día, casi sin darte cuenta, en que te notas desarrollando mucho mejor la actividad de lo que la solías realizar en semanas o meses previos. Sin ser muy consciente de ello, llegué a una situación en la que el global de mis cuentas dedicadas a los mercados crecían en su conjunto. Había periodos muy duros en los que se estancaban o que iban menguando lentamente, pero siempre llegaban buenas operaciones que aumentaban el global por encima del anterior. E incluso cuando atravesaba malas rachas, no se trataban de rachas en las que perdías la cuenta entera o te quedabas enganchado en valores en pérdidas, como les ocurre a la mayor parte de los que operan en bolsa.
Empezaste con 3.000 euros, en tres meses tenías 7.600, aunque en los diez meses siguientes lo perdiste todo. ¿Cómo fue y qué lecciones aprendiste?
Han pasado unos 6 años de aquello. Era muy impulsivo. No quiero pecar de falsa modestia, pero me consideraba un buen analista de tendencias. El problema que tenía es que era muy mal operador. Es posible que analices y aciertes las tendencias, como solía ocurrirme, pero el hecho de tener poca experiencia, no tener un método claro, ser inseguro, o no haber entrenado la mente para adaptarla al mercado, provocaba que o me saliese demasiado pronto de un activo, perdiendo la mayor parte del recorrido, o entrase demasiado pronto y me saltase el stop. Mi operativa era muy endeble.
¿Desde entonces, en qué ha cambiado tu forma de operar?
No se parece en nada. Ahora tengo un método de trabajo muy concreto. Todos los fines de semana (sin excepción) ocupo unas 5 horas en definir los activos que quizás opere, los niveles de entrada y salida, los riesgos latentes de mi cartera, sus correlaciones, aplico un mismo método de entrada y salida al mercado, tengo unos ratios mínimos de exigencia de rentabilidad a las operaciones, un historial pormenorizado, y especialmente, y esto es lo más relevante, un método muy trabajado que me permite pensar de la forma correcta para no pensar, sentir ni actuar de forma impulsiva e irracional.
¿Cuánto dinero hace falta para vivir del trading?
Esa pregunta debe ser la más buscada en este mundo de los mercados. Quise incluir una parte de un capítulo a esta cuestión. Mi respuesta es que no lo sé. Para poder responder con franqueza, una persona debería saber cuáles van a ser sus rendimientos en los próximos años. El mercado financiero no ofrece rentas estables ni equiparables. 'He oído' que hay personas que hacen intradía y que son capaces de ganarse la vida con poco dinero. Curiosamente la mayor parte de ellos gana tanto dinero dando cursos que no sería necesario ni que operasen en bolsa para vivir. Mi operativa, sin embargo, busca movimientos cuyo timing oscila entre las 3 semanas hasta los 3-4 meses aproximadamente, ya que mi trabajo no me permite operar en intradía. Y aunque pudiese tampoco lo haría, ya que en el intradía hay mucha aleatoriedad. Es lo que llaman ruido de mercado.
¿Hasta qué punto es importante la psicología?
La mayor parte de lo que te he contado no tiene que ver con indicadores secretos, fórmulas para entrar o salir, etc. De lo que estoy hablando es de tener pensamientos y comportamientos acordes a lo que exige el mercado financiero, y de cómo entrenar y lograr esto. Y también de gestionar el riesgo para que afecte lo menos posible a las emociones. Una parte del libro que después he desarrollado en artículos posteriores habla de los tres cerebros del ser humano, o dicho de otro modo, de las tres partes de las que este se divide. El denominado cerebro reptiliano (la parte más primitiva y animal, heredada de forma ancestral) es la parte que todas las personas tenemos y que nos hace ser reactivos e impulsivos. Esta parte del cerebro nos hace actuar instintivamente, sin que la parte racional de nuestro cerebro llegue a intervenir. Forma parte de nosotros por mucho que durante millones de años también hayamos desarrollado otras dos partes adicionales como mamíferos y como seres racionales. En ocasiones las personas queremos hablar únicamente de números, olvidando que también contamos con una parte animal. El mercado bursátil es habilidoso para activar ese cerebro primitivo nuestro, y el problema es que no nos entrenarnos para superar ese pensamiento miedoso/avaricioso. Es la losa de cualquier inversor o trader.
Hablas en el libro de fijarte un 'stop loss' automático que te proteja de ti mismo. ¿Hasta qué punto es importante esta máxima?
Toda orden que lanzo al mercado lleva aparejado también el stop de pérdidas. Pienso que quien no es capaz de decidir cuánto está dispuesto a perder en un negocio si sale mal es porque no ha asumido que efectivamente puede salir mal. Y lo peor de todo esto es que cuando alguna de sus operaciones sea fallida no sabrá cuando hay que cerrarla y asumir la pérdida para que esta no sea abultada. Muchas personas tienen la idea equivocada de que quien gana en bolsa es aquel que acierta muchas veces. Sin embargo, como un famoso inversor decía, "lo importante es cuánto ganas cuando ganas y cuánto pierdes cuando pierdes". En aquellas operaciones que me salen mal, que por supuesto son muchas, se previamente el dinero que voy a perder. La cuestión es que en aquellas que me salen bien gano entre 5 y 8 veces el dinero que pierdo con las que fallo. Con este ratio no son necesarios muchos aciertos para ganar en global.
¿Cuál es tu rutina diaria?
Mi operativa no requiere dedicar tiempo ni esfuerzo diario relevante. El fin de semana analizo y reflexiono mejor porque el mercado está cerrado. Los fines de semana dejo casi todo el trabajo hecho para que entre semana sólo tenga que poner una, dos, tres o ninguna orden, según se den las condiciones de mercado. La rutina da estabilidad, y la estabilidad de quien opera logra que el mercado no le desestabilice. O al menos que lo haga lo menos posible.
¿Qué libros recomendarías leer a un trader que empieza en los mercados?
Mi libro, desde luego (risas). Además existe un capítulo que habla de recursos varios para la práctica y el aprendizaje. Ahí comento los libros que a mí más me han aportado. Deja que no responda a esta pregunta para que la gente adquiera el libro.
Jorge Labarta: Licenciado en Administración de Empresas por la Universidad de Zaragoza, tiene el certificado CEFA y es miembro del Instituto Español de Analistas Técnicos Bursátiles. Ha desarrollado buena parte de su carrera profesional vinculado a la banca de empresas y es autor del libro 'Así me hice trader', del que se acaba de publicar la segunda edición.