Los mercados ya han puesto en precio que el BCE será contundente esta vez

Los expertos están más seguros de que el Ibex-35 subirá hasta el día de la reunión que de lo que puede hacer la Bolsa después de ésta

Este jueves ya es 10 de marzo. La fecha está marcada en el calendario de todos los inversores porque el Banco Central Europeo celebra una reunión ordinaria de política monetaria sobre la que hay grandes expectativas, sobre todo después de la gran decepción que propinó al mercado en diciembre al sólo reducir el tipo de depósito y extender en el tiempo las compras de activos, pero no su volumen. El presidente del Eurobanco, Mario Draghi, prometió que habría más munición en marzo y aquí estamos ya. La publicación de muy malos datos de inflación en la zona euro en su conjunto y de algunos países en particular, como España, ha avivado las ya engordadas expectativas en cuanto a la batería de herramientas que podría usar el BCE para animar la recuperación europea. «Draghi va a tener en cuenta tanto la decepción de diciembre como la inflación, que ha sufrido un giro a la baja», argumenta Daniel Pingarrón, de IG, para esperar una actuación contundente. La ilusión que genera la cita en Fráncfort ha hecho posible que el Ibex-35 haya subido desde los 8.000 hasta superar los 8.800 puntos en siete días apenas. 

Pero, ¿qué espera el mercado que haga Mario Draghi el próximo jueves? Estefanía Ponte, de BNP Paribas Personal Investors, comenta que prevé un recorte del tipo de depósito, además de un incremento de la gama de activos a comprar y una elevación del volumen de dinero a invertir hasta los 70.000 millones de euros desde los 60.000 actuales. Incluso, como añade Pingarrón, podría valorar otra prolongación de la vida del programa de compras. Esas son, básicamente, las medidas que esperan los analistas, aunque difieran respecto a su valoración. Así, si Javier Casal, de Ahorro Corporación, dice que lo que mejor vendría al mercado sería que el BCE comprara deuda corporativa, ya que sería lo que más ayudaría a los bancos, puesto que mantenerla en cartera les consume capital, Félix López, de Atl Capital, afirma que ello no serviría de nada, dado que ya sus tipos de interés se encuentran en unos niveles muy bajos. Pablo González, de Ábaco Capital, por su parte, creería apropiada una subida del tipo de depósito, porque a las entidades financieras les viene muy mal. Precisamente, respecto a esto último, Estefanía Ponte comenta que quizás el BCE pudiera establecer, como en Japón, diferentes tipos de depósito en función de los ratios de liquidez de que disponga cada entidad financiera.

La batería de instrumentos está clara. Aunque la mayoría de expertos coincide en que esta vez Draghi se cuidará de decepcionar al mercado e inyectar una volatilidad que en las últimas sesiones parece curada, podría ocurrir que el BCE no ponga en marcha todas las medidas que de él se esperan a la vez. Sí cabe la posibilidad de que el mercado se termine sintiendo defraudado. Javier Casal, que no obvia que el Bundesbank sigue advirtiendo de los riesgos de las políticas expansivas, comenta que Draghi podría repartir entre marzo y junio el anuncio de la nueva munición anti-crisis. Y Ángel Pérez, de Renta 4, añade que espera que el BCE se guarde alguna medida en la recámara. Sería incluso prudente que lo hiciera.

¿Cómo reaccionará la Bolsa?

Pero, ¿qué puede ocurrir en los mercados? Luis Lorenzo, de Dif Broker, explica que, con sus recientes subidas, lo que está descontando es la intervención del BCE. Por eso dice que los inversores podrían estar comprando con el rumor para después vender con la noticia. Si las subidas siguen de aquí al miércoles o al jueves y si el Ibex se aproxima a los 9.000 o 9.200 puntos, Lorenzo aconsejaría vender. «Hay que ser cautos porque el Ibex-35 ya ha subido mil puntos desde mínimos», justifica. Pero añade que una caída hasta los 8.500 antes de la reunión sería una compra segura. Pero, en definitiva, él, si sigue subiendo hasta el jueves, ese día sería más vendedor que comprador, a no ser que el BCE supere las expectativas del mercado. Si las cumple, las Bolsas podrían caer. De la misma opinión es Pérez: dice que en los 8.900 o 9.000 el Ibex-35 podría darse la vuelta, porque las expectativas son elevadas y Draghi podría no satisfacerlas, además, algunas de las medidas que podría adoptar perjudican a la banca. 

Algo más positivo se muestra Félix López, de Atl Capital: «Se puede consolidar la recuperación en el mercado», afirma. Carles Planas de Farnés, de Ginvest, confía en que el BCE debería devolver una cierta tranquilidad al mercado, aunque advierte de que a corto plazo, sigue habiendo muchas incógnitas sobre la mesa. En ello insiste Ponte: en su opinión Draghi puede apuntalar la recuperación bursátil, pero aclara que ello no significa que las subidas bursátiles vayan a continuar sin interrupción, porque la situación económica de EE.UU. y China sigue sin estar clara. La reacción del mercado también dependerá, dice José Luis Martínez, de Citi, de cómo comunique Draghi su decisión. Además, como recuerda Ponte, sólo una semana después de la reunión del BCE tendrá lugar la de la Reserva Federal, que podría continuar avanzando subidas de tipos de interés este año, lo que puede cotizar a la baja. Ponte no cree difícil que el indicador llegue a los 9.000 puntos para, a partir de ahí escalar hasta los 10.400 puntos como objetivo de final de año, un nivel menos ambicioso que el planteado para este 2016 (11.000 puntos). En todo caso, de acuerdo con Planas de Farnés, el suelo de los mercados ya lo habríamos visto y con un buen papel de Draghi este jueves, ese suelo podría ser aún más sólido. 

Si el BCE reparte entre marzo y junio su munición, según el escenario que plantea Casal, el mercado se sentirá decepcionado y, por eso, este experto augura ventas de bolsa y de deuda periférica, al tiempo que compras de los títulos de renta fija más seguros. Pero apunta también que ésta puede ser la respuesta inmediata de los inversores, que podrían recapacitar y considerar que la situación económica no es tan grave como para aplicar las medidas más agresivas. Al contrario, si el BCE pone ya toda la carne en el asador, aunque la primera respuesta en el mercado pudiera ser positiva, después podría darse la vuelta. En cuanto a la deuda pública, una decepción, de acuerdo con el analista de Ahorro Corporación, podría llevar a la rentabilidad del bono español hasta el 1,70-1,75%, mientras que las medidas más agresivas reducirían su interés hasta el 1,50% y su prima de riesgo, hasta los 125 o 135 puntos básicos. 

El euro también reaccionaría: si Mario Draghi no cumple expectativas podría rebotar hasta el nivel de 1,10, según Casal, mientras que si el mercado se ve satisfecho, podría depreciarse hasta acercarse a 1,05. 

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¿Veremos el precio del dinero en negativo, como ya ha ocurrido en algunas economías? «Todavía no», responde Félix López, de Atl Capital, aunque, en su opinión, requeriría un peor escenario económico. De todas maneras, si algo hemos aprendido es que no hay que descartar ninguna medida de política monetaria.

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