Los hitos políticos que marcarán la evolución de los mercados en 2019
Algunos conflictos geopolíticos, como el Brexit o la guerra comercial, se heredan de 2018, pero habrá nuevos retos, como las elecciones europeas o el relevo de Mario Draghi
Algunos de los hitos políticos que nos esperan el próximo año son herencia de 2018. En primer lugar, el Brexit. David Page, economista de AXA IM, comenta que la confusión política probablemente persistirá durante la primera parte del nuevo ejercicio. De hecho, constata que en las últimas semanas la incertidumbre se ha incrementado, después de que la primera ministra, Theresa May, decidiera retrasar (en principio hasta la semana del 14 de enero) la votación en el Parlamento británico del acuerdo alcanzado entre su Gobierno y la Unión porque todo apuntaba que no iba a lograr el respaldo suficiente. A continuación, May tuvo que superar una cuestión de confianza que le planteó su propio partido y que ganó con 200 votos a favor y 117 en su contra, lo que le da cierto aire para resistir los próximos meses, puesto que la reprobación planteada por los laboristas no sirve ni para destituirla a ella, ni a su Gobierno ni para convocar elecciones. Si Theresa May quiere este tiempo extra para lograr mayores concesiones de la Unión Europea, parece que lo tiene difícil: Bruselas se ha cerrado en banda. Si busca conseguir más apoyos dentro de sus fronteras, de acuerdo con Page, podría lograrlo, aunque seguramente no con el margen suficiente como para sacar adelante el acuerdo en el Parlamento.
El Tribunal de Justicia europeo ha determinado también en los últimos días que el Reino Unido puede revocar de una manera unilateral el Brexit. Y esta revocación podría ser posible incluso después del 29 de marzo si finalmente se prolonga el periodo de negociación de la salida (esto último tendría que ser aprobado por todos los países miembros de la UE). Que queden estas puertas abiertas, de acuerdo con David Page, reduce la probabilidad de un Brexit caótico el próximo marzo, pero también, en su opinión, rebaja las opciones de que May saque adelante el plan de salida que ha negociado con Bruselas.
Para los expertos de la gestora alemana DWS, ahora mismo May no estaría planteándose ni revocar el Brexit ni extender el periodo de negociaciones. En opinión de DWS, "en las próximas semanas, es probable que la prioridad de May sea buscar cualquier otra concesión que pueda obtener de los socios europeos. Si eso resulta insuficiente para recuperar el apoyo dentro de su propio partido, como ahora parece probable, se pondrá en contacto con la oposición. Se discutirán varios acuerdos alternativos, basados en los que la UE ya tiene con otros países, como Canadá, Suiza y Noruega. También se discutirá la posibilidad de un segundo referéndum. Sin embargo, es probable que ninguna de estas posibles soluciones alternativas esté disponible para el 29 de marzo. Los acuerdos comerciales son asuntos complicados y tienden a requerir largas negociaciones, incluso si se utiliza un marco existente, similar al de Noruega. Los referendos también requieren alguna preparación. Y mientras tanto, los mercados pueden tener pocas razones para entrar en pánico, pero tampoco habría razón para dejar de preocuparse por el Brexit". La cuestión, por tanto, seguirá coleando.
Final de tregua en la guerra comercial o resolución del conflicto
Y, por supuesto, también la guerra comercial. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo chino, Xi Jinping, en la reunión del G-20 que se celebró el primer fin de semana de diciembre en Buenos Aires, decidieron una tregua de noventa días para negociar. Este periodo acabaría, por tanto, a principios del mes de marzo. Por lo que por esas fechas podría volver a haber turbulencias en las bolsas, si es que no hubiera avances en las negociaciones bilaterales o si el mercado no los considerara suficientes. O puede suceder todo lo contrario: una solución aceptable y mejora del tono en las finanzas.
Por el momento, el mundo se encuentra con las tres cuestiones que destaca Fabrizio Pagani, de Muzinich & Co.: Estados Unidos no sube los aranceles del 10% al 25% sobre 200.000 millones de dólares en importaciones chinas; China, por su parte, incrementa las importaciones americanas; y las autoridades del gigante asiático reconsideran la fusión de Qualcomm y NXP que habían bloqueado.
Pagani añade: "En estos noventa días, creemos que Estados Unidos y China se sentarán para hacer progresos y posiblemente para alcanzar un acuerdo comercial más completo, que debería incluir propiedad intelectual y ciberseguridad". Pagani también señala: "En términos de mercado, desde nuestro punto de vista, ésta es una buena noticia, dada la presión que unos aranceles más altos habrían imprimido sobre la economía mundial. Es sólo un paso intermedio. Muchos ven esta disputa como parte de una rivalidad secular entre las dos economías más grandes que es probable que se quede con nosotros en las próximas décadas, y en la que el comercio sólo es la parte más visible".
Pero estos tres meses de teórica tregua no estarán exentos de turbulencias, como ya hemos tenido oportunidad de comprobar: los inversores temieron que la detención de alta ejecutiva de Huawei pudiera abortar el alto el fuego y las conversaciones. Así, Ronald Temple, responsable de renta variable estadounidense de Lazard Asset Management, comenta: "Los inversores deben tener claro que las negociaciones acordadas no garantizan la resolución de la disputa". Y advirtió tras el rally que se marcaron las acciones inmediatamente después del G-20: "Los inversores deben ser cautelosos y proteger sus posiciones con activos que permitan capear un posible cese del pacto de tregua entre Estados Unidos y China".
Los expertos de Amundi AM consideran que una consecuencia positiva de la tregua de noventa días es que China puede ganar tiempo para pulir la aplicación de medidas para hacer frente a la ralentización económica y para impulsar más reformas y medidas de apertura de la economía. Además, consideran probable que esta tregua pueda prorrogarse una o dos veces, es decir, ya entrado 2019, si es que las negociaciones van fructificando. Asimismo, anticipan que si no hay acuerdo al final del periodo propuesto, los aranceles americanos subirán hasta el 25%. ¿Cómo se lo tomaría el mercado? Seguramente no demasiado bien.
Los analistas de esta última firma añaden, ampliando el foco temporal que, a medio plazo, persisten incertidumbres y riesgos: "La mezcla de disputas agrícolas, energéticas e industriales que aún existen es muy importante para el electorado de Trump y existe el riesgo de que la retórica de la guerra comercial resurja durante la próxima campaña presidencial en Estados Unidos, manteniendo alta la volatilidad en el mercado".
Las elecciones europeas de mayo
Si las elecciones europeas no han despertado un gran interés en el pasado, muchos participantes del mercado parece que sí van a prestar mucha atención a las que se celebrarán en mayo, debido al temor que suscita el significativo crecimiento de las fuerzas euroescépticas. Pero desde ING, su economista jefe en Alemania, Carsten Brzeski, no muestra tal preocupación: "A pesar del aumento de los partidos populistas y euroescépticos en las elecciones nacionales, hay varias razones para esperar que no haya cambios significativos en su resultado en el Parlamento europeo en comparación con las elecciones de 2014 (cuando recibieron aproximadamente el 20% de los escaños)". Y señala, por un lado, que el Brexit supondrá un recorte en la proporción de la cámara que ocupan los euroescépticos, puesto que más del 50% de los 73 eurodiputados británicos se sientan en grupos políticos euroescépticos. Como no todos los escaños británicos desaparecerán (sólo lo harán 46 de 73) y ninguna otra elección nacional verá un comportamiento relativo similar de un partido euroescéptico, el Brexit le pone un tope a los partidos críticos con la Unión Europea.
Por otro lado, Brzeski explica que las elecciones europeas de 2014 ya fueron el indicador adelantado del progreso que podrían registrar estos partidos en las elecciones nacionales. Y señala, por ejemplo, los casos del Frente Nacional francés y del PVV holandés. En su opinión, dada la marcha de las encuestas, sólo deberían esperarse avances en los partidos que no lo hicieron bien en 2014 pero que después sí lograron mejoras en sus resultados y cita como ejemplos el alemán AfD, la Lega italiana o la FPO austriaca.
Brzeski también señala que su capacidad de impacto después de las elecciones dependerá de si estas fuerzas son capaces, o no, de trabajar como un grupo único. E intentos previos no han tenido mucho éxito.
Por todo ello, remata: "En nuestra opinión, los resultados de las elecciones europeas del próximo año podrían resultar en un shock menor del que muchos temen. La erosión del centro político, con los conservadores y los socialdemócratas perdiendo su mayoría absoluta por primera vez desde 1979, continuaría las tendencias nacionales recientes, pero podría ser compensado en gran medida por la mejora de los resultados de liberales y verdes". "Como conclusión, el centro político podría estar más fragmentado que en el pasado, pero el sentimiento general en el Parlamento europeo debería mantenerse pro-UE", finaliza.
Aunque Ann-Katrine Petersen, de Allianz Global Investors, enumera algunos problemas o incertidumbres que persistirán en la Unión Europea: España, el Gobierno en minoría de Sánchez y la cuestión catalana aún abierta; la posibilidad de ruptura de la Gran Coalición alemana; el creciente conflicto entre los países del Grupo de Visegrado, con gobiernos nacionalistas y euroescépticos, con Bruselas... A lo que hay que sumar los problemas internos de Francia que se manifiestan en una rápida pérdida de popularidad de Emmanuel Macron, lo que tiene su reflejo en el ámbito europeo, donde ha perdido su punch reformista.
En relación con la política europea no hay que olvidar que a mediados de año se nominará al nuevo presidente del Banco Central Europeo, porque Mario Draghi acaba su mandato en otoño. El mercado se puede poner nervioso ante la posibilidad de un dirigente más ortodoxo de lo que lo ha sido Draghi.